La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) publica año a año un ranking de 180 países de acuerdo al nivel de libertad de prensa y los impedimentos que tengan los comunicadores para ejercer el periodismo.
En esta clasificación no solo se evalúan hechos de violencia o peligrosidad en el ejercicio de la profesión, sino también las condiciones de trabajo, impedimentos en la cobertura de la actualidad, diversidad de medios o acceso a la información pública.
El ranking también incluye una clasificación por colores que hace referencia a la valoración que hace Reporteros Sin Fronteras sobre las dificultades que existen en cada país, entendiendo que la libertad de prensa no es algo relativo con la que se pueda calificar positivamente a un país solo por mantenerse por encima de la media mundial.
Así, la organización encuentra graves impedimentos en 73 de los 180 estados del ranking, representados por el color rojo, y serios obstáculos en los siguientes 59, lo que significa que el trabajo periodístico encuentra dificultades en el 73% de los países del mundo.
En Latinoamérica, los únicos países que se encuentran en la clasificación positiva son Uruguay, Jamaica, Costa Rica y Suriname, el resto de los países se encuentran por encima de los 49 puntos, que según Reporteros Sin Fronteras, obstaculizan el trabajo de los periodistas. Según el ranking, en nueve países existen problemas graves para ejercer la libertad de expresión.
Bajo Riesgo
Este año, Reporteros Sin Fronteras complementó el ranking con un informe en el que advierte sobre los peligros físicos y las deficiencias en los mecanismos de protección a periodistas en cuatro países en particular: México, Brasil, Honduras y Colombia.
Salió un informe de la CIDH sobre el Brasil de Bolsonaro. Registra racismo, trabajo análogo a la esclavitud y tráfico de personas. Habla de milicias y de una recurrente violencia del Estado. Destaca impunidad y ataques a la libertad de prensa y expresión.https://t.co/svHQR7Ns9d pic.twitter.com/erIKoUHH9b
— Juan Manuel Karg (@jmkarg) March 5, 2021
En los casos de México y Honduras, países que tienen 143 y 151 puntos respectivamente en el ranking antes mencionado, el poder del narcotráfico y las redes de corrupción dentro del Estado vienen dificultando desde hace décadas la profesión periodística, atentando muchas veces con la vida de los trabajadores de prensa.
Colombia y Brasil, en cambio, presentan situaciones de peligrosidad que fueron creciendo en los últimos años, como pudo verse en la violencia ejercida por el Estado colombiano durante el último estallido social o el crecimiento de hechos de violencia contra periodistas y militantes sociales en Brasil en el Gobierno de Bolsonaro.
A los datos del informe se suman las preocupaciones de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que en su reunión de medio año realizada la semana lamentó el asesinato de 15 periodistas latinoamericanos en los últimos seis meses (10 en México, tres en Haití, uno en Guatemala y otro en Honduras) y expresaron su preocupación porque “la violencia creciente contra los periodistas es el principal desafío de la prensa libre en las Américas”.
El informe de Reporteros Sin Fronteras, denominado “Bajo Riesgo”, se realizó a partir del asesinato del periodista mexicano Gustavo Sánchez Cabrera, en la que consideran que el Estado no implementó las medidas necesarias para su protección previo al hecho.
Así, el organismo toma estos cuatro países en los que se detecta un preocupante peligro físico para quienes ejercen el periodismo, y analiza las falencias e incompetencias a la hora de brindar protección a aquellos trabajadores de prensa bajo amenaza.
De acuerdo al informe, la principal falencia detectada en Honduras es el escaso presupuesto que hace prácticamente inviable el Sistema Nacional de Protección y demuestra una desidia estatal hacia la problemática. En México, el problema que detectan es la grave deficiencia en la articulación institucional para enfrentar el contexto histórico de violencia contra la prensa.
La víspera de su asesinato, el periodista Gustavo Sánchez Cabrera seguía suplicando protección a las autoridades mexicanas a través de Reporteros Sin Fronteras. El jueves, el periodista fue asesinado a balazos mientras viajaba en moto junto a su hijo, en el Istmo de Tehuantepec.
— Marco Levario Turcott (@Arouet_V) June 18, 2021
En Colombia, detectan una falta de involucramiento de los organismos públicos para abordar las causas estructurales de la violencia y una falta de transparencia y participación social en el funcionamiento de la Unidad Nacional de Protección. Por último, en Brasil detectan un marco normativo muy frágil que impacta en la insuficiencia de medidas para la protección de los periodistas.
El organismo, sin embargo, destaca la participación de la sociedad civil en los cuatro países para generar compromisos y marcos regulatorios que servirán de base en cuanto exista un compromiso real de los estados para mejorar la situación.
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