Las últimas semanas el Papa Francisco ha sido protagonista de los titulares gracias a sus afirmaciones feministas y pro-LGBTQ+, pero esto no es nada nuevo. “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”, dijo en 2013, apenas unos meses después de haber sido elegido.
En diciembre del 2023, el Papa Francisco autorizó la bendición de parejas del mismo sexo, cosa que deleitó a las alas más progresivas de la iglesia pero hizo trinar a los más conservadores.
“Nadie se escandaliza si doy la bendición a un empresario que quizás explota la gente, y esto es un pecado gravísimo, mientras, se escandalizan si se la doy a un homosexual…esto es hipocresía.“, remarcó el el Papa en una entrevista con la revista católica Credere.
Además el Papa explicó que “estas bendiciones, fuera de cualquier contexto y forma litúrgica, no requieren perfección moral para ser recibidas”. Esto es fundamental, ya que aunque se insista internamente con que “la homosexualidad es un pecado”, el Papa está diciendo que pueden ser bendecidas.
Cronología de un acercamiento entre el Papa Francisco y la comunidad LGBT
Estas afirmaciones, si bien novedosas no son ninguna sorpresa. El Papa Francisco tiene una larga historia de aceptación.
En noviembre del 2023 el Papa Francisco organizó un almuerzo en el Vaticano con 1.200 personas en situación difícil, entre ellas personas sin hogar, refugiados y 44 personas transexuales.
Días antes el pontífice y la Congregación para la Doctrina de la Fe, que conduce el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, avalaron que personas queer y homosexuales puedan ser padrinos y testigos del bautismo y del matrimonio.
En octubre del 2023 el Papa firmó una carta donde admite el bautismo de niños de padres trans u homosexuales. “Para que el niño sea bautizado sólo debe existir una esperanza fundada de que será educado en la religión católica”.
En el 2020 en la película documental “Francesco” el Papa ya se ha mostrado a favor de las uniones civiles entre homosexuales:
“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia. Son hijos de Dios, tienen derecho a tener una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por ello”.
En mayo de 2018, Juan Carlos Cruz, quien fue víctima de abusos de sacerdotes, aseguró que Francisco le dijo: “Juan Carlos, que tú seas gay no importa. Dios te hizo así y te quiere así y a mí no me importa. El Papa te quiere así, tú tienes que estar feliz con quien tú eres.”
En junio de 2016, el papa Francisco causó revuelo cuando dijo que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a los miembros de la comunidad LGBT y a todos quienes fueron marginados.
En enero de 2015 el Papa Francisco recibió por primera vez a un hombre transexual, Diego Neria Lejarraga, que había sido condenado al ostracismo por líderes religiosos en su España natal. “¡Claro que eres hijo de la Iglesia!” Le dijo.
Benedicto XVI y Juan Pablo II
En el año 2000 Juan Pablo II criticó la marcha del Orgullo Gay celebrada en Roma un día antes del año nuevo. Para Karol Wojtyla, la homosexualidad: “Constituye para la mayoría de ellos una prueba. Por ello hay que escucharles con respeto, compasión, delicadeza. Y evitar cualquier injusta discriminación en relación a ellos”.
En 2010, Benedicto XVI sostuvo que los homosexuales son “personas que no deben ser discriminadas” aunque no por ello “la homosexualidad pasa a ser moralmente justa, sino que queda como algo que está contra la naturaleza de aquello que Dios ha querido originariamente”.
Palabra del Papa Francisco, palabra santa
El Papa cuenta con lo que se conoce como “Infalibilidad papal”, es decir que el Papa está exento de cometer error cuando promulga a la Iglesia una enseñanza dogmática en temas de fe y moral bajo el rango de “solemne definición pontificia”.
Como se considera una verdad de fe, ninguna discusión se permite dentro de la Iglesia católica y se debe acatar y obedecer incondicionalmente.
Si bien hay un largo camino por recorrer, la visión del Papa Francisco es un signo de bienvenida de una religión que durante mucho tiempo ha alienado a las personas LGBTQ+.
Ya sea como parte de una táctica para atraer cristianos descontentos o de una declaración genuina de inclusión, sus dichos y obras son una evolución del catolicismo para las muchas personas LGBTQ+ que han sido condenadas simplemente por quiénes son y a quienes aman.
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