La gestión menstrual no es una opción para las mujeres, varones trans y todas las personas menstruantes. Esto conlleva un gasto en los artículos de higiene que las personas no menstruantes no tienen. La menstruación, en algunos casos, acarrea también una afectación a la salud que influye en el desempeño laboral, educativo y en la vida diaria.
De acuerdo a una investigación realizada por Economía Femini(s)ta (EF), el costo estimado de la gestión menstrual con toallitas higiénicas y tampones durante el 2020 fue de entre 2.900 y 3.800 pesos. Dicho costo recae en las personas menstruantes, y genera un impacto a nivel económico, y también a nivel físico y emocional, puesto que no todas las personas menstruantes pueden afrontar este gasto.
Para romper con los estigmas y comenzar a hablar de estos temas, es también necesaria una política pública estatal. Por eso, desde el Estado chaqueño comenzaron a generarse políticas públicas para atender esa demanda y responder con acciones a estas necesidades económicas.
Garantizar equidad en la gestión menstrual
En la búsqueda por garantizar un igual acceso a los elementos necesarios para la gestión menstrual, la Legislatura chaqueña aprobó dos leyes importantes: la primera crea un programa de Promoción de la Salud Menstrual en Chaco; la segunda, promueve el acceso a la educación de las niñas y adolescentes menstruantes, sin necesidad de que pierdan días de clases por inasistencias.
Los proyectos fueron impulsados por las Diputadas Gladis Cristaldo, Teresa Cubells y Lidia Élida Cuesta. La Ley 3468 E especifica que las niñas, adolescentes, mujeres y personas menstruantes que cursen como estudiantes gozan de «dos días de Inasistencias Justificadas por día Menstrual por mes calendario».
El objetivo es promover la igualdad de oportunidades en el ámbito de la educación; favorecer la permanencia y egreso y reducir la deserción escolar de mujeres y personas menstruantes del sistema educativo. Quién desee acceder a esa inasistencia, deberá presentar un certificado médico ante la escuela.
También propone generar espacios de aprendizaje para prevenir y erradicar la violencia, prejuicios y discriminación relacionada con el ciclo menstrual, según los lineamientos del Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI).
La norma establece que la inasistencia que se registre en el marco del Régimen que establece esta ley “no afectará la regularidad que haya obtenido la o el estudiante” y que, en todo en cuanto resulte aplicable, «se deberán respetar los principios de identidad de género establecidos en la ESI y la Ley de Identidad de Género».
Promoción de la salud menstrual
La Diputada provincial saliente, Gladys Cristaldo explicó los alcances de la ley que crea el Programa de Promoción de la Salud Menstrual. “Es un programa que va a funcionar en el ámbito de los ministerios de Salud, Educación y Producción. Persigue el objetivo de promover una gestión menstrual con dignidad”, indicó.
Así, el sistema de Salud Pública de la provincia podrá garantizar a las personas menstruantes el acceso a elementos para la gestión de higiene menstrual, categorizados en la actualidad como “insumos básicos y necesarios” que muchas veces las personas no pueden comprar por su contexto socio-económico.
En tanto, al igual que el sistema de inasistencias justificadas, el Ministerio de Educación tendrá que avanzar con los contenidos de la ESI, para garantizar el acceso a la información respecto a la variedad, características y modo de utilización de los productos de gestión menstrual.
De esta manera, el Estado provincial avanza en la reducción del índice de ausentismo en escuelas y espacios laborales por falta de acceso a los productos destinados a la gestión de higiene menstrual o de lugares adecuados para la higiene personal.
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