Hace dos años, cuando el entonces Presidente del Perú Martín Vizcarra fue destituido, las calles de Lima se llenaron de protestas en contra del nuevo gobierno interino y en reclamo de una asamblea constituyente que termine con la crisis política que vive el Perú.
A principios de diciembre, el Congreso de la República del Perú iba a votar por tercera vez la vacancia del Presidente electo Pedro Castillo, solo dos años después de haber destituido a otro mandatario. El Congreso ya había intentado destituir a Castillo dos veces antes, además de haber impugnado muchas de sus decisiones y obligarlo a nombrar un nuevo gabinete.
Ante esta avanzada, el Presidente Castillo llamó a disolver el congreso, pedido que le valió su detención y vacancia, asumiendo la Vicepresidenta Dina Boluarte en su lugar.
Hoy, a varios días de que el Congreso finalmente lograra destituir a Pedro Castillo, distintos focos de protesta vuelven a colmar el Perú, dando como resultado hasta ahora siete muertos en enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
Entre los pedidos de los manifestantes se encuentran la liberación del presidente electo Pedro Castillo, destituido y puesto en prisión preventiva tras intentar disolver el congreso. Pero además, vuelve a revivir el reclamo por una asamblea constituyente que reemplace la constitución heredada de la dictadura fujimorista.
El foco más caliente de las protestas se ha dado en la provincia de Andahuaylas, la misma región de donde proviene la actual presidenta Dina Boluarte.
En este lugar se han producido cinco muertes, ya que una sexta ocurrió en Arequipa, donde manifestantes tomaron la empresa de productos lácteos más importante del Perú. Además, muchas comisarías fueron atacadas y varios piquetes bloquean rutas a lo largo del país.
Hasta ahora, la respuesta por parte de la nueva presidenta ha sido adelantar las elecciones para abril del 2024. Esta fecha no parece ser suficiente para los manifestantes, que además piden la liberación de Castillo y una asamblea constituyente que proponga soluciones a la crisis política que constantemente azota a Perú.
Crisis política en el Perú
Ya desde que asumiera el poder en julio del año pasado se sabía que el mandato de Castillo iba a ser complejo. No solo había triunfado por un escaso margen por sobre Keiko Fujimori, sino que los votos que obtuvo su principal opositora le valió suficientes bancadas en el congreso para sumar, junto al resto de las fuerzas opositoras, 80 de 130, mientras que el partido oficialista habría obtenido 37.
Debido a ésto, el año y medio del gobierno de Castillo estuvo marcado por permanentes acusaciones por parte del congreso.
La primera moción para destituir a Pedro Castillo como presidente fue presentada antes siquiera de cumplir los seis meses de gobierno. La moción fue presentada por Patricia Chirinos, del partido Avanza País, bajo argumentos de haber retomado relaciones diplomáticas con Venezuela y Cuba, supuestas irregularidades en la financiación de Perú Libre y presunto tráfico de influencias alrededor de Castillo.
Con 67 votos a favor, el #PlenoDelCongreso aprobó el Proyecto de Resolución del Congreso que levanta la prerrogativa de antejuicio político al ciudadano Pedro Castillo por la comisión flagrante de delitos y declara haber lugar a la formación de causa penal. pic.twitter.com/KHUK4msZUN
— Congreso del Perú 🇵🇪 (@congresoperu) December 12, 2022
La moción fue desestimada. 76 de los 130 congresistas votaron en contra. Sin embargo la segunda moción no se hizo esperar. En marzo de este año el congreso volvió a discutir una nueva moción donde se esgrimían 20 argumentos para destituir a Pedro Castillo.
Esta vez el partido que impulsó la moción fue Revolución Popular, basandose en declaraciones de ex funcionarios del ejecutivo que denunciaban la existencia de un “gabinete en la sombra” y declaraciones de una lobbista investigada por lavado de activos, que había afirmado que el objetivo de su red de corrupción era el pago de las deudas de la campaña electoral de Pedro Castillo.
La moción no presentó pruebas suficientes en ninguno de estos argumentos y la moción solo alcanzó 55 de los 87 votos necesarios para destituir a Castillo.
Querido pueblo peruano, grandioso y paciente: pic.twitter.com/4IbZbhnM5D
— Pedro Castillo Terrones (@PedroCastilloTe) December 12, 2022
La disolución del congreso
Desde ahí la batalla entre el congreso y el ejecutivo fue más directa. Según la Constitución peruana, el Presidente está facultado a disolver el Parlamento si los legisladores niegan dos veces la misma cuestión de confianza.
Fueron dos las leyes que el ejecutivo pidió la modificación al congreso. Primero pidió la modificación de La Ley 31355, aprobada en octubre del 2021, esta norma. Además, pidió la confianza para modificar la Ley 31399, aprobada en enero del 2022, que exige que cualquier referéndum sea aprobado por el legislativo.
¿Sabías que Justin Trudeau disolvió al parlamento para reelegirse? ¿Qué Zelenski disolvió el parlamento por no tener mayoría? Duda legítima: ¿Porqué Pedro Castillo es dictador y Trudeau y Zelenski no? pic.twitter.com/M0soqbv03a
— Carlos Castillo (@CCastilloPerez1) December 9, 2022
Al rechazar ambas propuestas, el Primer Ministro Anibal Torres renunció a su cargo, ya que de acuerdo a la constitución, si el presidente nombra un nuevo gabinete está habilitado a pedir una Confianza al congreso por una misma medida. El congreso, al ver esto, adelantó una moción de vacancia para anticiparse a la habilitación de Pedro Castillo de disolverlo y llamar a nuevas elecciones para conformar un nuevo congreso.
Pedro Castillo optó por llamar a disolver el congreso antes de que se votara la cuestión de Confianza y el congreso votó su destitución, dándole al Perú un nuevo presidente destituido y sumando a su larga historia de crisis política del país.
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