En los últimos meses, se volvió cada vez más común ver anuncios de alquileres, tanto por parte de inmobiliarias como de particulares, especificando el precio en dólares. Ya sea para evitar perder contra la inflación o envalentonados con las promesas de dolarización que anunció el presidente electo, son cada vez más propietarios los que intentan imponer en sus contratos de locación la condición de que el alquiler sea pagado en dólares.
El mes pasado, una inquilina de Posadas incluso publicó en sus redes sociales la proforma de una reconocida inmobiliaria de la ciudad, en la que pedían U$S600 por alquilar un departamento en el barrio de Villa Sarita, cercano al centro comercial. Cuando la inquilina le pidió explicaciones, el representante de la inmobiliaria hizo la transformación en pesos con la cotización del dólar blue.
Estas condiciones dejan en gran desventaja a los inquilinos, que en su gran mayoría no cuentan con ingresos en dólares y que, aunque se realice la conversión en pesos, quedarían vulnerables ante una eventual devaluación de la moneda o corrida cambiaria que incremente el valor del dólar.
Ruth Vargas, abogada que desde su estudio Vargas y Asociados asesora y lleva adelante casos dentro del sector inmobiliario hace varios años, en diálogo con NEA HOY explicó por qué esta práctica es ilegal y qué pueden hacer los inquilinos para denunciarlo.
Alquileres en dólares
“Existe una Ley de Alquileres, sancionada en el 2020, que si bien tuvo una reforma ahora el 17 de octubre, eso no significa que deje de estar vigente”, explica la abogada, “de hecho, en la reforma que se hizo el 17 de octubre se especificó bien que no se puede establecer el precio de los alquileres habitacionales en dólares, ni en los contratos ni en las publicaciones”.
“¿Qué pasa si te lo ponen en dólares? La única solución es ir a la justicia, en ese caso el propietario tiene las de perder, porque esa cláusula va a ser nula por no respetar la Ley”, sugiere, “primero se le manda una carta documento al propietario, intimándolo que lo haga de acuerdo a la moneda de curso legal, y luego, si no cumple el propietario se le inicia una demanda de incumplimiento contractual o rescisión del contrato”.
La abogada advierte, sin embargo, que estas demandas a veces demoran varios meses en resolverse. Así, recomienda que siempre que se realice un contrato o convenio de común acuerdo, especialmente cuando no lo hace por medio de inmobiliarias o escribanías, que lo hagan revisar por un abogado profesional.
“Generalmente las condiciones que pone el propietario son las que le conviene a él, y el inquilino que anda buscando alquiler para vivir con su familia necesita firmar lo que sea, es casi un contrato de adhesión”, explica, “lo conveniente sería ponerlo en revisión, y en el caso de que haya una cláusula contraria a la Ley, un juez lo tiene que declarar como nulo”.
Estafas en vacaciones
Un caso particular son los alquileres temporarios, que se han popularizado en los últimos años gracias a fenómenos como los de AirBnB y otras plataformas del sector. Estos son muy comunes en ciudades y provincias turísticas, donde muchos propietarios ven más rentable ofrecer sus propiedades a turistas en vez de inquilinos residentes.
La Ley 27.551 da un máximo de 3 meses a los contratos de alquileres temporales, más de eso deberán adecuarse a las normas de los alquileres habitacionales. Además establece algunas especificaciones, como el hecho de que los inmuebles ofrecidos como alquileres temporales deben estar amoblados.
En periodo de vacaciones, muchos misioneros estarán buscando alquileres temporarios para viajar dentro o fuera de la provincia mientras otros estarán recibiendo extranjeros o turistas de todas partes del país.
En estos tiempos se vuelven comunes las estafas. Pueden ocurrir de distinta manera, por ejemplo que un turista señe un inmueble para reservarlo y cuando llega al lugar el propietario ya lo alquiló a otra persona, que en la publicación se prometa una cosa pero al llegar el inmueble sea diferente a las fotos y no tenga todo lo que prometía o que directamente, al llegar, el turista se de cuenta que el inmueble nunca existió.
La abogada hace una diferencia con estos casos, ya que más que un incumplimiento de contrato, ya se estaría hablando de estafas y se debería realizar la denuncia penal.
Para ello, Vargas recomienda asesorarse con un profesional, ya que cada caso puede ser distinto, si se realizó un contrato o se hizo todo de palabra, si la transacción se realizó por una aplicación, por giro bancario o en efectivo, etc., y dependiendo de cómo se haya dado la estafa podría corresponder realizar la denuncia de una manera o de otra.
“Lo más recomendable es asesorarse bien para saber cómo hago la denuncia, porque si la enfocas mal no va a prosperar, y una vez que inicies la denuncia después no la podes volver a iniciar a la misma persona y sobre el mismo caso”, recomendó la especialista.
Por ello, ante estas situaciones recomienda siempre descargar los recibos y guardar capturas de las conversaciones en donde se pactó el pago de la seña o la reserva del inmueble. Aconseja, además, guardar dentro del mismo celular en que se agendó el número, para que de esta manera figure el número de teléfono de la persona en la captura.
Una pizzería icónica del Barrio Chino cierra porque el alquiler del local se duplicó en dólares, a pesar de la ley.
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— Tiempo Argentino (@tiempoarg) December 6, 2023
“Así, uno lleva ese teléfono con ese número a un escribano, quien constatará todo lo que se pactó en la conversación y se podrá pedir un oficio a las empresas telefónicas para verificar efectivamente a quién pertenece el número que figura en esa conversación”, explica, “ahí recién me sirve de prueba, cuando yo tengo un oficio que me dice que el número pertenece a esa persona y en el acta figura que ese número me aceptó la seña para reservar el alquiler”.
El turista se encuentra especialmente vulnerable a éste tipo de estafas, ya que después de haber viajado hasta una provincia o país que no conoce, muchas veces termina aceptando cualquier cambio de condiciones que quiera imponer el propietario en vez de buscar otro hospedaje.
Por eso es recomendable alquilar a personas o entidades que tengan cierta habitualidad en el rubro y que ésta pueda comprobarse a partir de calificaciones o comentarios de inquilinos anteriores en la plataforma o red social por la que ofrezca el inmueble.
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