En octubre de 2024, el Ejército israelí comenzó una ofensiva terrestre en el sur de Líbano, intensificando sus operaciones contra Hezbolá. Esta acción se considera una respuesta a la amenaza que representa este grupo, especialmente tras los ataques recientes desde Gaza.
Entre los objetivos enumerados por el gobierno israelí para justificar la invasión se encuentran el de destruir las capacidades militares de Hezbolá, responsable de varios ataques hacia Israel, proteger a las comunidades israelíes en el norte del país y establecer una zona desmilitarizada según lo estipulado por la resolución 1701 de la ONU, que busca limitar la presencia militar en la frontera.
La relación entre Israel y Líbano ha sido tensa desde hace décadas, marcada por la guerra civil libanesa y la intervención israelí en 1982 para expulsar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Desde entonces, Hezbolá ha surgido como un actor clave en la resistencia contra Israel.
Líbano frente al conflicto regional
Líbano es el país que en el mapa se encuentra inmediatamente por encima de Israel. Tiene apenas 10.000 kilómetros cuadrados y alberga a unas 6 millones de personas. Debido a su contacto con occidente fue durante muchas décadas el país con mayor estabilidad económica y política durante mediados del siglo XX, y esto la llevó a ser albergue de multitud de comunidades religiosas.
Pero fue después de la creación del Estado de Israel en 1948 y la expulsión de los palestinos de este territorio cuando Líbano terminó acogiendo a más de 100 mil personas en campos de refugiados.
A esto se le sumó la población palestina que fue expulsada de Jordania en 1970 tras los enfrentamientos del llamado “septiembre negro” y que también se instaló en Líbano.
Esto produjo una desproporción de la población musulmana que tenía conflictos con la población cristiana, lo que terminó desencadenando una guerra civil que duró 15 años (entre 1975 y 1990) que tuvo un profundo impacto en la estabilidad económica y social del país.
Enfrentamientos entre Líbano e Israel
La relación entre Israel y Líbano siempre fue tensa. No solo Líbano se unió a otros países árabes para rechazar la creación del Estado de Israel, sino que además en el sur del país, una región mayormente rural que limita con Israel, se refugió mucha de la población palestina que fue expulsada del territorio, por lo que siempre para Israel fue un foco de conflicto.
Israel invadió el sur de Líbano en tres oportunidades. La primera se produjo en 1978, con el objetivo de expulsar a los militantes de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) que se habían instalado en el sur de Líbano y que Israel consideraba una amenaza para la seguridad.
La OLP había sido creada en 1964 y tenía por objetivo la liberación de los palestinos de Israel mediante la lucha armada. Su pregnancia en el sur de Líbano era tal que se había establecido como una especie de estado separatista dentro del país.
La invasión duró una semana y no llegó a cumplir todos los objetivos de Israel, que debió retirarse por intervención de la ONU.
La segunda vez duró dos meses y fue en 1982 y tuvo dos razones. La primera fue un intento de asesinato que sufrió el embajador israelí en Londres y la segunda un intento de Israel por imponer a Bachir Gemayel como presidente de Líbano, quien prometía una relación más amigable con el país.
La invasión fue la más sangrienta hasta la fecha, y tras dos meses de batallas se llegó a un acuerdo que incluía la partida del OLP del país. Como resultado, Gemayel fue elegido presidente del país, pero no llegaría a ejercer por un atentado contra su vida unos meses después.
La tercera invasión fue en el 2006 y se produjo debido a que Hezbolá había secuestrado a dos soldados israelíes y provocado la muerte de otros ocho. En respuesta, Israel bombardeó masivamente el sur de Líbano, provocando en 34 días la muerte de 1.100 personas.
La invasión actual
La invasión de Israel al sur de Líbano está teniendo un impacto significativo tanto en la región como en la población civil. Al menos 113.000 personas han sido desplazadas en Líbano debido a los bombardeos y las incursiones militares israelíes. Se estima que alrededor de 500.000 han tenido que abandonar sus hogares en diversas áreas afectadas por la violencia.
La situación humanitaria se ha deteriorado rápidamente, con muchas familias enfrentando la falta de refugio y recursos básicos. Los bombardeos han hecho que las condiciones sean insostenibles para los residentes.
Desde el inicio de la ofensiva, se han reportado más de 1.400 muertes en Líbano, muchas de ellas civiles. Esta cifra incluye un alto número de mujeres y niños. En contraste, las fuerzas israelíes también han sufrido bajas, aunque en menor número.
Analistas advierten que esta invasión podría desencadenar un conflicto más amplio en Medio Oriente, afectando no solo a Líbano e Israel, sino también a otros países de la región. La historia muestra que las incursiones israelíes anteriores han tenido repercusiones duraderas en la dinámica política y social del área.
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