Las últimas jornadas en Perú fueron tensas e inestables, principalmente tras la destitución de Martín Vizcarra por parte del Congreso de la Nación.
Los legisladores peruanos votaron a favor y lograron la mayoría parlamentaria para remover a Vizcarra de su puesto por “falta de moral”, ya que el ahora expresidente es investigado por un hecho de corrupción de cuando era Gobernador de una zona de Perú: se lo acusa de haber aceptado 600.000 dólares americanos en sobornos para adjudicación de obra pública.
Nuevo y provisorio Presidente
Manuel Merino era, hace algunos días, un referente de la ultraderecha en el Congreso peruano, pero por falta de vicepresidente en el país, tuvo que hacerse cargo de la banda presidencial hasta mediados de junio, fecha en las que se realizarán las próximas presidenciales.
La incertidumbre política del Perú viene de hace años. En 5 años se sucedieron 3 presidentes y un exmandatario se quitó la vida de un balazo en la cabeza. Esto habla de un estado democrático que pasa sus horas más complejas, mientras la gente sale a la calle en protesta de la destitución de Martín Vizcarra.
Nuevo gabinete de gobierno
Tras la jura de Manuel Merino como presidente provisorio de Perú, era necesario reveer la situación de los Ministros del ejecutivo. Esta cuestión es una de las que más polémica generó en las calles de Lima, ya que el nuevo gabinete está lleno de nombres que están ligados a la corrupción y a la ultraderecha.
Quizá dos de los casos sean los más emblemáticos, el primero es el del Jefe de Gabinete Flores Araoz, de 78 años, miembro del Partido Popular Cristiano. Este es un político que fue acusado varias veces de racismo contra los pueblos originarios del país.
Otro personaje cuanto menos polémico es el nuevo Ministro de Economía, José Arista, quien fuera secretario de la misma cartera durante el Gobierno del destituido Alan Garcia.
Tensiones y más tensiones
Actualmente, la cúpula dirigencial peruana está formada por los partidos más neoliberales del país, muchos llegan tras denuncias graves e investigaciones dentro de sus partidos políticos y con la justicia Federal.
Pero las tensiones no quedan solo en la conformación del gabinete. Las calles de las ciudades más importantes de Perú apuntan a que Acción Popular, partido político por el cual Merino llegó al Congreso -lo que le habilitó la línea de sucesión a la presidencia-, tiene intenciones de profundizar políticas restrictivas en términos económicos, lo que agravaría la situación económica del país.
Además, la crisis sanitaria del país es la segunda más compleja de la región. Se trata de una nación con casi un millón de contagios de COVID-19, pero que roza los 40.000 fallecidos.
En este marco sanitario, la que era Ministra de Salud de Vizcarra, Pilar Mazzetti, renunció tras la destitución del expresidente en manos de los votos de los congresistas.
Esto le da continuidad a la inestabilidad que sufre este ministerio desde el inicio de la pandemia, ya que fueron cuatro los ministros que pasaron por la Secretaría.
Los próximos meses marcarán la vida política y los destinos económicos del país incaico. Mientras tanto, las protestas y las discusiones mediáticas generan un clima hostil para la nueva presidencia que deberá llamar a elecciones para que la ciudadanía decida el nuevo presidente de Perú.
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