En las últimas semanas, la creciente preocupación por el desborde del río Pilcomayo ha puesto en alerta a varias provincias del noreste argentino. En Formosa, la situación ha empeorado debido a los altos niveles de alerta que superaron los umbrales normales, lo que afecta tanto a las zonas más vulnerables cercanas al río como a las comunidades alejadas de la cuenca. Frente a este escenario, el gobierno provincial ha puesto en marcha una serie de medidas preventivas y operativos de asistencia para mitigar los efectos de la crecida y resguardar a la población.
Desde noviembre del año pasado, cuando comenzaron los primeros anegamientos en el territorio formoseño, la provincia ha intensificado los trabajos para reforzar las defensas frente a la crecida del Pilcomayo. La Dirección de Vialidad Provincial (DPV), encabezada por Javier Caffa, ha desplegado un operativo integral, particularmente en las rutas 86 norte y sur, donde se concentran muchas de las comunidades más afectadas.

El ingeniero Caffa explicó que las zonas más bajas, especialmente aquellas fuera de los anillos de protección como Río Muerto, La Esperanza y La Represa, son las más vulnerables a los desbordes. Para contrarrestar este riesgo, se han construido terraplenes y cordones de defensa a lo largo de la ruta, los cuales han demostrado ser efectivos en la protección de las comunidades cercanas a la cuenca.
“Las defensas construidas en la zona de Río Muerto, por ejemplo, están funcionando correctamente. Estos trabajos, iniciados hace varios años, han sido cruciales para evitar mayores daños en las localidades aledañas”, destacó Caffa.
Operativo de asistencia integral a las familias ante el desborde del Río Pilcomayo
El Gobierno de Formosa no solo ha centrado sus esfuerzos en la infraestructura, sino también en la asistencia humanitaria. Desde el inicio de la emergencia, diferentes áreas del gobierno provincial se han coordinado para garantizar el bienestar de las personas afectadas. La Policía, el Ministerio de Gobierno, el Ministerio de la Producción, la Policía de la Provincia y la Dirección Provincial de Defensa Civil han trabajado en conjunto con los equipos de Vialidad Provincial para atender a las familias evacuadas y prestar apoyo en la distribución de víveres y materiales esenciales.
El Director de Vialidad Provincial destacó la importancia de la acción conjunta entre todos los sectores estatales para brindar una respuesta rápida y efectiva a los desbordes del río Pilcomayo: “Hay una asistencia permanente del Estado provincial a través de sus diversas áreas. Es una acción conjunta del Estado para, en cada una de estas etapas, estar presente. Desde el punto del monitoreo, de la concientización y la difusión de la descripción de la evolución del ciclo creativo como lo hemos tenido en noviembre, en diciembre, con reuniones con los pobladores, donde se les explicó cómo iba a ser el ciclo, dónde se iban a dar los principales desbordes”.

El desafío de la cooperación internacional
El problema del río Pilcomayo, sin embargo, no es exclusivo de Argentina. El flujo de sedimentos y aguas provenientes de Bolivia y Paraguay agrava la situación en Formosa. La falta de obras suficientes en Paraguay ha provocado que entre un 85% y 90% del agua y los sedimentos del río lleguen a territorio argentino, lo que aumenta la complejidad del manejo del recurso hídrico.
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Caffa señaló que, si bien la provincia argentina ha realizado grandes esfuerzos en la construcción de defensas, Paraguay no ha ejecutado las obras necesarias para evitar la acumulación de sedimentos y regular el flujo del río, como se había establecido en el Proyecto Pantalón, que originalmente preveía una distribución equitativa de las aguas entre ambos países.
“Si Paraguay hubiera invertido en las obras necesarias, la situación sería diferente. El Pilcomayo no solo trae agua, sino una gran cantidad de sedimentos arrastrados desde Bolivia, lo que complica la tarea de desviar el agua y controlar las crecidas”, explicó el funcionario.

En conclusión, Formosa continúa enfrentando los desafíos impuestos por el desborde del río Pilcomayo con una combinación de prevención, obras de infraestructura y asistencia directa a las comunidades afectadas. El trabajo conjunto entre distintas áreas del gobierno provincial ha sido clave para mitigar los efectos de esta creciente, que, si bien ha alcanzado niveles alarmantes, ha encontrado respuestas rápidas y eficaces para proteger a la población.
Sin embargo, la problemática del Pilcomayo es un asunto de cooperación internacional, y la falta de inversión en el manejo adecuado de los cauces por parte de Paraguay sigue siendo un obstáculo importante en el control de esta emergencia. A medida que el río sigue su curso, Formosa continuará con su operativo de asistencia, mientras espera que la cooperación bilateral se fortalezca para enfrentar los desafíos que este fenómeno hídrico plantea.
Fuente: Infobae, EFE, Agenfor.
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