El 10 de diciembre Javier Milei celebra su primer año como Presidente y desde la columna de género no queda más que recordar su batalla contra lo que él llama la «agenda de género», que en realidad engloba todas esas políticas y leyes pensadas para proteger los derechos de las mujeres y las personas LGTB+. Es más, esta pelea contra el feminismo y contra la inclusión es tan importante para él que fue uno de los pilares de su gestión.
«Estoy orgulloso de eliminar el Ministerio de la Mujer y el siniestro Inadi, que se dedicaban a perseguir ideológicamente», comentó Milei en el Congreso de Inversiones Inmobiliarias, cosa que nada tenía que ver con la ponencia, pero mucho con su agenda personal. Este primer año para las políticas de género en el país fue un desastre: recortes de presupuesto y el desmantelamiento de programas fundamentales. Lo preocupante es cómo seguirá a futuro.
¿Agenda de género o agenda personal?
En enero de 2024, Milei aprovechó su participación en el Foro Económico Mundial de Davos para marcar agenda. No sólo fue un ataque directo al movimiento feminista y ambientalista, con las consecuencias en la seguridad integral de mujeres y diversidades, sino que también fue un cúmulo de información falsa. Responsabilizó a las feministas por la burocracia del Estado y al ambientalismo por el aborto.
Cabe recordar también que una de las primeras decisiones de su mandato fue la prohibición del uso de lenguaje inclusivo y la aplicación de la perspectiva de género en la administración pública. El Vocero Presidencial, Manuel Adorni, justificó la medida declarando que las perspectivas de género se utilizaron como “un negocio de la política”. Referentes de todo tipo explicaron que el reconocimiento del lenguaje inclusivo viene de la mano del derecho a la libertad de expresión y el derecho a la identidad.
Otro paso drástico fue la disolución de la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, el órgano encargado de coordinar políticas de protección para las mujeres en situación de violencia. Esta decisión implicó el desfinanciamiento de programas esenciales, como el Programa Acompañar y la Línea 144, que brindan apoyo a las víctimas. Además, el presupuesto destinado a la prevención del embarazo no intencional en adolescentes (ENIA) se redujo drásticamente en un 78% para el año 2025.
El castillo de naipes
Ya durante la campaña electoral, Milei había adelantado que, de ganar las elecciones, reduciría el número de ministerios, y el de Mujeres, Géneros y Diversidad no era la excepción. “Yo creo en la igualdad ante la ley”, dijo Milei en una entrevista, cuando se le preguntó por qué eliminaría este ministerio. “Esto no se trata de un derecho, se trata de privilegios”. Ganó las elecciones y lo eliminó.
Ésto no sólo afectó a las mujeres, sino que el mayor impacto recayó en las personas trans y no binarias y la pérdida de los derechos que habían sido conquistados. No es que se eliminaron por decreto, pero sí, al desguazar el organismo ya no hay nadie que controle o respete las leyes que pretendían lograr una sociedad más igualitaria.
En estos días, finalizando el 2024, Milei firmó un decreto que elimina la posibilidad de que las personas se registren como no binarias en sus documentos de identidad. Esta decisión no solo afecta a la comunidad no binaria, sino que también deja en claro un mensaje de rechazo a la diversidad sexual y de género. El decreto, que se encuentra en proceso, podría ser el primero de una serie de medidas que afectan los derechos de las minorías.
El problema de la violencia de género
Las consecuencias de las decisiones de Milei son especialmente graves considerando la violencia de género en el país. Con más de 200 femicidios ya registrados este año, las políticas de protección y prevención se habían convertido en herramientas esenciales para salvar vidas. La disolución del Ministerio de Mujeres y la eliminación de programas clave significan que las mujeres y las personas LGTB+ en situación de violencia quedan más vulnerables que nunca.
Esto es a la par de la desfinanciación de la línea 144, una línea telefónica que ayudaba a las mujeres y disidencias en situación de violencia de género. Hoy quedó totalmente desfinanciada y sólo cuenta con 2 operadoras. En el Presupuesto 2025, la partida destinada a su funcionamiento ha sido eliminada.
Lo mismo ocurre con el Plan Nacional de Acción contra las Violencias por Razones de Género, una estrategia integral para erradicar la violencia machista que había logrado avances importantes en los últimos años. Sin un organismo específico que lo coordine, este plan puede desaparecer, dejando a las mujeres sin el respaldo necesario para enfrentar situaciones de violencia.
La Ley Micaela, que establece la capacitación obligatoria en perspectiva de género para los funcionarios públicos, también corre peligro. Al no contar con un Ministerio que impulse y controle estas políticas, existe el riesgo de que estas capacitaciones no se lleven a cabo correctamente, lo que lleva a una mayor tolerancia institucional hacia la violencia de género.
🚨 227 femicidios en lo q va del 2024
📢 En el marco del 25 de noviembre damos a conocer las cifras de femicidios en Argentina entre el 1 de enero y el 24 de noviembre de 2024, elaboradas a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país x muestro Observatprio pic.twitter.com/mAGD6ZwF1N— AHORA QUE SÍ NOS VEN ⚡️ (@ahoraquesinosv4) November 25, 2024
Violencia estructural
El ataque a las políticas de género que viene impulsando el gobierno de Milei no solo le pega a las víctimas directas de violencia, sino que también afecta la estructura misma de la sociedad. Al desmantelar todo lo que se había avanzado en cuanto a igualdad de género, el Presidente está socavando los derechos de las mujeres y las disidencias, pero además está cuestionando el compromiso del Estado con los valores de justicia e igualdad.
Algo muy preocupante es que en su primer año de gobierno, Milei fue el único presidente en la historia reciente de Argentina en oponerse a las resoluciones de la ONU en cuanto a la violencia de género. En 2024, el país se abstuvo de votar una resolución de la ONU que instaba a los países a redoblar esfuerzos para combatir la violencia contra las mujeres. Argentina fue el único país en abstenerse, siguiendo una agenda ultraconservadora.
Todo esto es violencia institucional en contra de las mujeres y las diversidades y se ha convertido en una de las formas más insidiosas de abuso. Eliminar las políticas públicas que protegían a las víctimas es una forma de violencia por omisión. Ésto deja a las personas más vulnerables desprotegidas ante un sistema judicial y social que muchas veces les ha fallado.
¿Un futuro aún peor?
Este primer año de gobierno de Milei marcó un retroceso histórico en la lucha por los derechos de las mujeres y las personas LGTB+. Con cada medida que toma, nos está dejando claro que la pelea por la igualdad de género no sólo no está ganada, sino que está en grave peligro de perderse.
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