Desde el 14 de febrero, el Papa Francisco ha estado hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral. Si bien su salud ha mostrado una ligera mejoría en las últimas actualizaciones, continúa con oxigenoterapia de alto flujo y fisioterapia respiratoria.
Inicialmente, padecía de bronquitis, que no mejoraba con el tratamiento. Tras su ingreso, los médicos diagnosticaron una neumonía bilateral, además de una infección polimicrobiana en las vías respiratorias, que incluye una combinación de infecciones virales, bacterianas y fúngicas. Esta situación se complicó con una crisis respiratoria asmática prolongada y una leve insuficiencia renal.
Debido a la complejidad del cuadro clínico y su edad avanzada, el Papa ha permanecido en estado crítico, recibiendo oxígeno suplementario y tratamiento médico continuo. Sin embargo su situación fue mostrando mejoras en los últimos días al punto de que el día de ayer por la tarde pudo reincorporarse a algunas de sus actividades laborales.
La tomografía computarizada de tórax realizada el 25 de febrero mostró una evolución normal de la inflamación pulmonar y la leve insuficiencia renal detectada en los últimos días ha remitido según el boletín médico del 26 de febrero. Mientras tanto, la comunidad cristiana mundial espera expectante la completa recuperación del sumo pontífice.
Intervenciones del Papa
El Papa Francisco ha sido conocido por su estilo de vida activo y su compromiso con los más necesitados, pero en los últimos años su salud ha presentado desafíos significativos. Después de todo, cuenta con 88 años de edad, y asumió su como soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano en el 2013 (a los 76 años).
Como antecedentes, el propio papa menciona en su autobiografía «Hope» que debió someterse a intervenciones quirúrgicas desde los 21 años debido a tres grandes quistes pulmonares que le fueron extirpados. Además, ya desde su época como arzobispo en Buenos Aires sufre de problemas en la ciática que le provoca dolores en la espala y las piernas. Para aliviar estos dolores, recurrió a distintos tratamientos que incluyeron hasta la acupuntura.
Ya como sumo pontífice, en el 2018, el papa reveló que se sometería a una cirugía para tratar las cataratas. Además, en 2021 pasó diez días en el mismo hospital Gemelli de Roma tras una operación para tratar una estenosis diverticular del colon, que implicó la extirpación de parte del intestino grueso.
En marzo del 2023 fue hospitalizado por una infección respiratoria, aunque no se menciona una intervención quirúrgica específica y finalmente en junio del mismo año se sometió a una laparotomía para corregir una hernia incisional incarcerada, resultado de una mala cicatrización de una incisión anterior.
El Impacto en la Comunidad Cristiana
La salud del Papa Francisco no solo es un tema de interés médico, sino también espiritual y emocional para más de 1.300 millones de católicos en el mundo. Su liderazgo ha sido marcado por un enfoque en la justicia social, la inclusión y la reforma de la Iglesia, lo que lo ha convertido en una figura querida y respetada tanto dentro como fuera de la comunidad católica.
Bergoglio aceptando un pañuelo verde, símbolo del aborto legal, seguro y gratuito, y abrazando a una “abortista” es una muestra enorme del legado que deja el Papa Francisco. Un legado de amor al prójimo, como Cristo lo enseñó. pic.twitter.com/xfTzQcL4Kv
— Dahliabat 🦇 (@DahliaBat) February 24, 2025
La noticia de su hospitalización ha llevado a un aumento en las oraciones y misas dedicadas a su recuperación. En países como México, Brasil, Filipinas y Estados Unidos, los fieles han organizado vigilias y cadenas de oración para pedir por su salud. Muchos ven en el Papa Francisco un símbolo de esperanza y un guía espiritual en tiempos de incertidumbre.
Sin embargo, también hay preocupación sobre el futuro de la Iglesia. El Papa Francisco ha sido un agente de cambio en una institución que enfrenta desafíos como la secularización, los escándalos de abusos sexuales y la disminución de vocaciones religiosas. Su eventual ausencia podría generar un vacío de liderazgo y un período de transición complejo para la Iglesia.
El Impacto en el Mundo
Más allá de la comunidad cristiana, el Papa Francisco es una figura global que ha influido en temas como el cambio climático, la migración y la paz mundial. Su encíclica Laudato Si’ ha sido un llamado urgente a la acción frente a la crisis ambiental, mientras que su postura a favor de los migrantes y refugiados ha inspirado a líderes políticos y organizaciones internacionales.
Es increíble como uno de los sectores mas afectados por la salud del Papa Francisco es el no creyente y ateo. Históricamente decepcionados por la institución, hoy ven en Francisco un líder que los volvió a hacer creer en los valores cristianos. Para un Papa no hay mayor legado… pic.twitter.com/0Zkic9ZzhH
— Martín Dandach (@MartinDandach) February 22, 2025
Su posible retiro o fallecimiento tendría implicaciones significativas en el escenario global. El Papa Francisco ha sido un mediador en conflictos internacionales y un defensor de los derechos humanos. Su voz ha sido crucial en momentos de tensión, como durante la guerra en Ucrania, donde ha abogado por el diálogo y la reconciliación.
Además, su estilo humilde y cercano ha roto con muchos estereotipos asociados con el papado. Su renuncia al lujo y su enfoque en los pobres han sido un ejemplo para líderes religiosos y políticos por igual. Su ausencia podría marcar el fin de una era en la que la Iglesia Católica ha buscado acercarse más a las personas comunes y corrientes.
¿Qué Pasaría si el Papa Francisco Fallece?
El fallecimiento del Papa Francisco desencadenaría un proceso conocido como Sede Vacante, durante el cual la sede papal queda vacante hasta la elección de un nuevo Pontífice. Este proceso está regulado por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996.
El primer paso sería la convocatoria de un cónclave, una reunión de los cardenales electores menores de 80 años, quienes se reunirían en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo Papa. Durante este período, la Iglesia estaría guiada por el Camarlengo, actualmente el cardenal Kevin Farrell, quien se encargaría de administrar los asuntos urgentes.
La elección de un nuevo Papa podría llevar varios días o incluso semanas, dependiendo de las dinámicas internas del Colegio Cardenalicio. El nuevo Pontífice tendría el desafío de continuar el legado de Francisco o, por el contrario, marcar un cambio de rumbo en la dirección de la Iglesia.
En términos prácticos, el fallecimiento del Papa Francisco también tendría un impacto emocional profundo en la comunidad católica y en el mundo en general. Su funeral sería un evento de alcance global, con líderes religiosos y políticos de todo el mundo asistiendo a Roma para rendirle homenaje.
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