El debate por el uso de celulares en las aulas volvió a ponerse en agenda luego de la decisión que tomó el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires para prohibirlos durante las clases y en los recreos. De acuerdo a lo dicho por las autoridades porteñas, la medida tiende a “mejorar la calidad de la enseñanza y favorecer el desarrollo de los chicos y adolescentes”. Sin embargo, distintas voces del NEA manifiestan que la medida podría ser perjudicial para la enseñanza de los menores.
“Creo que hay un inconveniente en el uso de las pantallas pos pandemia, por parte de los niños y los adolescentes, que escapó al control de los adultos responsables. En una encuesta que hice, los tutores no culpan a la escuela por el uso de la pantalla, sino que reconocen que esto es un problema del hogar”, manifestó a NEA HOY el docente correntino Germán Soto, reconocido a nivel local y nacional por su amplia trayectoria en el ámbito tecnológico y de innovación.
Soto hizo foco en que la medida (de prohibición del uso de celulares en las aulas) se produjo como consecuencia de una “transferencia de responsabilidades” de las familias a la escuela y remarcó que “hay algo que no se está hablando y que en realidad es el uso responsable del celular en el hogar”.
“No podemos hacernos cargo en las instituciones educativas de lo que tiene que hacer un adulto responsable”, reclamó. En esa línea, sobre la responsabilidad de los adultos, continuó: “Muchos estudiantes se duermen en la escuela porque están con las pantallas hasta las tres o cuatro de la mañana y no es porque los docentes seamos aburridos, sino porque utilizan su tiempo de descanso para el uso de las pantallas”.
Asimismo, el docente correntino consideró que los docentes “deben aprender a usar el celular en las aulas, porque hay diferentes componentes y cuestiones de riesgo, como validaciones académicas de la información a la que se accede” a través de los celulares.
“Existen formas de saber si un estudiante está incurriendo un plagio, en el primero, en el secundario y la universidad, por el uso de herramientas como el Chat GPT, porque existen aplicaciones que lo hacen posible, pero si el docente no sabe que existe eso y no aplica esa validación entonces sí estamos en problemas”, agregó el especialista correntino.
Por su parte, la docente misionera Mariana Grandjean, especialista en Ciencias de la Educación y reconocida a nivel local e internacional por sus trabajos sobre la educación disruptiva, reflexionó con NEA HOY sobre el uso de celulares en las aulas: “No hay una regla de qué efectos va a tener esta medida, no tenemos ninguna. Estamos en un mundo que cambia tan rápido y propone cosas tan drásticamente nuevas que no hay mucho tiempo para pensar lo que va a pasar”.
Grandjean mencionó que “está claro que los celulares están pensados para que vos te concentres en ellos y no te concentres en otra cosa, por lo tanto, el maestro que está queriendo acompañar un proceso de aprendizaje tiene que tener muy claro para qué lo va a usar y tiene que tener muy claro que menor frente a una pantalla puede estar diciendo que está haciendo algo pero está haciendo otra cosa”.
En ese marco, la docente misionera consideró que “con prohibir (el uso de celulares en las aulas) no se resuelven los problemas” y remarcó que “se resuelven con medidas pensadas creativamente, con autoridad docente”.
“La autoridad docente auténtica significa que tengo algo interesante que enseñarte y por eso me prestas atención, pero te tengo que convencer que lo que te voy a enseñar está bueno y no te tengo que prohibir que mires hacia otro lado. Esto implica que los docentes tenemos que estar preparados para enfrentar las clases y no está fácil”, agregó la docente misionera.
El rol del mercado en el uso de los celulares: ¿un actor que no se discute?
Mariana Grandjean consideró que, en lo que tiene que ver con las nuevas tecnologías, hay “personas mega dedicadas, con muchísimo dinero, especialmente en la industria privada, para captar nuestra atención y especialmente para que compremos. No es una jugada muy altruista ni educativa que digamos, entonces hay que estar muy atentos con eso. Yo comparto que lo problematicemos y no seamos ingenuos”.
En esa línea, insistió: “La familia se debe preguntar: ¿el niño puede mirar lo que quiera o hay un adulto que cuida?”. Seguido, la especialista resaltó que, a diferencia de los libros y revistas que no están permitidos para los niños y no se comercializan a estas personas, en los celulares no hay nada tapado y hay chicos que se encuentran a corta edad con material perjudicial de todo tipo, como el pornográfico, y esto genera traumas que cuestan volver atrás.
Por su parte, Germán Soto coincidió en que “el mercado busca generar dependencia con el uso de determinadas aplicaciones”, por lo que aseveró que se trata de “una cuestión multidisciplinaria en la cual somos varios los actores” que deben involucrarse en la discusión. Entre estos, enumeró a las familias, el mercado, el Estado, entre otros.
Los riesgos de prohibir el uso de celulares en las aulas
Ambos especialistas del NEA hicieron foco en el riesgo de prohibir el uso de celulares en las aulas y el perjuicio que puede generar un avance de esta medida en la formación laboral de los estudiantes.
“Ya no estamos en un momento de transición, estamos atravesando la ola. Tenemos a los nuevos trabajos que están todos vinculados al uso de la tecnología; si te olvidas del correo electrónico tenés que usar tu celular para validar que sos vos el que estás haciendo un trámite, así como para las operaciones comerciales con las billeteras virtuales”. “¿Como nosotros no vamos a entrenar a los estudiantes en esas áreas”, se preguntó Germán Soto.
A su vez, se centró en el riesgo sobre la inserción laboral: “Los distintos trabajos utilizan todo esto. Entonces, los estamos aislando y cuando salgan a la vida laboral ¿con qué herramienta sale?”.
Grandjean agregó que “ninguna herramienta que creó el hombre es mala en sí mismo, depende cómo la usemos”. La especialista volvió a hacer foco en la práctica docente y el desafió de poder hacer uso de los celulares en las aulas, para beneficiar a los estudiantes: “Tenemos que hacer que el profesor esté preparado, que tenga las herramientas; que pueda decir ‘en esta clase de matemáticas vamos a usar para esto’, pero el uso en clases no puedo ser libre y debe haber un adulto que esté mirando”.
Por último, aunque aún no se dio a conocer la posibilidad de limitar el uso de celulares en las aulas del NEA, la especialista misionera dijo que las medidas se deben pensar en base a “cada grupo, cada barrio y cada escuela, porque tienen sus propias características”.
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