Tras la vuelta a clases, el transporte escolar en Corrientes se vuelve a enfrentar a un panorama complejo marcado por la falta de apoyo estatal, dificultades económicas y la imposibilidad de cubrir la creciente demanda. Esta situación afecta especialmente a los barrios más alejados, donde muchas familias que podrían pagar el servicio no encuentran disponibilidad para sus hijos.
En diálogo con NEA HOY, Pedro Abas, vocero del sector, explicó en detalle las problemáticas que enfrentan los transportistas en la ciudad y cómo esto impacta en la comunidad educativa.

Transporte escolar en Corrientes, un sector sin respaldo estatal
En Corrientes, la inversión en transporte escolar es completamente privada. Cada transportista asume el costo de mantener y renovar su vehículo sin acceso a financiamiento estatal ni beneficios impositivos. Según indicó Abas, «cuando nos metemos en esto, hipotecamos nuestro futuro. Conseguir un préstamo para trabajar es una odisea». A pesar de prestar el servicio de manera ininterrumpida por más de 50 años, no hay medidas de apoyo significativas desde la Municipalidad ni la Provincia.
Precios por debajo de la media regional
El transporte escolar en Corrientes mantiene tarifas más bajas que otras provincias del Nordeste. Para 2025, se sugirió un costo inicial de $65.000 a $70.000 por mes, con ajustes mensuales según la inflación. Sin embargo, cada transportista negocia con las familias, lo que genera diferencias en los valores finales. A esto se suma el impacto del aumento del combustible y otros insumos esenciales para operar.

El sector de transporte escolar en Corrientes no cuenta con unidades necesarias para cubrir la demanda actual
La expansión de la ciudad y el crecimiento de la matrícula escolar hacen que el número de unidades disponibles sea insuficiente. De la conversación con Abas se llega a la conclusión de que, los barrios más alejados, casi siempre, son los más perjudicados porque no hay suficientes transportes escolares y las familias, aunque quieran y puedan pagar, no tienen opciones.
Además, el vocero comentó a este medio que la normativa exige que los vehículos tengan menos de 10 años de antigüedad, pero la falta de renovación y el alto costo de los nuevos modelos limitan la cantidad de unidades en circulación.
El caos del microcentro y la falta de orden
Uno de los reclamos más urgentes del sector es el desorden en los horarios de entrada y salida de los colegios del microcentro. «Los autos particulares estacionan en cualquier lado, los inspectores lo permiten y el tránsito se vuelve un caos», denuncian desde el sector. Esto complica la tarea de los transportistas, que deben maniobrar en calles angostas y congestionadas, muchas veces sin espacios adecuados para detenerse.

Más de 60 familias dependen del sector
Actualmente, el transporte escolar en Corrientes emplea a más de 60 trabajadores, la mayoría dueños de sus propios vehículos. Muchos llevan más de 20 años en el rubro y ven cada vez más difícil sostenerse en el negocio. «Empezar hoy en este trabajo es casi imposible. La inversión es muy alta y la rentabilidad, baja», afirman.
Mientras tanto, sin políticas públicas de apoyo ni soluciones para el problema del tránsito, el futuro del transporte escolar en Corrientes sigue siendo incierto, dejando a cientos de familias sin una opción segura y confiable para llevar a sus hijos a la escuela.
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