Milo Núñez es un niño de seis años que juega en Unión Cultural de Eldorado. Su destacado rendimiento hizo que Vélez y River pusieran sus ojos sobre él, e inclusive le propongan que viaje a Buenos Aires para entrenar una vez que termine la cuarentena.En la actualidad por la competencia y necesidad de asegurarse las joyas del futuro, muchos clubes de Primera División se enfocan en jugadores que recién están dando sus primeros pasos en el deporte.Tal es el caso de Milo Núñez, nieto de Roberto Geck, histórico ex arquero de Huracán de Montecarlo, que con voz tímida, se presentó ante NEA HOY como jugador sacrificado “pero siempre pido la pelota y me gusta mucho entrenar para mejorar”.
Su madre Carla Geck, orgullosa explicó: “Mandamos videos de Milo entrenando y ya lo invitaron a practicar desde Vélez y River una vez que termine la cuarentena”.
El niño vive en Eldorado junto a su familia, entrena en Unión Cultural, una escuela que fue fundada hace 20 años y nuclea a futbolistas entre 5 y 17 años.
El Dr. Carlos Arjol, entrenador de Unión Cultural explicó que la idea del club es lúdica y formativa “Le damos importancia a la formación para la competencia, buscando que los chicos tengan posibilidades de ser vistos por clubes como River, Boca, Racing y Vélez”.
Misioneros rumbo a las grandes ligas
El boom de jóvenes misioneros que emigraron a ciudades como Buenos Aires, Rosario o Córdoba en búsqueda de llegar a la gloria, arrancó en la década del ´90. El peso tenía el mismo valor que el dólar y los cazatalentos comenzaron a detectar joyas que podrían triunfar en Primera.
Uno de los primeros jugadores que emigró a realizar inferiores en un club fuera de la provincia fue Sergio Recalde. En 1991 el maestro Jorge Griffa puso los ojos sobre el Teco que viajó a Rosario a probar suerte en Newells.
Ese fenómeno de pequeños jugadores que buscaban su oportunidad en clubes de Primera, se daba porque Misiones no atravesaba un gran momento con los equipos de fútbol a fines de 1990 y principios del 2000.
Guaraní estaba inmerso en una crisis económica, Tigre de Santo Pipó fue por momentos protagonista, Mitre había desaparecido del plano nacional y Crucero del Norte recién comenzaba a dar sus primeros pasos en el fútbol de salón.
A medida que pasaban los años, los captadores de talento comenzaron a buscar futbolistas cada vez más jóvenes para moldearlos a su manera. Tal es el caso de Claudio Fileppi que se fue a los 12 años a Racing, donde llegó a debutar años más tarde.
Números redondos
Dirigentes de la Liga Posadeña de Fútbol explicaron a NEA HOY que si bien son muchos los niños que van a probar a clubes de Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, solamente se realizaron 15 fichajes de menores de 18 años durante el 2019.
El fútbol es pasión de multitudes, en nuestro país se estima que el 1,4% de la población menor de 18 años juega a la pelota en instituciones deportivas. Esto sería algo así como que unos 540 mil chicos en 4 mil clubes federados practican este deporte.
De estos casos nombrados, cuatro de cada 100 llegan a ser parte de un equipo de Primera División. En números redondos, solo 20 mil del medio millón apuntado anteriormente, puede decir que el fútbol será su profesión.
La historia de Milo Núñez refleja la realidad de miles de niños argentinos, que día a día se esfuerzan para cumplir sus sueños, o el de sus padres, para poder vivir económicamente del deporte más popular del país.