En Corrientes, la carne atraviesa su tercera semana consecutiva de aumentos, en un mercado marcado por la falta de oferta, la presión exportadora y un contexto climático adverso. Los carniceros aseguran que el escenario es delicado y que las listas de precios llegan con incrementos constantes.
El empresario del sector, Mateo Zibelman, explicó a NEA HOY que las subas responden a un conjunto de factores que confluyeron al mismo tiempo: la eliminación temporal de retenciones, que incentivó una fuerte demanda exportadora; la etapa reproductiva del ganado, que reduce la disponibilidad de animales, y las inundaciones en Buenos Aires, que afectaron más de 700.000 hectáreas y frenaron la salida de hacienda desde la principal zona abastecedora del país.
Aunque reconoce que es imposible predecir si los precios de la carne seguirán subiendo hasta las fiestas, Zibelman admitió que a diario reciben nuevas listas de precios “para arriba”, lo que alimenta la preocupación entre los consumidores correntinos, que ya están pensando en los gastos de fin de año y el impacto que tendrá en las tradicionales comidas familiares.

Precios actuales de referencia de la carne en Corrientes
De acuerdo a una consulta de NEA HOY -en una de las principales cadenas de la capital- entre los precios de la referencia en las carnicerías locales se encuentran los siguientes:
Carne de ternera (por kg):
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Aguja: $9.900
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Asado de lomo: $15.600
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Bife de chorizo: $16.800
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Cuadril / Bola de lomo / Peceto: $16.400 – $16.600
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Lomito: $18.300
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Molida común: $7.799
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Molida especial: $14.199
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Matambre / Vacío / Tapa de asado / Costilla: $15.600
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Osobuco: $6.800
Carne de novillo (por kg):
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Aguja: $7.999
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Asado: $11.699
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Bife de chorizo: $14.099
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Nalga: $14.399
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Vacío / Tapa de asado / Costilla: $9.999
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Peceto / Bola de lomo / Cuadrada: $13.599 – $13.899
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Osobuco / Pecho: $5.899

Empresarios anticipan que los precios «no van a bajar»
La presión externa es otro elemento central. Estados Unidos multiplicó por cuatro la cuota de carne argentina y China mantiene una demanda sostenida, incluso de cortes premium como bife de chorizo. Este dinamismo internacional reconfigura la oferta doméstica y empuja los precios locales hacia arriba. La Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores advierte que los valores “no van a bajar” y que la tendencia se irá consolidando.
A nivel interno, el consumo se sostiene, pero sin margen para absorber nuevos aumentos. El CEPA detectó una aceleración fuerte en octubre y noviembre, mientras que CICCRA ubicó el consumo per cápita en 49,5 kg por año, aún por debajo de los niveles prepandemia.
Los argentinos comen menos carne en la era Milei y se incrementa la desigualdad alimentaria
En lo que va del gobierno de Javier Milei, los argentinos comen menos carne vacuna y el fenómeno ya está documentado por el Centro CEPA y la cadena cárnica. El consumo interno cayó 7,3%, un retroceso directo del encarecimiento de los cortes tradicionales, que subieron muy por encima del promedio de la economía y del salario. Con incrementos como el asado (+64,7%), el vacío (+73,7%) o el lomo (+66,6%), la carne dejó de ser un alimento cotidiano y pasó a ser un gasto difícil de sostener.

En octubre, la mayoría de los cortes subió entre 5% y 8%, duplicando la inflación general del mes. Y si se mira el año, la carne vacuna aumentó 61,8%, casi el doble del índice oficial. Esa diferencia hace que cada vez más hogares recurran a la sustitución: con lo que cuesta un kilo de asado, hoy pueden comprarse tres de pollo o uno y medio de cerdo. La mesa se reorganiza por necesidad, no por elección.
El retroceso no es solo económico: también revela desigualdades profundas en la alimentación. Mientras un sector de la población mantiene el consumo de proteínas sin cambios, otro experimenta falta de hierro y nutrientes esenciales. La carne ya no es un patrón uniforme. La crisis rompió esa tradición y obligó a millones de familias a reducir un alimento que durante décadas fue parte de la mesa.
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