El Índice Barrial de Precios (IBP) que elabora el ISEPCI Corrientes arrojó un dato alarmante: una familia tipo de dos personas adultas y dos menores necesitó en mayo $969.276,81 para no ser considerada pobre, mientras que para no caer en la indigencia se precisaron $425.121,41.
El relevamiento fue realizado en más de 300 comercios populares de seis localidades de la provincia, entre ellas Corrientes capital, Goya, Empedrado, Santa Rosa, Curuzú Cuatiá y Monte Caseros.
El ajuste golpea a las familias de Corrientes: variaciones anuales y acumuladas
Entre mayo de 2024 y mayo de 2025, la Canasta Básica Total (CBT) subió un 31,66 %, mientras que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) aumentó un 28,19 %. En montos concretos, esto significa $223.071,42 más en la CBT y $93.497,36 en la CBA.
Los rubros más afectados fueron:
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Carnicería: subió un 63,93 % anual.
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Almacén: 16,36 %.
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Verdulería: 9,94 %.
Según el ISEPCI Corrientes, la variación acumulada desde diciembre 2024 también refleja un aumento del 7,03 % en ambas canastas.

Carne cara, bolsillo flaco
La carne volvió a liderar los incrementos, con un 7,66 % mensual. Los productos más afectados fueron:
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Nalga: +32,22 %
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Pescado: +20,71 %
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Carnaza: +2,50 %
Este aumento, alerta el ISEPCI Corrientes, pone en riesgo el consumo de alimentos fundamentales en la dieta de la población.
Inflación contenida, pero con impacto fuerte en las familias
Aunque el índice mensual fue de solo 0,30 %, el problema es el desfase entre precios e ingresos. Silvana Lagraña, directora del ISEPCI Corrientes, advirtió que “los costos de ambas canastas continúan siendo elevados” y que el deterioro del poder adquisitivo se sostiene.
“Los bajos ingresos, la quita de subsidios y los aumentos en servicios como energía, transporte y salud hacen imposible sostener un nivel de vida digno”, señaló Lagraña.

Crisis estructural y falta de respuestas
El informe del ISEPCI Corrientes también apunta a las políticas regresivas que impactaron negativamente sobre jubilaciones, salarios, asignaciones y el empleo formal, agravadas por un contexto de deuda familiar creciente y cierres de pymes.
En ese marco, el costo de vida sigue por las nubes, incluso con una inflación “contenida”, y no hay garantías de que el crecimiento económico anunciado se traduzca en mejores condiciones para los hogares correntinos.
El ISEPCI Corrientes muestra con crudeza cómo los precios en los barrios crecen más rápido que los ingresos. En un contexto donde una familia necesita casi un millón de pesos mensuales para no ser pobre, las políticas públicas parecen estar lejos de dar respuesta al drama cotidiano de miles de hogares correntinos.
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