El 10 de octubre de 1947, durante el Gobierno democrático de Juan Domingo Perón, cientos de aborígenes del pueblo Pilagá fueron asesinados en Ayo La Bomba, cerca de Las Lomitas, en la provincia de Formosa. En el lugar, lleno de yuyales, pajonales y a la sombra de árboles, se escuchan historias tristes de lo que fue la Masacre de Rincón Bomba.
Aunque no se sabe la cifra exacta, se estima que el genocidio acabó con la vida de entre 750 y mil hombres, mujeres, ancianos y niños Pilagás, convirtiéndose en uno de los crímenes de lesa humanidad más ocultos y sangrientos de nuestra historia.
Tuvieron que esconderse para poder escapar de la Masacre de Rincón Bomba – algunos lo lograron y pudieron dar testimonio-, los Pilagá fueron perseguidos durante casi un mes, torturados, fusilados, esclavizados y las mujeres eran abusadas.
“Falta seguir, porque muchos no saben. Y porque todavía duele”, dijo Pedro Pavalecino (en pilagá; Salqoe). Solano Cabalero (su nombre pilagá era Ni´daciye), también víctima de la Masacre de Rincón Bomba, dejó testimonio pocos días antes de morir: “Tengo 97 años y no olvido. Yo no olvido esta causa. ¿Por qué? Porque ahí está la sangre, ahí están los huesos, ahí en la tierra. Este es mi dolor. No es chiquito. Es grande, está arriba este dolor para mí. Pero la justicia tiene que ser grande, porque pasaron muchos años”.
En 2005, la Federación Pilagá denunció al Estado por la Masacre de Rincón Bomba en Formosa. Inició un juicio civil y otro penal. El juicio duró 14 años y condenó al Estado por todos estos crímenes, pero los ancianos y ancianas sobrevivientes van muriendo en el olvido y aún no existe una real reparación para el pueblo Pilagá.
Por la Masacre de Rincón Bomba, por primera vez, se reconoció el delito de crimen de Lesa Humanidad contra una comunidad originaria y estableció un resarcimiento que va más allá de lo económico. Sin embargo, la Federación Pilagá entiende que debe ser caratulada como genocidio.
La abogada Paula Mercedes Alvarado lleva adelante la demanda que actualmente está en la Corte Suprema de Justicia, en representación de la Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá, señaló a NEA HOY que “el pueblo pilagá anhela justicia por la Masacre de Rincón Bomba y una verdadera reparación que hasta ahora solo fue parcial“.
La memoria sigue, sólo falta Justicia y reparación
La Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá, organización que reúne hoy a 20 de las comunidades en la provincia de Formosa, fue la encargada de realizar la recorrida interna para dar con el paradero de los sobrevivientes y de esta manera acompañar la causa por el pedido de justicia por la Masacre de Rincón Bomba.
En primer término, explicó la letrada, Paula Mercedes Alvarado que la apelación solicita el cambio de la calificación legal. El hoy exjuez federal de Formosa, Fernando Carbajal, dictaminó que el delito cometido es de lesa humanidad pero hay diferencia entre genocidio y lesa humanidad, porque la intención fue el exterminio del pueblo pilagá por sus características específicas.
El juez, en sus fundamentos, describe los hechos configurados en un genocidio pero luego califica como lesa, dice Paula Alvarado, abogada de la Federación.
Arístides Norberto Bedoya, quien se desempeña como Fiscal Federal Subrogante en el Juzgado Nº1 de Formosa y trabajó en la causa, lo calificó como “un juicio muy importante en términos de la verdad histórica. Se masacró y persiguió, fue una caza de aborígenes pilagá”.
Para la Federación Pilagá una compensación integral no solo implica resarcimiento económico sino reconocimiento territorial, una disculpa por parte del Estado, e incluir el 10 de octubre como fecha histórica para que se conozca sobre la Masacre de Rincón Bomba.
La resolución, originada en una acción de resarcimiento civil interpuesta por el pueblo Pilagá por la Masacre de Rincón Bomba, le impone al Estado Nacional Argentino la obligación de otorgar reparaciones patrimoniales simbólicas, y becas educativas para los descendientes de las víctimas y sobrevivientes de la matanza.
En 2020 la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia confirmó la demanda promovida por la Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá.
La sentencia ordena reparar patrimonial y no patrimonialmente a la comunidad, así como también hace lugar al planteo de la Federación considerar a la masacre como un “genocidio”.
Sin embargo, la Cámara Federal no hizo lugar al reclamo de indemnizaciones individuales para los familiares de las víctimas. En ese sentido, coincidieron con el juez Carbajal en que existen circunstancias especiales que dificultan el otorgamiento de una reparación económica individual a cada miembro de la etnia, y la consecuente pertinencia de indemnizar al colectivo por ellos conformado por lo que ratificó la reparación colectiva al pueblo pilagá.
Este 10 de octubre no es un día más en el calendario del pueblo pilagá, se vuelve a luchar contra la desmemoria y resistiendo al olvido de la Masacre de Rincón Bomba, después de 75 años en Formosa y todo el Gran Chaco.
La Federación Pilagá de la Argentina quien lleva adelante la demanda por el hecho de genocidio del año 1947 llevará a cabo el acto conmemorativo este lunes a las 8:30 por la Ruta Provincial N° 28 norte cerca de la comunidad pilagá Oñedie donde estarán referentes de las comunidades y gobernantes.
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