El Puente General Manuel Belgrano, inaugurado en 1973 y diseñado bajo la misma concepción que el Puente Morandi de Génova, colapsado en 2018, se encuentra hoy en un estado crítico. En los últimos días, el desprendimiento de una junta de dilatación y la rotura de bulones obligaron a interrumpir el tránsito, generando largas demoras y encendiendo una alarma que ya nadie puede ignorar.
Los videos que circularon en redes sociales mostraron fisuras, rampas reviradas y juntas abiertas. Vialidad Nacional reconoció el problema y prometió concluir los trabajos de recambio antes de la primera quincena de octubre, pero el daño estructural y la falta de controles sistemáticos van mucho más allá de una reparación puntual.

Puente Belgrano: un diseño envejecido y una advertencia ignorada
El puente General Belgrano fue construido siguiendo los parámetros del ingeniero italiano Riccardo Morandi, el mismo del viaducto que se desplomó en Italia dejando 43 muertos. El ingeniero chaqueño Jorge Bernal, que dedicó años a estudiar el Belgrano, lo definió en vida como “un huérfano, sin protocolos de emergencia ni mantenimiento real”.
Bernal detectó corrosión, fisuras y fatiga en el hormigón, agravadas por el paso diario de más de 25 mil vehículos, entre ellos camiones de hasta 40 toneladas, un peso muy por encima de lo previsto en su diseño original. “El Belgrano tiene el mismo ADN estructural que el Morandi. Si no se actúa a tiempo, la historia puede repetirse”, advirtió el ingeniero en una entrevista de archivo.
🛑 Otra jornada de transito complicado en el Puente Chaco- Corrientes.
👉 Se cortaron los bulones y se retiro una de las rampas
👉 Están trabajando para habilitar el tránsito en ambas manos lo antes posible. #puentechacocorrientes #transito #Csdigital pic.twitter.com/G49W8svLlg
— Carlos Simon (@carlosalbesimon) September 30, 2025
Falta de control y sobrecarga constante
Desde hace años, especialistas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) vienen advirtiendo que el principal riesgo no es solo estructural, sino operativo. El ingeniero Benicio Szymula señaló que “el problema central está en la falta de controles de peso y en el tránsito desbordado”, que genera atascos, choques y sobreesfuerzo sobre la estructura.
El abogado Horacio Gutniski, integrante del Foro del Segundo Puente, fue aún más directo, en diálogo con el medio Noticiero 9: “El puente se puede caer. Nadie controla el peso real de los camiones y la estructura ya soporta el doble de lo que fue proyectado hace 50 años”.
Una tragedia anunciada
Diario Época publicó en 2022 una serie de notas que anticipaban esta crisis. Titulares como “Puente Belgrano: una estructura que coquetea con la tragedia” mostraban un escenario que hoy se repite: falta de mantenimiento, congestión extrema y riesgo de siniestros viales.
En septiembre pasado, un camión fuera de control embistió a varios vehículos en la subida del puente, matando a una persona. Los especialistas coinciden en que la combinación de falta de potencia, sobrepeso y ausencia de inspecciones puede derivar en un desastre mayor.

El segundo puente, víctima del ajuste de Milei
A fines de 2023, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó 1.000 millones de dólares para financiar el Segundo Puente Chaco-Corrientes, una obra estratégica que buscaba descomprimir el tránsito y fortalecer el corredor bioceánico del norte argentino. El proyecto incluía un viaducto de 772 metros de longitud y una autopista de 34 kilómetros, con un impacto positivo en el comercio, la logística y el empleo regional.
El accidente ocurrido en el Puente Chaco-Corrientes, que requirió un período de normalización del tránsito de 12 horas, colapsando la comunicación de ambas provincias con un promedio de 24.000 vehículos diarios, demuestra la imperiosa necesidad de ejecutar el proyecto del segundo… pic.twitter.com/9lPL5yaVur
— Jorge Capitanich (@jmcapitanich) September 21, 2025
Sin embargo, en enero de 2024, el gobierno de Javier Milei decidió retirar la obra del listado de proyectos prioritarios, bajo el argumento de “restricción fiscal” y suspensión general de la obra pública. Desde entonces, el proyecto quedó paralizado pese al financiamiento internacional ya aprobado.
El puente que nadie cuida
El Puente Belgrano nunca tuvo un organismo único de gestión. Vialidad Nacional, Gendarmería y las policías provinciales actúan sin coordinación, y no existen protocolos de emergencia ni equipos de monitoreo estructural como en otros países. Las barcazas ya impactaron once veces contra sus pilares, desplazando defensas de hormigón sin que se hayan reparado con estudios técnicos adecuados.
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Cada día cruzan por el viaducto cientos de camiones con combustible, una situación que el propio Szymula calificó como “un riesgo potencial de explosión si alguno impacta contra los tensores”.

Con medio siglo sobre sus pilares, el Puente General Belgrano sigue siendo la arteria principal del NEA, aunque cada día más vulnerable. Los especialistas ya trazaron el diagnóstico y el financiamiento existió. De persistir la indiferencia, el riesgo no será solo estructural, sino histórico: perder un ícono que pudo salvarse a tiempo.
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