El pasado 29 de enero, la Oficina de Defensa Planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA) reveló que estaba monitorizando la trayectoria de un meteorito porque, en ella, podría cruzarse la Tierra.
Los cálculos realizados tanto por el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA y NEODyS indicaban que, hasta aquel momento, el riesgo de impacto con la Tierra para el 29 de enero de 2032 era del 1,2%. Por ello, el meteorito fue situado en el nivel 3 en la escala de riesgo de impacto de Turín.
En este nivel de riesgo (3), la escala de Turín señala que «Lo más probable es que nuevas observaciones telescópicas conduzcan a una reasignación al nivel 0». Sin embargo, está ocurriendo justo lo contrario.
El meteorito aumnetó entre 6 y 7 décimas más la probabilidad de chocar contra la Tierra
Una semana más tarde, la probabilidad de que el meteorito impacte con la Tierra no ha disminuido, sino que ha aumentado. Concretamente, los últimos cálculos realizados por el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOCC) de la ESA sitúan la probabilidad de colisión en el 1,8%, seis décimas más respecto a la semana pasada.
Por su parte, los cálculos perpetrados por la NASA elevan el riesgo al 1,9%, una décima más. A pesar de la preocupación que la tendencia puede generar, cabe señalar que el riesgo —independientemente de que sea del 1,2% o del 1,9%— sigue siendo bajo. De hecho, este recálculo no ha supuesto ninguna alteración en la escala de riesgo de impacto de Turín.

Dónde podría caer el meteorito 2024 YR4
Este meteorito, bautizado como 2024 YR4, fue descubierto el 27 de diciembre de 2024 en el telescopio ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) en Río Hurtado, Chile.
Posee unas dimensiones de entre 40 y 100 metros de ancho, dimensiones que encajan en el promedio de asteroides que cada varios miles de años impactan con la Tierra. Según los expertos, el impacto de un meteorito de este tamaño con nuestro planeta podría causar graves daños a una región local, similares a los de una bomba atómica.
Aunque todavía es pronto —y que lo más probable sigue siendo que no impacte—, entre las posibles zonas de impacto se encuentra el este del océano Pacífico oriental y el océano Atlántico. También, aunque todavía con menos probabilidad, podría tocar tierra en el norte de América del Sur, en África o en el sur de Asia.
Fuente: El Economista.
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