La reacción libertaria tras la derrota electoral en Buenos Aires no se concentró en revisar políticas ni en reconocer errores, sino en atacar a los votantes. Frases como la del economista Miguel Boggiano —“La gente de La Matanza ama cagar en un tacho”— o de la diputada Lilia Lemoine —“votás kirchnerismo y tu calle sigue sin asfalto, no tenés cloacas ni agua”— buscaron construir una narrativa de desprecio hacia los barrios populares.
Sin embargo, según el Censo 2022, el 87,4% de las viviendas del Conurbano cuenta con inodoro con arrastre de agua. Esto implica que casi 9 de cada 10 casas tienen baño instalado, una cifra incluso superior a la de varias provincias del país. El discurso oficialista, entonces, no solo fue ofensivo: fue falso.
A nadie le gusta cagar en un balde, ni en la Provincia de Buenos Aires ni en ningún lugar del mundo. Por eso durante 8 años desarrollamos una Política de Estado para urbanizar todos los barrios del país. pic.twitter.com/m5mbXHbbNk
— Fer Miño (@ferminook) September 8, 2025
El trasfondo político: obra pública paralizada
Mientras se estigmatiza a quienes votaron contra La Libertad Avanza, lo cierto es que el gobierno nacional de Javier Milei paralizó la mayoría de las obras de urbanización y saneamiento.
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El Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), que financió más de 1.200 proyectos en 1.000 barrios entre 2019 y 2023, fue blanco de ataques y de intentos de eliminación por decreto.
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Programas como Mi Baño y Mi Pieza, destinados a mujeres de barrios populares, fueron suspendidos.
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Según datos oficiales, la inversión en agua y cloacas cayó 95% real frente a 2023. En Buenos Aires, la caída fue aún más drástica: 99,9% menos fondos.
En paralelo, casi el 80% de las obras sanitarias heredadas del gobierno anterior quedaron paralizadas. Obras de gran impacto en el Conurbano, como plantas depuradoras, sistemas de agua y el saneamiento del Riachuelo, quedaron en pausa.
Confrontación con el peronismo
El uso de fake news no aparece aislado: es parte de una estrategia de confrontación con el peronismo en su territorio más fuerte, el Conurbano bonaerense. En lugar de atender demandas sociales, el gobierno eligió el camino de la estigmatización.
La narrativa de que los sectores populares “prefieren vivir en la precariedad” funciona como justificación para el recorte en obra pública y la desinversión en infraestructura. Pero también como una forma de señalar al peronismo como el “responsable” de esa supuesta situación.
A la gente de La Matanza no le gusta cagar en un tacho, pero tampoco que gusta que la caguen los fachos, señor!
Lejos de querer, USTEDES los obligan!
La Matanza tiene la mitad del territorio con cloacas y para la otra mitad se estaba construyendo la Planta Depuradora Laferrere… https://t.co/hqorzjI9Mg— Malena Galmarini (@MalenaGalmarini) September 9, 2025
«¿Cagar en un balde?»: lo que muestran los datos
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Baños instalados: 87,4% de las viviendas en el Conurbano cuentan con inodoro con arrastre de agua.
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Cloacas: 57,8% de cobertura en los 24 partidos, cifra que creció de manera sostenida hasta 2023.
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Inversión nacional: caída del 95,2% real en obras de agua y cloacas en lo que va de 2025.
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Obras paralizadas: 80% de los proyectos heredados de la gestión anterior están prácticamente detenidos.
Estos números revelan una contradicción central: mientras el discurso oficial señala a los barrios populares como “culpables” de sus condiciones de vida, el propio gobierno retiró los recursos que permitían mejorar esa infraestructura.
[NUEVO] Es falso que en el Conurbano bonaerense “cagan en un balde”: casi 9 de cada 10 viviendas tienen baño con inodoro con arrastre de agua.
👉 Son datos del Censo 2022. El porcentaje de cobertura de este tipo de sanitario es del 83,6% en La Matanza. pic.twitter.com/gh8Bp9xqx2
— Chequeado (@Chequeado) September 9, 2025
Una crisis que se tapa con mentiras
La combinación de recesión, inflación y crisis política golpea con fuerza al oficialismo. Ante ese escenario, la estrategia de Milei no fue asumir responsabilidades, sino crear un enemigo interno. Los barrios populares del Conurbano se convirtieron en el blanco perfecto: estigmatizados, invisibilizados y ahora también desinformados.
La frase “cagan en un balde” resume la brutalidad del discurso libertario: en vez de resolver problemas, los profundiza. En vez de dar respuestas, difunde mentiras. Y en vez de construir consensos, busca dividir a la sociedad entre “productivos” y “parásitos”. El resultado: menos cloacas, menos agua potable y más fake news.
Con información de Chequeado y Tiempo Argentino.
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