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El dólar blue roza los $1.500 pese al intento de rescate de Trump a Milei

Pese al respaldo financiero de Estados Unidos, el dólar oficial volvió a subir y el blue rozó los $1.500. La estrategia de Milei y Caputo de apoyarse en un salvataje externo muestra fisuras: lejos de estabilizar, incrementa la dependencia y la desconfianza del mercado.
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La foto política era poderosa: Javier Milei en Washington, reunido con Donald Trump, en busca de apoyo y legitimidad ante una economía argentina al borde del colapso cambiario. Pero los gestos diplomáticos y las promesas de un “rescate histórico” de hasta 40.000 millones de dólares no lograron lo que más se necesitaba: frenar la escalada del dólar y contener las expectativas de devaluación.

Pese a la nueva intervención del Tesoro de Estados Unidos —que volvió a vender divisas a través de un banco privado norteamericano— el dólar oficial cerró en alza y el blue se disparó hasta los $1.470, en una jornada marcada por la volatilidad y el nerviosismo preelectoral.

El movimiento expuso con crudeza los límites del “plan Trump-Milei”: una maniobra financiera más política que económica, incapaz de modificar los desequilibrios de fondo que atraviesan al país. En los hechos, el supuesto salvataje no es más que nuevo endeudamiento, una oxigenación momentánea para sostener un esquema cambiario que hace agua.

Mientras el ministro Luis Caputo promete reformas laborales y previsionales, descarta devaluaciones y habla de “confianza”, los mercados responden con fuga y cobertura. Nadie compra el relato de estabilidad. Las intervenciones del Tesoro norteamericano —aplaudidas por el oficialismo como símbolo de respaldo internacional— son percibidas en la city como operaciones de contención temporaria, sin capacidad estructural de frenar la presión cambiaria.

En los últimos días, el dólar mayorista superó los $1.410, el minorista trepó hasta $1.425, y los financieros (MEP y CCL) se alinearon por encima de los $1.470. El mensaje del mercado es claro: el supuesto blindaje no alcanza, y el “rescate” se diluye entre tasas exorbitantes, reservas frágiles y una economía que sigue sin rumbo.

Los gestos diplomáticos y las promesas de un “rescate histórico” por parte de Donald Trump de hasta 40.000 millones de dólares no lograron lo que más se necesitaba: frenar la escalada del dólar y contener las expectativas de devaluación.

Desde Wall Street ya anticipan un ajuste inevitable. Incluso los informes más optimistas, como el de Morgan Stanley, proyectan un dólar a $1.700 para fin de año. Las expectativas de devaluación —que el Gobierno intenta desmentir— se consolidan cada vez más como un hecho descontado.

El problema de fondo es político. El intento de Javier Milei de mostrar a Donald Trump como garante del modelo libertario argentino se vuelve contraproducente: en lugar de transmitir fortaleza, exhibe dependencia y vulnerabilidad. En la práctica, Estados Unidos interviene para evitar un estallido prematuro, no para apuntalar un plan consistente.

En paralelo, las reservas del Banco Central apenas se sostienen en torno a los US$41.700 millones, pese a las compras puntuales del Tesoro argentino. Los pagos a organismos internacionales se multiplican, y la emisión de deuda crece para tapar agujeros inmediatos.

Con información de Ámbito, Cadena 3 y Dos Bases.

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