En un escenario político nacional marcado por el desencanto y la incertidumbre ante las políticas de Javier Milei, la voz de Mirta Retamozo aparece con un registro distinto: el de una dirigente que se define a sí misma como «trabajadora del Estado» y que reivindica la militancia como motor de transformación. Su candidatura surge tras un recorrido de años en áreas clave como el Registro Civil o programas sociales vinculados a la identidad y los derechos humanos. Esa experiencia en territorio, cercana a las necesidades reales de la población, le otorga un perfil particular en la escena política formoseña.
En diálogo con NEA HOY, Retamozo destacó la importancia de fortalecer la presencia del Estado y diferenciarse de sectores que —según sus palabras— «han demostrado defender intereses ajenos a los de los formoseños». La candidata lo planteó sin eufemismos: para ella, la política es elegir un camino y sostenerlo con coherencia. «Nosotros no somos improvisados, construimos todos los días y tenemos un camino claro. Si llegamos al Congreso, vamos a defender los intereses de los formoseños, especialmente de los grupos más vulnerables», expresó con firmeza.

La funcionaria participa activamente del programa Identidad Formoseña, que acerca el Estado a los distintos barrios de la ciudad, donde supervisa trámites gratuitos de documentación. Allí valoró la cercanía de estas políticas públicas con los vecinos y subrayó la necesidad de garantizar derechos básicos como la salud, la educación y la identidad. No es casual que insista en este último: para Retamozo, el derecho a la identidad es la puerta de entrada a todos los demás derechos.
La candidata también trazó un diagnóstico severo sobre la situación nacional. Cuestionó la gestión del Gobierno nacional por los casos de corrupción que han salido a la luz en los últimos meses: «A mí particularmente no me sorprende, porque incluso antes de iniciar la campaña el Presidente ya estaba involucrado en hechos no solo de corrupción, sino de cuestiones inmorales. Lo que menos se puede esperar es que se rodee de gente con valores y dignidad». Sus palabras buscan marcar un contraste: mientras acusa al oficialismo nacional de retroceso y descrédito, presenta al proyecto formoseño como un modelo de planificación, cercanía y continuidad.

La convicción del electorado formoseño
Ese contraste también se refleja en los resultados electorales. Retamozo no oculta su confianza en que el 26 de octubre, cuando se disputen dos bancas para la Cámara de Diputados, el Frente de la Victoria obtendrá un triunfo contundente en Formosa. «El pueblo formoseño es agradecido y esclarecido», sostuvo, convencida de que la obra pública, las políticas de inclusión y la gestión cotidiana del Gobernador Gildo Insfrán encuentran un respaldo sólido en la ciudadanía, evidenciado en los resultados obtenidos en las elecciones provinciales de junio, donde el oficialismo obtuvo el 70% de los votos.
El discurso de Retamozo, sin embargo, no se limita a la diferenciación política entre Nación y Formosa. También tiene un fuerte componente simbólico. Cuando habla de inauguraciones de escuelas, comisarías o casas de la solidaridad, las define como «actos de amor» más que como obras. Esa forma de narrar la gestión conecta lo personal con lo colectivo: desde sus recuerdos de infancia en un barrio sin instituciones educativas, hasta la certeza de que hoy esos espacios existen para nuevas generaciones.
La Directora del Registro Civil subrayó que la política de su espacio seguirá siendo «caminar, escuchar y estar presentes en cada barrio», convencida de que ese es el camino para sostener el vínculo con la ciudadanía en un contexto de fuerte descontento social. No se trata de una estrategia electoral coyuntural, sino de un estilo de hacer política que, según ella, distingue a Formosa de otras provincias.

Retamozo y el valor de su candidatura
El valor de su candidatura también radica en la dimensión colectiva. Retamozo no se presenta como una dirigente aislada, sino como parte de un equipo junto a los demás candidatos: Graciela de la Rosa (primera candidata titular), Fabián Cáceres (segundo candidato titular) y Camilo Orrabalis (segundo candidato suplente). «Somos representantes del proyecto formoseño y la defensa será férrea por los derechos de los habitantes de este suelo», sostuvo. La insistencia en la «unidad» aparece en cada intervención, como si se tratara del verdadero núcleo del mensaje: más allá de las figuras, lo que se busca consolidar es una identidad política común.
La candidata repasó cómo en su infancia debió ir a escuelas de barrios lejanos porque en el suyo no había instituciones, y cómo años después pudo estudiar abogacía en una universidad pública pese a provenir de una familia humilde. Esa narrativa no es un detalle, sino un repaso de cómo una realidad se transformó a partir de las políticas que se llevaron a cabo a lo largo de los años y hasta el día de hoy se siguen replicando.

Su apuesta no es solo electoral: es también ideológica y cultural. Defender la identidad, respaldar los derechos plasmados en la nueva Constitución provincial, reivindicar la cercanía con los vecinos y contrastar con la corrupción denunciada a nivel nacional forman parte de un mismo mensaje.
El 26 de octubre será el momento de medir en las urnas cuánto respaldo tiene ese mensaje. Por ahora, la voz de Retamozo se afirma en un punto claro: la defensa irrestricta de los intereses de los formoseños como prioridad política y moral. Y en un tiempo de descreimiento generalizado, esa certeza constituye, al menos en Formosa, un activo de enorme valor.
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