La visita de Javier Milei al Chaco no solo dejó discursos encendidos, sino también fuertes cuestionamientos en sectores evangélicos que empiezan a marcar límites claros frente al intento presidencial de capitalizar apoyo religioso.
Desde la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), su presidente, el pastor Leonardo Schindler, advirtió sobre el “peligro” del discurso mesiánico del mandatario, y denunció que Milei encarna políticas “contrarias al evangelio”, sobre todo en lo que respecta a la justicia social y la dignidad humana.
“Fue preocupante ver al presidente usar el púlpito o el espacio religioso para decir un montón de cosas que, desde el evangelio, no podemos acompañar”, expresó Schindler a NEA HOY. Y continuó: “Muchas de esas cosas son contrarias a lo que el evangelio expresa en términos de respeto, de amor al prójimo, de compartir, de generar comunidad, de cuidarnos unos a otros. Milei las descarta en nombre de Dios. Realmente es algo que preocupa”.
Milei en Chaco, en su mejor papel evangelista, el predicador del odio.
“El Estado es una organización criminal”
“La justicia social es aberrante”👉 Traducción: odia al Estado porque odia lo que protege a la gente. Ofrézcanle un altar al mercado, porque al pueblo lo quiere de… pic.twitter.com/7FGJJpuIax
— Marcelo Puella (@puellaok) July 5, 2025
El uso electoral de la fe
La molestia evangélica no es solo teológica, sino política. Para el presidente de la FAIE, la estrategia de Milei de buscar adhesión en templos evangélicos responde a un libreto global, al estilo Trump o Bolsonaro, donde el culto religioso se transforma en herramienta de campaña. “Hacer público su posicionamiento en un espacio evangélico pretende congraciarse con un sector. La verdad, llama la atención. No creo que los evangélicos estén acompañando este tipo de pronunciamientos», sostuvo.
Él mismo vivió trece años en Misiones y recuerda cómo pastores fueron usados en listas electorales. “Ese uso electoral de los espacios religiosos es bastante antiguo y triste. El espacio de las religiones es para vivir la fe y para crear comunidades de cuidado, y no para apoyar a tal o cual candidato. Claro que siempre están presentes las miradas políticas, pero a nosotros, como espacio religioso, nos une algo mucho más grande: la adhesión a Cristo. No podemos poner por encima de eso a figuras políticas. La verdad que es bastante herético», dijo.
«Hay niveles de crueldad que no nos merecemos como pueblo argentino», dijo el Presidente de la FAIE

Justicia social: el límite infranqueable
Uno de los puntos de mayor fricción es la visión ultraliberal de Javier Milei sobre el Estado y los derechos sociales. Para Schindler, resulta inaceptable que el presidente denoste la justicia social, calificándola incluso como “pecado capital”.
“La justicia social nace de la necesidad de que todas las personas tengan lo necesario para vivir, independientemente de los méritos de cada uno. No tener para comer, no tener acceso a la salud, a la educación, a una vivienda digna, es indigno. Esas condiciones mínimas deben estar garantizadas. De eso hablamos cuando hablamos de justicia social. Lo defendemos porque creemos que las personas somos hijos e hijas de Dios y merecemos dignidad por esa sola condición», aseveró el presidente de la FAIE.
Las políticas actuales del gobierno nacional, advirtió, están lejos de esa mirada evangélica de cuidado y comunidad. “Mientras el Senado está discutiendo el aumento a los jubilados y Milei ya anticipó que lo va a vetar. O se debate una ley de emergencia para las personas con discapacidad, para que puedan acceder a derechos básicos, y se las quiere dejar libradas a su suerte. Hay niveles de crueldad que no nos merecemos como pueblo argentino», remarcó.

“Colocarse en el lugar mesiánico elimina el diálogo político»
Más allá de las medidas económicas, el pastor señaló un peligro mayor: el tono mesiánico que asume el presidente. “Es un posicionamiento peligroso. Colocarse en el lugar mesiánico elimina el diálogo político. Y la sociedad necesita diálogo. Si yo vengo a destruir, aplastar o eliminar a los otros, no hay forma de diálogo posible», analizó.
Esa deriva autoritaria, explicó Schindler, es incompatible con la fe evangélica, que se fundamenta en la comunión y el respeto al prójimo. “No me animo a hacer futurología de cómo va a seguir esto. Pero me queda claro que no va a ser tan fácil que Milei logre un respaldo evangélico masivo. Y espero que así sea», expresó.

«Evitar miradas deshumanizantes», el pedido de la FAIE
Aunque la FAIE no representa a la totalidad de las iglesias evangélicas del país, el pronunciamiento publicado días atrás —junto con otros espacios evangélicos— muestra que el rechazo al uso político de la fe empieza a crecer. Incluso desde sectores tradicionalmente más conservadores, como ACIERA, surgieron voces críticas, marcando un límite al alineamiento religioso con el gobierno.
La preocupación de la dirigencia evangélica es, sobre todo, pastoral. “Tenemos una responsabilidad urgente de poder transmitir a nuestros hermanos y hermanas una mirada de esperanza, y al mismo tiempo evitar que adhieran a miradas deshumanizantes», indicó el pastor Schindler.
Mientras se profundiza la polarización política, sectores evangélicos comienzan a decir basta ante discursos que consideran incompatibles con su fe y valores. La prédica individualista y el perfil casi profético de Milei despiertan un rechazo creciente. “Debemos brindar una mirada superadora”, concluyó el presidente de la FAIE.
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