Según el último Indicador de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el consumidor pagó $ 3,8 por cada $1 que recibió el productor. En promedio, la participación del productor explicó el 22,7% de los precios de venta final, un 8,1% más con respecto al último mes de 2024.
El informe agrega que la mayor participación la tuvieron los productores de pollo (49,8%), mientras que la menor fue para los de zanahoria (7,9%). El primer mes del 2025 se caracterizó por un consumo deprimido (en parte, debido al período vacacional), condiciones climáticas adversas y elevados costos de producción, logística y comercialización.

Además, el productor regional también se vio afectado de manera crítica por la apertura de importaciones -realizada, por lo general, por grandes hipermercados o grandes empresas-, ya que los altos costos de insumos e impuestos encarecen la oferta nacional y colocan al sector en una situación de desventaja competitiva.
Informe de CAME: cuáles son los productos con mayores brechas entre el campo y la góndola
La zanahoria (12,6 veces), la naranja (9,8), la manzana roja (6,9), la pera (6,9) y el zapallito (6,6 veces) fueron los cinco productos que presentaron mayor diferencia entre los precios de origen y destino.
La zanahoria aumentó 4,3% en góndola, pero disminuyó 17,9% al productor como consecuencia de un exceso de oferta, una demanda reducida y problemas de calidad.
Por su parte, los precios de la naranja también subieron en destino (9,9%) y bajaron en origen (1,2%), lo que se explica por la importación de este cítrico dulce. La naranja nacional no se consigue en las calidades demandadas y todo procede de las cámaras de frío.
La manzana y la pera presentaron el mismo comportamiento en góndola, aumentando 6,2% y 7,5%, respectivamente. Sin embargo, mientras los precios de la manzana no variaron al productor, los de la pera cayeron un 4,5%.

Los productores informaron, para ambos productos, una sobreoferta derivada de la coexistencia entre la fruta almacenada en cámaras de frío y la nueva cosecha, lo que generó un mercado con precios inestables y poco favorables para los productores.
Por último, el zapallito, cuyos precios disminuyeron un 8,7% al productor y aumentaron un 10,2% al consumidor, fruto de un incremento de oferta en el mercado y una demanda selectiva. La comercialización tradujo parte de sus aumentos (gasoil, S.A.C., alquiler, impuestos, luz, etc.) en un mayor precio al consumidor.
Fuente: Memo.
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