Belén Ameijenda tiene 25 años y nació con espina bífida e hidrocefalia, pero esto no le impidió que su vida se viera ligada al deporte y a la competición. Su espíritu deportivo despertó desde pequeña, al ver que toda su familia practicaba alguna disciplina.
Desde los seis años practicó natación con Marcela Belviso, actual entrenadora del Club Atlético River Plate. Llegó a competir también en adiestramiento, disciplina olímpica que forma parte de la equitación, y es tan hábil para el tiro con arco que se perfila para participar en los Juegos Paraolímpicos de París 2024.
Con el deporte, Belén no solo pone a prueba los límites de su cuerpo, sino que además practica junto a personas de todo tipo. Si bien a la hora de competir lo hace en su categoría, en las prácticas, entrenando en la pileta o con el arco, aprende y se mide junto a personas con o sin discapacidades, y en estos ámbitos encuentra una hermandad que la impulsa a alcanzar los próximos retos.
El automovilismo
Desde que tenía cuatro años Belén Ameijenda recuerda mirar las carreras de TC y Fórmula 1, pero nunca pensó que podría algún día verse como piloto. Su pasión por el deporte la llevó a estudiar periodismo deportivo, y aunque pensó que no sería capaz de competir, quiso estar presente en el automovilismo desde ese lugar, participando y contribuyendo a la disciplina realizando coberturas de las competencias.
Fue hace dos años que fue a cubrir una carrera en el autódromo Mouras de La Plata y lo vio competir a Juan María “Gatito” Nimo. Afectado por un accidente que le quitó la movilidad en las extremidades inferiores, Nimo corre con un auto con adaptaciones que le permiten, por ejemplo, accionar los aceleradores, frenos y cambios desde el volante.
“Lo vi a él y me dije que no está todo perdido. Ví su fuerza de voluntad y su forma de correr, y pensé que quizás era cuestión de ajustar un poquito las ganas”, comenta Belén Ameijenda en diálogo con NEA HOY, “y después de verlo me motivó mucho más y ahí empecé el camino de meterme un poco más de lleno en lo que es la competición en sí”.
Llegada a FIAT
Belén se puso a indagar. Se presentó en el Centro Gálvez para que estudiaran su caso y determinaran si sería capaz de soportar un deporte de tan altas exigencias. Seis meses después obtuvo todas las habilitaciones para competir y hoy ya tiene disponible un auto para competir en la categoría de la monomarca FIAT.
Por favor RT. Estamos necesitando una butaca homologada para el, para EL ZONDA y así poder correr el próximo año en la Monomarca Fiat. Es de suma necesidad ya que sin eso no podemos adaptar el auto a mi discapacidad para manejarlo. ¿Me ayudan con RT?🙏💪 @santumaratea1 pic.twitter.com/RDgGbTIh8v
— ✨Belu✨ (@BeluuAmeijenda) December 17, 2021
A solo un paso de lograrlo, lo único que Belén está necesitando para convertirse en la primera mujer latinoamericana con discapacidad en competir en el automovilismo, es un sponsor para conseguir una butaca homologada necesaria para adaptar el auto a sus capacidades.
Demostrar que se puede
Además de sus aspiraciones personales, Belén piensa que si llega a competir, su experiencia puede servir como inspiración para otras personas que se encuentren en su situación. Así como ella se animó después de verlo competir al Gatito Nimo, tal vez de acá a un tiempo alguien la vea salir de su auto después de una carrera y piense que también puede sumarse a la competencia.
“Creo que ahí está el punto”, comenta Belen, “creo que el mensaje en todo esto es motivar a más personas a que se anime a realizar un deporte adaptado y que encuentren en el deporte un espacio en donde puedan disfrutar, conocer personas. Que puedan salir de esa cajita o de esa zona de confort que muchas veces hablamos y que hace que muchas veces nos perdamos de muchas cosas”.
Belén opina que en Argentina tenemos grandes deportistas de élite que se desempeñan en el deporte adaptado, pero que estos deportes no tienen tanta difusión como los convencionales.
“Creo que todos los que estamos representando el deporte adaptado en distintas disciplinas tenemos ese objetivo, demostrarle a más personas que se puede, y que si no quieren hacer un deporte adaptado, que se animen a lo que quieran, a un trabajo, a un estudio, y que crean que lo pueden lograr”, concluye.
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