La Justicia ordenó suspender la cremación del cuerpo de Alejandra «Locomotora» Oliveras, quien falleció el lunes tras permanecer dos semanas internada en el Hospital Cullen. El pedido fue realizado por el Ministerio Público Fiscal de la Nación y ya fue recibido por las autoridades del Cementerio Municipal de Santa Fe, donde este miércoles estaba previsto el crematorio.
La decisión fue tomada «con carácter urgente» para preservar el cuerpo en condiciones adecuadas y permitir una eventual autopsia judicial, según consta en el escrito firmado por la auxiliar fiscal María José de la Torre y dispuesto por el fiscal federal penal coadyuvante Diego Orzuza Cock.
Este sorpresivo giro judicial se dio tras una denuncia presentada por Aldo Parodi, fisicoculturista y militante contra el uso de esteroides, quien sostiene que la muerte de la ex boxeadora es «dudosa» y vinculada a posibles redes ilegales en el ámbito deportivo. Parodi está representado por la abogada Patricia Noemí Apesteguy, quien afirmó que su cliente «conoce de cerca la existencia de mafias que operan sin regulación en el mundo del deporte».
Si bien la Justicia Federal de Santa Fe recibió el pedido, se declaró incompetente y derivó el caso al Ministerio Público de la Acusación de la provincia, que ahora deberá evaluar la procedencia de la autopsia y continuar con la investigación. Por su parte, el abogado Luis Hilbert, representante de los hijos de Locomotora Oliveras, se mostró sorprendido y expresó que la familia atraviesa un profundo dolor, agravado ahora por esta intervención judicial inesperada.
Una despedida multitudinaria
Mientras se resolvía esta situación legal, una multitud colmó la explanada de la Legislatura santafesina para despedir a Locomotora Oliveras. La campeona mundial de boxeo femenino murió a los 47 años tras sufrir un accidente cerebrovascular isquémico el pasado 14 de julio.
Durante la mañana, sus restos fueron velados en una ceremonia íntima para familiares en Casa Rodríguez. Desde las 17, el público pudo rendirle homenaje en la Legislatura, donde cientos de personas hicieron fila para darle el último adiós. Más de 300 personas asistieron a la emotiva despedida de esta figura icónica tanto arriba como abajo del ring. Niños y adultos emocionados, con carteles y fotografías de la boxeadora, lamentaron su partida, pero presentaron sus respetos con aplausos y agradecimientos para la luchadora que trascendió el deporte
«Locomotora fue la muestra de que los que nacemos en la periferia también podemos», expresó con emoción Saúl Cicurella, entrenador del gimnasio social que Oliveras había inaugurado en barrio Roque Sáenz Peña. La historia de Locomotora, marcada por la superación, el sacrificio y la gloria deportiva, ahora queda envuelta en incertidumbre mientras la Justicia decide si se avanza con una autopsia que podría cambiar el rumbo del caso.
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