La segunda ola de contagios de COVID-19 hace estragos en el sistema de salud de los países europeos, generando incertidumbre en los gobiernos y los ciudadanos.
Luego de un verano casi sin restricciones, Europa registra números muy altos de contagios siendo España, Italia, Alemania y Reino Unido, entre otros países afectados y por ende, los que más medidas restrictivas deben tomar para evitar que el rebrote cause más daños.
Italia
La situación epidemiológica en el país del sur de Europa es compleja, en esta segunda ola de COVID-19 el parte diario arroja entre 25.000 y 30.000 contagiados y la cantidad de muertes desde el inicio de la pandemia supera los 50.000.
Esto llevó al Gobierno italiano, liderado por Giuseppe Conte, a tomar varias medidas de bioseguridad para intentar detener algo que parece imparable: una posible tercer ola de contagios.

Entre las medidas se encuentra el Estado de Emergencia hasta el próximo 31 de enero de 2021, esto le permite al ejecutivo poder decidir sobre la circulación interna y las actividades comerciales, esta última, muy afectada por la pandemia.
Esto generó un malestar en un sector bastante grande de la población, lo que ocasionó varias protestas en las calles de Roma y Milán, dos de los puntos turísticos y económicos del país, dejando un saldo de cientos de detenidos y miles de euros en daños.
España
Los españoles sufren las consecuencias del COVID-19 tanto en lo turístico como en lo económico y sobre todo en lo social. El Gobierno de Pedro Sánchez tomó medidas extremas para poder controlar los picos de contagios en Madrid, Galicia y Andalucía, puntos neurálgicos de la pandemia.
España tiene más de 1.5 millones de contagiados y las muertes son masivas, superando las 42.000. Esto llevó al Gobierno a declarar toque de queda en gran parte del territorio, cerrando fronteras internacionales y evitando la circulación de las personas.

La posible extensión de estas medidas llevó a las calles a los sectores anticuarentena, con el temor de que las mismas se extiendan hasta mayo del 2021, como deslizó el Presidente del Gobierno español.
La puerta de Brandemburgo: el epicentro de los reclamos
Alemania atraviesa una tensión política y social entre el sector oficialista, liderado por Angela Merkel y un bloque de la ultraderecha alemana y sus seguidores, quienes reclaman por sus “libertades” manifestándose en contra de las medidas impulsadas por el Gobierno para mantener la curva de contagios aplanada.

Actualmente, el Ministerio de Salud alemán informa unos 15.000 casos diarios, pero los picos de contagios han llegado a 30.000. Esta situación genera una preocupación al ejecutivo nacional que determinó el toque de queda en regiones como la de Berlín y Múnich, zonas metropolitanas donde viven más de la mitad de la población.
La medida provocó una dura crítica en los sectores anticuarentena, quienes se manifestaron frente al Bundestag, que es la cámara baja del país. Esto terminó con más de 8.000 personas en las calles y más de 400 detenidos tras duros cruces con la policía.
Luego de este enfrentamiento, Angela Merkel determinó que están prohibidas las manifestaciones masivas en las calles de Alemania ya que atentan contra las medidas de bioseguridad que tomó el país por el COVID-19.

Los anti cuarentena se hacen sentir en distintas partes del mundo. En Argentina este sector se manifestó masivamente en las calles de Buenos Aires, generando un repudio generalizado de la población que, en general, acató de buena manera las medidas tomadas por el Presidente Alberto Fernández.
ADEMÁS NEA HOY:
¿Fin del COVID-19? Las vacunas están cada vez más cerca
Efecto pandemia en España: 3.7 millones de personas no tienen trabajo en el país