La ciudad de Resistencia es conocida en la región por sus actividades culturales y circuito de bares que ofrecen una gran amplitud gastronómica para residentes y visitantes. Según la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Bares, Confiterías y Afines del Chaco se estima que el sector brinda empleo a más de 4 mil personas de manera directa.
El cierre de actividades no esenciales en Resistencia durante la pandemia produjo una severa crisis en el sector. Los comercios permanecieron con sus puertas cerradas durante 145 días desde el momento que se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio hasta el 8 de agosto, cuando se habilitó la reapertura.
Si bien la mayoría incorporó el servicio de delivery durante esta etapa, muchos de los empresarios afirman que la ausencia de clientes en sus locales disminuyó entre un 60% y un 70% la facturación.

Veronica Mazzaroli, dueña de la chopería Baco y presidente de la Asociación, aseguró a NEA HOY que por la pandemia cinco bares de Resistencia “no pudieron resistir y cerraron” y que “la situación económica del rubro gastronómico sigue en terapia intensiva”.
“La mayoría de los locales ya veníamos con deudas, ahora con la modalidad presencial trabajamos a un 60% los findes y un 20% entre semana. Con lo que trabajamos en los bares sostenemos deudas, cumplimos con sueldos y con los gastos diarios que requiere un negocio gastronómico. No trabajamos a ganancia”, detalló.

A su vez, Mazzaroli recordó que los empresarios turísticos y gastronómicos con trabajadores registrados pudieron al ATP de ANSES y que el Estado provincial se comprometió a brindar una ayuda de $10.000 por cada trabajador que todavía no se materializó. A lo que se suma la Ley provincial de Emergencia “nos va a ayudar mucho”.
La Ley de Emergencia establece una emergencia por 180 días, plazo en el cual se prevén una serie de ayudas al sector tales como: exención de impuestos, asesoramiento estatal para solicitar créditos y postergaciones impositivas nacionales.
45 días cerrado
“La pandemia nos afectó de manera muy negativa, ya que sumado a la crisis que veníamos atravesando, estuvimos cerrados totalmente más de 45 días, después abrimos mediante delivery”, cuenta a NEA HOY Eduardo Poccard, dueño del bar Alfonso, ubicado en el corazón de Resistencia, a pocos metros de la plaza central de la ciudad.

Alfonso aún no abrió sus puertas al público, espera poder hacerlo en los próximos días luego de completar las reformas necesarias para cumplir con el protocolo sanitario establecido por el Ministerio de Salud de la provincia.
Para Poccard, esta situación genera un gasto aparte y agradece “que se efectivicen las ayudas adicionales del Estado, tales como el fondo de auxilio y la asistencia para comercios no exceptuados para darle forma a las deudas que adquirimos en estos meses”.
Cervecerías en crisis
Juan Frangioli es socio en Skull, una cervecería reconocida en Resistencia. La misma se encuentra sobre Avenida Belgrano. Ofrecen cervezas artesanales producidas por ellos y espectáculos musicales al aire libre.
Desde marzo, el patio cervecero, al igual que todos los bares, estuvo cerrado hasta el 8 de agosto, cuando reabrieron la mayoría de los bares de la capital chaqueña.

“La pandemia fue devastadora para el sector, afectó mucho al rubro cervecero y de bares, el hecho de cerrarse en el caso de las cervecerías eliminó el 100% de los puntos de ventas. Fue muy alto el impacto”, describe en diálogo con NEA HOY.
Skull se adaptó a la situación rápidamente con una estrategia de márketing digital en redes sociales y servicio de entrega puerta a puerta. “Con este sistema logramos vender todos los días, pero las ventas cayeron al 10% lo que nos permitía solo pagar sueldos”, recuerda.
“Abrir el patio ayudó mucho a los bares, hoy la situación es distinta”, asegura Juan. A pesar de las restricciones y protocolos sanitarios, los bares trabajan al 60% de capacidad, lo que significa un crecimiento en las ventas. “El problema está en que todos los bares arrastramos una deuda muy grande y afrontarlas es difícil”, advierte el empresario.
Frente a este panorama, los bares de la capital chaqueña continúan trabajando para afrontar las pérdidas que ocasionó la pandemia. En ese contexto, los empresarios coinciden en que “las perspectivas son buenas si se mantienen las ventas que tuvieron desde la reapertura”.