La construcción en Chaco atraviesa uno de sus momentos más críticos con obras paralizadas, pagos retenidos y miles de empleos perdidos. Desde la Cámara de Empresas Constructoras alertan que el sector se encuentra en una situación terminal: “Estamos en un cementerio productivo”, graficó su presidente, Mateo Alemán.
La caída de la actividad se explica por una combinación de factores: la interrupción total de la obra pública nacional, la falta de pago de trabajos ya ejecutados y un contexto económico que ha expulsado a la mayoría de las pymes del registro estatal.
Sólo 1 de cada 10 empresas sigue activa
Hasta 2023, más de 350 constructoras chaqueñas renovaban año a año su inscripción para contratar con el Estado. En 2025, apenas 30 lograron mantenerse activas, y muchas de ellas no tienen obras en ejecución. El dato, confirmado por la entidad que agrupa al sector, muestra el grado de parálisis que afecta a la provincia. “Las obras heredadas están siendo inauguradas, pero sin haber sido pagadas. Diez empresas trabajaron durante más de un año y no cobraron ni un peso”, denunció Alemán.

Según estimaciones de la Cámara, en lo que va del año más de 13.000 trabajadores de la construcción perdieron su empleo en Chaco, en sintonía con una retracción nacional que supera los 120.000 puestos. El titular de la organización atribuyó la situación a las decisiones del gobierno nacional: “Esto es el resultado de una obsesión con el déficit cero. Nadie discute que había que ordenar las cuentas, pero no a costa del tejido productivo”.
Alemán también cuestionó la idea oficial de que el capital privado puede reemplazar al Estado en materia de infraestructura: “En cualquier país serio, el 80% de la inversión en obra pública proviene del Estado. Pretender lo contrario es negar el rol del sector público como dinamizador de la economía”.
Además, advirtió que incluso el sector inmobiliario privado se redujo drásticamente: el costo del metro cuadrado se duplicó —pasó de mil a dos mil dólares— por efecto de la suba de materiales y la distorsión cambiaria. “Es una devaluación encubierta que volvió inaccesible cualquier tipo de inversión”, explicó.

El dirigente de la construcción en Chaco también hizo referencia a un clima de hostigamiento institucional hacia empresas que participaron de obras durante gestiones anteriores. “Están revisando quién cobró más o menos como si fuera delito haber trabajado. Hay una caza de brujas, pero el problema no es lo que se hizo, sino lo que hoy no se hace”, afirmó.
Fuente: Perfil
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