El gigante francés del retail Carrefour confirmó que inició el proceso para retirarse de la Argentina. En medio de una profunda crisis económica, la compañía analiza desprenderse de sus operaciones locales, ya sea a través de una venta total o mediante la incorporación de un socio estratégico. El mandato para evaluar la operación fue entregado al Deutsche Bank, que ya comenzó con la valuación de los activos y el sondeo de posibles interesados.
Carrefour Argentina desembarcó en el país en 1982 y se consolidó como una de las cadenas líderes en el rubro de supermercados. Hoy cuenta con más de 680 locales, cerca de 17.000 empleados y presencia en casi todas las provincias. Durante los años 90, la empresa vivió su etapa de mayor expansión y rentabilidad, al punto que su tienda de Quilmes fue, durante un tiempo, la más rentable del mundo dentro del grupo.

La operación en curso es parte de una estrategia global anunciada por el CEO Alexandre Bompard, que incluye la revisión de todas las filiales fuera de los mercados estratégicos. Mientras se fortalece en Francia, España y Brasil, Carrefour considera prescindir de su operación argentina, aunque no descarta mantener una participación si aparece un socio dispuesto a compartir el riesgo.
Desde la compañía evitaron hacer comentarios públicos, pero fuentes del sector aseguran que la intención es clara: si no logran cerrar una alianza local, avanzarán con el retiro completo. En este contexto, el mandato de venta incluye una valuación cercana a los USD 1.000 millones.
Posibles compradores y el futuro de Carrefour
Entre los interesados, se menciona al fondo Inverlat, dueño de Havanna, en sociedad con la familia Neuss y los empresarios Rubén Cherñajovsky y Luis Galli, que ya incursionaron en el sector energético. También se analizan propuestas de inversores con intereses más enfocados en el negocio financiero e inmobiliario, especialmente por el atractivo de los activos inmobiliarios que posee Carrefour Argentina.
La salida no sería inmediata. Se trata de un proceso que podría tomar meses, con distintas etapas: primero una lista de candidatos, luego la apertura del data room (presentación financiera) y finalmente la recepción de ofertas. No se descarta una venta parcial, lo que permitiría que la marca siga operando con una figura local al frente.

Parte de un éxodo empresarial más amplio
El caso de Carrefour se suma a una lista creciente de multinacionales que abandonaron el país en los últimos años: Walmart, Falabella, Latam, Glovo, Norwegian, Shell, HSBC, Exxon Mobile, entre muchas otras. Las causas se repiten: baja rentabilidad, cepo al dólar, inflación, trabas burocráticas y un mercado interno en contracción.
Carrefour ya había comenzado un proceso de ajuste interno, cerrando locales, reduciendo superficies y recortando gastos. La decisión de avanzar con una venta marca un punto de inflexión y refleja la falta de confianza de las grandes corporaciones en la estabilidad económica argentina.
Impacto y señales preocupantes
Aunque desde la firma insisten en que la continuidad del negocio y los puestos de trabajo no están en riesgo inmediato, la incertidumbre es total. Para muchos analistas, la salida de Carrefour —con su estructura nacional y gran arraigo en el consumo argentino— podría tener un fuerte impacto en el empleo, la competencia y el acceso a productos en zonas menos pobladas.
Argentina pierde así otra gran marca con más de cuatro décadas de historia en el país. En un contexto donde cada vez más empresas se repliegan, la búsqueda de estabilidad parece un objetivo lejano.
Con información de La Política Online e Infobae.
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