Una huerta agroecológica es una porción de terreno destinado a la producción de hortalizas y frutales libres de químicos y pesticidas. Mediante el manejo racional de los recursos naturales, nos permite acceder a una alimentación equilibrada y sustentable en el tiempo sin dañar el suelo y aportando al ecosistema.
En la provincia del Chaco existen distintos proyectos de huertas agroecológicas y venta de alimentos orgánicos. La Tierra sin Mal de Puerto Tirol, la Huerta Montecito de Barranqueras y La Huerta Orgánica, son algunas de las más de 100 huertas agroecológicas creadas por familias que buscan subsistir a través de la venta de alimentos libres de tóxicos.
También durante la cuarentena por la pandemia del COVID-19 resurgió la costumbre de cultivar los alimentos en casa. Así, muchas personas se sumaron a la tendencia de consumir alimentos orgánicos de producción propia o comprados a familias agrícolas de la zona.

Disminuir la contaminación
“Efectivamente las familias huerteras son integrantes de la agricultura familiar y utilizan prácticas saludables en su producción. Es importante comprarles lo más directamente posible, generando lo que se llama mercado de cercanía”, explica a NEA HOY, Angélica Kees, ingeniera agrónoma del Instituto de Investigaciones Forestales y Agropecuarias.
Para la especialista, la ventaja de la compra cercana de huertas agroecológicas es que se instala un circuito en el que “el dinero va directo a quienes hacen el trabajo de producir, suelen costar menos para el consumidor y ahorramos combustible de los traslados desde otras zonas”, afirma.
Según sus estudios sobre el impacto del medio ambiente, la tendencia al consumo de productos provenientes de las huertas agroecológicas, “ayudamos a mitigar el aporte de dióxido de carbono que es uno de los gases responsables del cambio climático global, algo que no es menos importante”, destacó Angélica Kees.

En esa línea, la ingeniera agrónoma señala que consumir alimentos orgánicos es también un cambio de paradigma. “La comida deja de ser una mercancía cuyo origen no conocemos y pasa a ser un elemento de relacionamiento social y de construcción de alianzas territoriales”, señaló.
¿Cómo armar una huerta en casa?
Armar una huerta en el espacio vital de cada familia es simple, confirma Angélica Kees. “Requiere pensar algunas cosas previamente, por ejemplo: ¿Qué verduras se comen en la familia? Luego, hay que ver qué sitios disponibles tenemos, definir si una huerta será al ras del suelo o en un formato vertical para aprovechar espacios y la luz solar”, detalló.

“Si los espacios son reducidos recomiendo inclinarnos por verduras de hojas como acelga y lechuga, de frutos como pimiento y tomate (cuidando de no ponerlos juntos porque son de la misma familia y comparten plagas y enfermedades), y las que usamos para condimentos como orégano, perejil, albahaca, cebollita de verdeo”, aconseja Angélica Kees.
En ese sentido, recuerda que es importante leer y aprender acerca de cómo asociar las especies de plantas a la hora de crear nuestras huertas agroecológicas en casa. Por ejemplo, el tomate se lleva bien con la albahaca y hacer siembras escalonadas para que no se nos acumulen verduras que posiblemente no lleguemos a consumir.
Los alimentos orgánicos no son difíciles de conseguir, solo hace falta adentrarse en los circuitos de las economías locales y conocer a las familias agrícolas que practican la agroecología como forma para subsistir y de alimentarse.

Siempre está la opción de cultivar nuestros propios alimentos libres de tóxicos en casa, mediante la instalación de huertas verticales, en macetas sobre el piso o bien en el jardín de la vivienda. De esta manera ayudamos al medio ambiente, mitigamos los efectos del cambio climático, y mejoramos nuestra salud consumiendo alimentos orgánicos.
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