Este 20 de enero Donald Trump regresará al centro del escenario internacional, habiendo en el camino hecho declaraciones contundentes y promesas ambiciosas que ya están sacudiendo los cimientos de la política global Trump 2.0. Desde su anuncio de poder resolver conflictos internacionales «en 24 horas» hasta su postura desafiante hacia potencias como Rusia y China, el expresidente de Estados Unidos parece decidido a redibujar el mapa geopolítico.
La guerra en Ucrania, las tensiones en Medio Oriente y la creciente influencia de China son solo algunas de las piezas clave en este tablero internacional. Con un enfoque que combina negociación, presión y estrategias impredecibles, Trump se perfila como un jugador dispuesto a romper las reglas del juego tradicional.
Pero no solo se trata de conflictos lejanos: América Latina también está en su radar. Con alianzas ideológicas en la región y la mirada puesta en los recursos estratégicos, el impacto de su agenda promete sentirse mucho más cerca de lo que muchos imaginan.
¿Logrará Trump cumplir con sus promesas de negociación rápida y contundente, o sus decisiones reavivarán tensiones que podrían desbordar el escenario global? Las respuestas están por llegar, pero una cosa es segura: su retorno no pasará desapercibido.
Claves para entender el imperialismo agresivo y unilateral que marcará la nueva presidencia de Trump:
Clave 1: China fue la gran ganadora del proceso de globalización que, como estrategia geopolítica, impulsaron las élites políticas, económicas, militares y académicas del propio…
— Elvin Calcaño Ortiz (@elvin_calcano24) January 9, 2025
Guerra de Ucrania
Donald Trump, ha manifestado su intención de abordar la guerra en Ucrania con un enfoque centrado en la negociación. Durante su campaña, prometió que podría poner fin al conflicto «en 24 horas» y ha confirmado que está organizando una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, para discutir cómo finalizar la invasión rusa de Ucrania, a la que se refiere como un «auténtico desastre».
Se especula que una de las propuestas podría incluir que Ucrania no se una a la OTAN por un periodo prolongado, a cambio de apoyo militar continuo de Estados Unidos. Esto implicaría una posible «congelación» del conflicto, donde Rusia mantendría el control sobre ciertas áreas ucranianas.
A pesar de esto, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha expresado su disposición a negociar con Trump antes de reunirse con Putin, buscando garantías de seguridad para Ucrania en el proceso.
Conflicto en medio oriente
Trump ha manifestado su deseo de poner fin a las guerras en Gaza y Líbano, buscando un cese del fuego y una tregua entre Israel y Hamas. Este es un tipo de conflicto que los presidentes de Estados Unidos siempre intentan resolver rápidamente al iniciar sus mandatos, ya que de lo contrario estos podrían dominar su administración desde el inicio.
Hay que tener en cuenta que durante su anterior mandato, Trump fue un firme aliado de Israel, promoviendo los Acuerdos de Abraham y trasladando la embajada de EE.UU. a Jerusalén. Es probable que continúe esta línea, apoyando a Israel mientras busca soluciones a los conflictos regionales.
Pero aunque Trump ha señalado que le gustaría una solución que beneficie a ambas partes, no se ha comprometido con el establecimiento de un Estado palestino independiente. Esto genera preocupaciones sobre el futuro de las negociaciones entre Israel y los palestinos.
AHORA – Trump redobla su apuesta: «Si esos rehenes no han regresado cuando yo asuma el cargo, se desatará el infierno en Oriente Medio” pic.twitter.com/RAFzSghTa5
— Mavica (@mavica81) January 7, 2025
Se anticipa un regreso a la política de «máxima presión» sobre Irán, similar a su enfoque anterior, buscando limitar la influencia iraní en la región. Esto podría incluir sanciones y una postura más agresiva frente a sus actividades nucleares y de apoyo a grupos extremistas.
La comunidad internacional estará atenta a cómo maneja Trump las tensiones en Medio Oriente, especialmente con respecto a la normalización de relaciones entre Israel y otros países árabes, así como su impacto en la estabilidad regional.
Guerra comercial contra China
Se espera que Trump adopte un enfoque más agresivo y transaccional hacia China, buscando renegociar acuerdos comerciales desde una posición de fuerza. Esto podría incluir medidas más estrictas sobre las inversiones chinas en tecnología y controles más severos sobre las exportaciones.
China ha estado preparándose para una posible escalada en la guerra comercial, implementando leyes que le permitirían tomar represalias contra empresas estadounidenses. Esto indica que Beijing está lista para responder a cualquier acción agresiva por parte de la administración Trump.
Economistas advierten que una intensificación de la guerra comercial podría tener efectos negativos no solo para las economías involucradas, sino también para la economía global, generando inflación y desestabilización en los mercados.
América Latina
Se anticipa que Trump reforzará el control militar y político sobre América Latina, buscando apropiarse de recursos estratégicos en la región. Esto podría llevar a un aumento de tensiones con gobiernos que no se alineen con sus políticas.
Trump podría fomentar alianzas con líderes de derecha en América Latina, como Javier Milei en Argentina, para crear un bloque ideológico que comparta su visión política y así avanzar sobre sus planes sobre América Latina.
La administración también prestará atención a la creciente influencia de China en la región, buscando limitar las inversiones chinas y fortalecer las relaciones comerciales con aliados tradicionales.
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