En los últimos meses Brasil estuvo sufriendo el impacto de la conjunción entre dos fenómenos, El Niño y el calentamiento global. Como consecuencia, el país viene enfrentando temperaturas extremas, sequía en el norte e intensas lluvias en el sur del país.
La intensa ola de calor que se dan en algunas de sus ciudades más populosas como Sao Paulo y Río de Janeiro fueron noticias por las consecuencias que causaron en la población. Miles de personas desmayadas por el calor extremo y en algunos casos hasta muertes por deshidratación han llenado los titulares de los diarios.
El calor extremo compromete la organización de eventos culturales y multitudinarios. El presidente de Brasil, Lula da Silva, ordenó la obligatoriedad de que en las entradas a los eventos multitudinarios dejaran pasar a la gente con botellas de agua para hidratarse durante conciertos y espectáculos.
Donde se sufren más los efectos del calor es en los barrios más pobres de Brasil, con una mayor de densidad de población y viviendas precarias con poco aislamiento a las temperaturas.
Y mientras que la costa atlántica sufre un calor agobiante, el centro del país vive una de las peores sequías de su historia, protagonizada por varios incendios que se extienden por el bioma del Pantanal. Se trata del mayor humedal tropical del mundo, que abarca partes de los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul.
De acuerdo al Laboratorio de Aplicaciones de Satélites Ambientales de la Universidad Federal de Río de Janeiro, los incendios ya han arrasado con más de 947.000 hectáreas, superficie equivalente a poco más de la mitad de la provincia de Tucumán.
La sequía en el Amazonas es tán grave que muchas comunidades se han quedado sin agua ya que dependían de los cursos que se han secado, comprometiendo además los suministros de combustibles y alimentos en la zona.
Los factores
El principal factor que cambió desde años anteriores es el fenómeno de El Niño, que comenzó a mediados de año con el aumento de la temperaturas del océano pacífico tropical. Esto causa mayores precipitaciones en gran parte del continente y, debido al sistema de alta presión frente a las costas de Brasil, atrae aires cálidos y aumenta la sensación térmica en muchas regiones del país.
Cabe aclarar que una sensación térmica elevada puede ser mucho más sofocante que un aumento en la temperatura, ya que al hacer que el ambiente se encuentre cerca de su punto de saturación de humedad, esto hace que la transpiración no se evapore tan rápido y el cuerpo no pueda enfriarse con la misma eficiencia que cuando la sensación térmica desciende.
En este caso, el impacto de un fenómeno natural como El Niño se intensifica por los efectos del cambio climático causado por el hombre. De acuerdo a un estudio publicado esta semana por el Instituto Nacional de Investigación Espacial, las olas de calor se han multiplicado por siete en las últimas siete décadas.
🔴Indígenas batallan con piedras y palos la deforestación ilegal en Brasil
A raíz de los incendios del amazonas, Bolsonaro prometió acabar con muchas reservas protegidas, como la de los Tembé, que por defender sus tierras son atacados por taladores carroñeros.#ParaQueElMundoVea pic.twitter.com/ZUtK25RrXv
— Antonio Estrada (@AntEsRiv) September 23, 2019
Y mientras que el mundo vivió los últimos 12 meses más calurosos que se haya tenido registro, de acuerdo a las Naciones Unidas, la temperatura promedio en Brasil aumentó 0,9°C en pocas décadas y advierten que los cambios en el uso de la tierra y la deforestación habrían acelerado éste proceso.
Pronósticos para los demás países
Brasil no es el único país que está sufriendo los efectos de El Niño aumentado por el calentamiento global. En algunas zonas de Bolivia ya se venían registrando temperaturas muy por encima de los parámetros acostumbrados para el invierno y primavera. La ciudad de Villamontes, por ejemplo, llegó a tener temperaturas de 45° en agosto, la más alta registrada durante un invierno en el hemisferio sur.
Así también, Paraguay llegó a los 42°C durante este invierno, temperaturas que dispararon las alarmas en todos los países de la región por las consecuencias que esto puede tener en los sectores productivos.
Debido al fenómeno de El Niño, el #SMN pronostica un #verano con más lluvias ⛈ pero temperaturas más normales 🌡 en gran parte de Argentina.
✍ Informe especial en #MeteoredAR.https://t.co/mDpQqOyt3n
— Christian Garavaglia (@ChGaravaglia) December 3, 2023
En las últimas semanas, el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) emitió alertas por ola de calor que se extenderán hasta mediados de enero, especialmente en el norte del país, donde se espera que incluso superen el récord histórico de 44,5°C.
En cuanto a Argentina, el Servicio Meteorológico Nacional advierte que durante el verano las regiones norte y centro del país tendrán temperaturas más altas que las normales. Un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario advierte que, a diferencia de lo que está pasando en Brasil, el atlántico argentino permanecerá frío y ésto facilitará la circulación de aire frío que evitarán que el calor llegue a los extremos que en el vecino país.
De todos modos, se espera que los aires fríos del atlántico vayan perdiendo intensidad a lo largo del verano. Esto significa que si bien no se espera que Argentina alcance las mismas temperaturas que Brasil, si se pronostica temperaturas muy elevadas para los próximos tres meses.
ADEMÁS EN NEA HOY:
Formosa: por falta de fondos, la UTA aseguró que “es muy probable” que haya paro de colectivos
