Chaco, es una de las provincias argentinas más afectadas por la pandemia por COVID-19. El Gran Resistencia, está conformado por cuatro localidades: Resistencia, Barranqueras, Puerto Vilelas y Fontana. En esta última ciudad, habita también una gran comunidad de pueblos originarios.
Algunos de ellos fueron noticia nacional en mayo cuando 4 jóvenes de la etnia qom sufrieron allanamientos y detenciones ilegales, y torturas en la comisaría del barrio Banderas Argentinas de esa ciudad. A eso, se sumó la fuerte discriminación que sufrió la misma comunidad debido a un brote de casos de coronavirus en el barrio Gran Toba (Resistencia).
En este contexto, irrumpen las ollas itinerantes propuestas por docentes y padres del Centro de Educativo Franciscano (CEF) Intercultural Bilingüe Cacique Pelayo de Fontana.
Un proyecto que desde mayo realizó 24 ollas, brindando 180 porciones cada sábado, llegando a un total de 4.500 raciones de comida en agosto.
“Comenzamos en mayo, cuando vimos que no podíamos iniciar las clases ni contactarnos con nuestros alumnos”, relata Freddy Fleitas, uno de los profesores de la escuela.

El complejo educativo tiene cuatro niveles de formación: uno de oficios, escuela secundaria y primaria y jardín de infantes. Los docentes buscaron acercarse, entendiendo que es una población donde las desigualdades sociales son notorias. Poseen escasos recursos, empleos informales, y sufre discriminación racial constante.
👉Hoy queremos que conozcan a las compañeras Sandra, Claudia y Vanesa quienes llevan adelante acciones comunitarias en el Barrio Quebracho.🍲Con ellas también cocinamos con el proyecto Ollas Itinerantes.💪Es importante visibilizar a estas mujeres, porque creemos en el valor que tiene su hacer, su aporte a la comunidad!#FontanaChaco#fontana#oficios#caciquepelayo#labilingüe#OllasSolidarias#ollasitinerantes#OllasPopulares
Posted by Escuela de Formacion Profesional UEP 72 Cacique Pelayo on Saturday, August 8, 2020
Los profes del Cacique Pelayo se comunicaron con sus alumnos del nivel de formación profesional, padres y organizaciones comunitarias que, previo a la pandemia tenían a cargo comedores y merenderos en barrios cercanos al centro educativo. Se sumó, también, un aporte económico mínimo pero indispensable de la comunidad de Franciscanos.
“Decidimos hacer propaganda, pedir donaciones, y aportar también nosotros”, cuenta Freddy; ya que el proyecto de ollas itinerantes se financia completamente por donaciones y aportes particulares, no recibe ayuda del Estado.
“Nuestro objetivo era sostener y acompañar las dificultades económicas y sobre todo alimenticias de nuestra comunidad educativa”, afirma. Otro de los propósitos era evitar que pase lo que ocurrió en el barrio Toba, “nosotros teníamos miedo, temíamos que se aíslen y sabíamos que iban a necesitar ayuda”, dice Freddy.
Barrio por barrio
Con las primeras donaciones y elementos básicos, el grupo lanzó el proyecto Ollas Itinerantes en 5 barrios: Cacique Pelayo, Lavalle, Parque Industrial, Takay y Quebracho. Cada sábado, hombres y mujeres, se instalan en una de las barriadas a cocinar.
“Tiene diferentes sentidos, hacer presencia educativa a través de la cercanía con estudiantes, un refuerzo alimentario en el marco de la crisis y la pandemia; y fortalecer el hacer en el territorio de nuestros vínculos locales y paliar las desigualdades sociales”, reflexiona Analía asistente social y docente en la escuela.

También detalla que en cada barrio se realiza, además de la olla popular, una acción diferente de acuerdo a las necesidades de esa comunidad.
En el barrio Cacique Pelayo, a través de una docente y referente qom; un grupo de mujeres que cocinan, se fortalece el reconocimiento simbólico para que las personas que se encuentran en diversas situaciones de vulnerabilidad se sientan contenidas.
Parque Industrial es un merendero dirigido por Vanesa Molina, una estudiante del Nivel de Oficios que siempre supo canalizar las necesidades de la población de riesgo. Allí, el equipo de docentes del Cacique Pelayo, acompaña con actividades para la infancia.

Lavalle es un asentamiento reciente en Fontana conformado por familias qom del Cacique Pelayo y del barrio Banderas Argentinas -donde ocurrieron los hechos de violencia institucional-. Ahí los acompaña también miembros del movimiento social CCC en un trabajo de contingencia de adolescentes.
El barrio Quebracho, tiene un merendero organizado por mujeres de la zona, el rol de las ollas itinerantes ahí es acompañar a las familias. “Nuestro vínculo es a través de una organización de jóvenes llamada Fontana Solidaria con la cual venimos articulando diferentes actividades hace un par de años”, detalla Analía.
Unidad en las crisis
Entre las reflexiones que realizan Analía y Freddy, advierten que este contexto de crisis social y económica permitió fortalecer los valores de solidaridad, honestidad y empatía.

“Es muy interesante rescatar que esta pandemia nos unió como comunidad, porque a partir de ahí todos los niveles comenzamos a apoyar este emprendimiento de trabajo solidario de distintas maneras”, destaca Freddy. Que no puede esconder el orgullo que le genera el hecho de que muchos de sus alumnos sean voluntarios en este proyecto solidario.
Otra de las cosas interesantes que surgieron durante el proyecto fue “la presencia de mujeres de los barrios, son las que sostienen las ollas, su presencia es fundamental”, cierra.
Quienes quieran colaborar pueden contactarse a través de la cuenta de Facebook llamada: Escuela de Formación Profesional UEP 72 Cacique Pelayo.