El mes de mayo se incrementaron en Misiones los paros y medidas de fuerza del sector de salud pública. Pidiendo recomposición salarial, muchos hospitales, CAPS y trabajadores de la administración central realizaron cortes frente al Ministerio de Salud y la semana pasada llegaron incluso a realizar un paro de 72 horas.
El martes se realizó una mesa de negociación con los gremios para acordar un aumento salarial en mayo. La reunión pasó a cuarto intermedio hasta el viernes 17. Ese día, tampoco se llegó a un acuerdo y los trabajadores de salud resolvieron realizar un nuevo paro de 48 horas los días lunes 20 y martes 21 de mayo.
Desde NEA HOY conversamos con Juan “Chito” Pasaman, bioquímico y representante de la CTA en la mesa de negociación, para hablar sobre los reclamos de los trabajadores de la salud pública.
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¿Cuáles son los reclamos salariales del sector de la salud pública y cuál es la propuesta del gobierno?
Bueno, en los salarios en salud pública durante el año pasado veníamos acordando con el gobierno incrementos salariales para el sector de salud pública que nos permitían ir teniendo la misma evolución que la inflación. Algunos meses más, algunos menos, pero estábamos bastante parejo con la inflación.
Esto fue hasta el mes de octubre. Después de esto tuvimos tres meses, noviembre, diciembre y enero, en que los estatales misioneros no tuvimos aumento, y la inflación siguió subiendo. Recién en febrero se nos otorgó un incremento del 22%, cuando para ese momento, la inflación de octubre a febrero ya sumaba 93%, es decir que ahí ya tuvimos un primer acuerdo a la baja.
Después vino marzo y la inflación siguió subiendo, y en abril fue la última recomposición que, junto con el de febrero, sumó un 42%, cuando la inflación de octubre a abril ya sumó 135%. Esto nos da como resultado que nuestro salario se encuentra atrasado un 95% con respecto a la inflación.
Ahora el martes el gobierno ofreció una recomposición que tiene dos componentes, por un lado 12% y por el otro 8%, es decir que es otro 20%, cuando se estima que en el mes de mayo la inflación rondará el 7.1%. Esto significaría un aumento en la categoría más baja de $70.000 y en la categoría más alta de $90.000 sin considerar la antigüedad y hablando de un rango de 30 horas semanales que es el contrato más frecuente.
Esto es lo que se está discutiendo en las asambleas a las que nosotros pudimos tener acceso. Y por las opiniones que pudimos recolectar, en ningún lugar están dispuestos a firmar esa propuesta.
¿Por qué consideran que este acuerdo es insuficiente?
Todos estos meses en que el gobierno no incrementó los salarios de acuerdo a la evolución que tuvo la inflación implicó para todos los trabajadores de la salud pública una deuda que se fue acumulando, y que de acuerdo a nuestros cálculos oscila entre un millón y dos millones de pesos por cada trabajador.
Entonces la oferta salarial de $70.000 nos parece notoriamente insuficiente. Nosotros le estamos reclamando al Ministerio de Salud Pública y al Ministerio de Hacienda un incremento mayor. Si hoy el incremento fuese del 65% por lo menos volveríamos a juntar la curva del salario con la curva de la inflación. Eso nos permitiría ir recuperando lo que el gobierno nos debe.
¿Esta deuda de la que usted habla, que se genera cuando el sueldo dejó de seguir a la inflación, cómo se traduce en la situación económica de los trabajadores de salud pública?
Y esto tiene dos posibilidades. Cuando se te achica la economía familiar hay dos opciones, o te conseguís otro trabajo para tener otra fuente de ingresos, o tenes que achicar tus gastos y endeudarte con la tarjeta o con las casas de créditos.
Y ahí, como todos sabemos, empieza un círculo vicioso, porque vos te endeudas para pagar comida y cuando cobras el mes, esa plata la usas para pagar deuda y te volves a endeudar para comprar la comida y los útiles de tus hijos.
Entonces hoy, si uno entra a una salita o un hospital, todos los médicos, enfermeros y administrativos, igual que todos los trabajadores misioneros, están trabajando para pagar deuda o vienen cansados porque cuando tendrían que estar descansando están trabajando en otro lado.
Y todo esto en un contexto complejo, de mucha tensión y mucha demanda dentro del sistema de salud, porque estamos en una época del año donde hay mucha demanda por patologías respiratorias y en este momento, producto del proceso de empobrecimiento, muchos misioneros que antes tenían prepagas hoy están teniendo problemas para sostenerlas y se vuelcan al sistema público.
Entonces, con todas estas situaciones a resolver, la propuesta del 22% no nos permite resolver.
Y si no llegara a haber una propuesta superadora, ¿Cuáles serán las medidas a seguir?
Esto lo venimos discutiendo en asambleas que realizamos en todos los hospitales y salitas de toda la provincia, y nadie plantea suspender las medidas de fuerza, sino que al contrario, se plantea intensificarlas.
Algunos plantean un paro por tiempo indeterminado, otros un acampe frente al ministerio. Después de la reunión de hoy, donde el gobierno aumentó sólo 2 puntos su oferta de 20%, se decidió hacer un nuevo paro de 48 horas los días lunes 20 y martes 21 de mayo.
¿Y cuál fue el grado de acatamiento de estos paros? ¿Se ha sentido en la atención de hospitales o CAPS?
Lo que hemos visto es que las medidas se fueron intensificando las últimas semanas y se fueron sumando cada vez más trabajadores de distintos puntos de la provincia. En las últimas semanas se sumaron los del Hospital de Pediatría, del Materno Neonatal, el Baliña, el Carrillo, Favaloro. También vinieron del Hospital de San Vicente, de San Pedro, Capioví.
Esto nos indica que hay un descontento generalizado y creciente, y que si no hay una propuesta superadora que supere este 20%, las medidas de fuerza se irán extendiendo.
Nosotros lo vemos como una lástima. Todos los trabajadores de salud estamos formados para asistir a los problemas de salud de la población, y tener que hacer una huelga nos saca de nuestra formación habitual.
Pero también es cierto que, así como el Gobierno alguna vez dijo que los trabajadores de salud somos esenciales, esa sensibilidad también tiene que reconocerse con salario digno. La vocación es un componente importante, pero el reconocimiento tiene que ser salarial, cosa que en este momento no está ocurriendo.
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