En el mes de febrero de 2025, Argentina registró el consumo interno de carne bovina más bajo de los últimos 30 años, con una caída del 3,2% respecto al mismo período del año anterior según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Este descenso es reflejo del impacto negativo que los altos precios de la carne han tenido en el poder adquisitivo de los hogares, especialmente en un contexto de inflación y de ingresos tan bajos a nivel nacional.
El consumo per cápita de carne bovina en enero de 2025 alcanzó los 47 kg anuales, el valor más bajo desde 1995. En contraposición, las exportaciones de carne bovina alcanzaron un récord histórico, con un total de 935.261 toneladas exportadas en 2024, un 9,7% más que en 2023, lo que refleja una notoria diferencia en cuanto al orden de prioridades en las políticas implementadas por el Gobierno Nacional.

Evolución de precios de la carne bovina
El precio de la carne bovina, como se detalla en el informe realizado por el CEPA, arrojó un aumento del 2,7% en enero de 2025 en relación al mes anterior y alcanzó el 84,5% en términos interanuales. A pesar de que los precios de la carne se mantienen por debajo de la inflación general, los aumentos en el precio de cortes como hamburguesas congeladas (8,2%), nalga/tapa de nalga (7,4%) y asado (6,8%) reflejan una presión significativa sobre el consumo.
Además, los cortes más caros fueron los que más aumentaron en enero, con un incremento del 2,6% en comparación con los cortes intermedios y económicos, que registraron subas menores. A nivel de canales de comercialización, los supermercados experimentaron un aumento mayor en los precios de la carne en comparación con las carnicerías, con una suba del 3,4% en enero de 2025.

El impacto de la inflación y los precios en la demanda interna
El bajo consumo de carne bovina se debe, en gran parte, a los elevados precios, que han provocado un cambio en los hábitos de consumo de los hogares argentinos. La carne de pollo y de cerdo, más económicas, han ganado terreno, y en 2024, por primera vez en la historia, el consumo de carne aviar superó al de carne bovina, alcanzando los 49,3 kg per cápita anual. En cambio, el consumo de carne porcina también creció, alcanzando un récord de 18 kg per cápita.
El deterioro en los ingresos de los hogares también se refleja en la caída del consumo de carne, que se ha desplomado a un nivel mínimo histórico. La pérdida de poder adquisitivo desde noviembre de 2023 afectó de manera directa la capacidad de compra de los hogares, lo que derivó en una sustitución de la carne bovina por opciones más accesibles.

Exportaciones: carne para todos menos para los argentinos
En contraste con la caída del consumo interno, las exportaciones de carne argentina rompieron récords en 2024. Con la derogación de las restricciones que prohibían la exportación de cortes populares, como asado y vacío, las exportaciones alcanzaron las 935.261 toneladas, marcando un aumento significativo respecto a 2023. Este fenómeno demuestra que la carne que no consumen los argentinos ha sido redirigida hacia los mercados internacionales.
El mercado interno de carne bovina enfrenta un panorama desafiante debido al bajo consumo interno. La exportación de carne argentina ha alcanzado niveles históricos, mientras que los precios internos siguen siendo un obstáculo para el consumo, especialmente entre los hogares de menores ingresos. En este contexto, las políticas del aumento de precios y priorizar el comercio exterior por sobre el consumo interno continuarán perjudicando a los argentinos que eligen dejar de consumir carne debido a la crisis económica.
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