Las relaciones bilaterales entre Venezuela y la Unión Europea (UE) están en un punto muy álgido tras conocerse la decisión de Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, de expulsar a la Embajadora del bloque de su territorio.
En las últimas jornadas, la diplomática Isabel Brilhante Pedrosa, fue notificada de que era declarada “persona non grata” en la República Bolivariana de Venezuela; todo esto a raíz de un cruce político entre la Administración de Maduro y los parlamentarios europeos.
La génesis del problema radica en que la UE tiene casi a 200 personajes políticos afines a Maduro en su lista negra y propensos a investigaciones y denuncias internacionales.
Hoy #2Mar #Caracas me regaló el amanecer más bello con el #Avila en todo su esplendor. Gracias infinitas a todos los venezolanos por su cariño, reconocimiento y afecto. Los llevo a todos en tantos recuerdos hermosos. Mi corazón se queda aquí. Te quiero #Venezuela 🇻🇪@UEenVenezuela pic.twitter.com/i4dIXpXZ90
— Isabel Brilhante Pedrosa (@EmbajadoraUECCS) March 2, 2021
A partir de que la UE encontrara culpable a 19 altos funcionarios del Gobierno de Maduro de violaciones a los Derechos Humanos, se decidió el congelamiento de activos y de las propiedades de estas personas dentro de cualquiera de los 27 países miembros de la UE.
El Presidente de Venezuela entonces tomó esta decisión del bloque europeo como una actitud avasallante frente a las instituciones y la democracia venezolana. Firme en su convicción, consideró que su país no necesita una Embajadora de Europa para cuestiones diplomáticas.
Esto generó un gran repudio internacional. Especialmente, por los países miembros de la UE y algunos latinoamericanos miembros del Grupo de Contacto en Venezuela, encargados de monitorear el cumplimiento de derechos y tratados internacionales, que firmaron una carta de rechazo ante la decisión.
Los principales detractores son España, Alemania, Chile, Uruguay, Paraguay, Suecia, Países Bajos e Italia. En este texto, no aparece el visto bueno de la República Argentina que, si bien forma parte de este Grupo de Contacto, no firmó.
Como respuesta inmediata de esta actitud imperativa del Gobierno de Maduro, la UE reaccionó de la misma manera, expulsando a la representante venezolana frente al bloque en Bruselas, Claudia Salerno.
Si bien esto es un revés diplomático para Venezuela, no significa que Salerno no pueda seguir trabajando en suelo europeo e incluso realizando tareas diplomáticas.
La postura del bloque europeo frente a la actualidad venezolana es clara: consideran que la democracia en este país no está garantizada y que los derechos constitucionales y políticos no se cumplen en los momentos electorales.
Por su parte, Maduro aseguró:“No habrá ningún tipo de diálogo con la UE. Ellos son bienvenidos en Venezuela, mientras respeten nuestras instituciones”.
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