En un mundo cada vez más polarizado, la confianza en las instituciones se ha convertido en un termómetro clave para entender la estabilidad social y política de los países. El Barómetro de Confianza Edelman, un estudio anual de alcance global, ofrece una mirada detallada sobre cómo la población percibe a gobiernos, empresas, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales. El estudio deja un dato sobre la violencia como práctica política que es necesario tener en cuenta.
Los últimos informes han revelado un patrón inquietante: la creciente validación de discursos extremos y el uso de la violencia como herramienta de cambio, mientras hay una caída drástica de la confianza en los gobiernos y los medios de comunicación.
Este panorama de desconfianza no solo afecta la gobernabilidad, sino que también está transformando el mapa político a nivel mundial. Líderes con discursos radicales han sabido capitalizar el malestar social y la falta de credibilidad en las instituciones, consolidando movimientos que desafían los principios democráticos.
Qué es el Barómetro Edelman
El Barómetro de Confianza Edelman es un estudio anual realizado por la firma de relaciones públicas Edelman que mide el nivel de confianza que el público tiene en diversas instituciones, como gobiernos, empresas, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales (ONG). Este informe es ampliamente reconocido a nivel global y se utiliza como una herramienta para entender las tendencias y cambios en la percepción pública hacia estas entidades.
Se basa en encuestas realizadas a miles de personas en todo el mundo. Los participantes evalúan su nivel de confianza en función de criterios como la integridad, la transparencia, la ética y la capacidad de estas instituciones para cumplir con sus expectativas.
El último informe publicado recientemente recopila más de 33 mil encuestas realizadas entre el 25 de octubre y el 16 de noviembre en 28 países, incluyendo Argentina, Brasil, Canadá, China, Francia, India, Japón, México, Reino Unido, EE.UU., entre otros.
Desde su creación hace 25 años, el barómetro viene registrando fenómenos globales interesantes, como que desde el 2005 la población comenzó a registrar una desconfianza generalizada hacia las figuras de autoridad, desde el 2016 se observa una mayor distancia entre las clases sociales y que durante la pandemia la confianza en los negocios subió mientras que las de las instituciones políticas bajó.
Los últimos resultados
En los últimos años, el Barómetro ha destacado una creciente desconfianza hacia los gobiernos y los medios de comunicación, mientras que las empresas y las ONG suelen mantener niveles de confianza más altos. El problema es que esta desconfianza repercute en la adopción o búsquedas de discursos más extremos tanto en la política como en los medios.
El Edelman Trust Barometer 2025 destaca una creciente crisis de confianza que afecta no solo a las instituciones democráticas, sino también a los medios de comunicación, exacerbada por la desinformación y un contexto socioeconómico complejo.
En el último informe, cuatro de cada 10 encuestados en el barómetro Edelman cree que para lograr un cambio hay que recurrir a algún tipo de violencia. Estos encuestados justifican métodos como los ataques en línea, la difusión intencional de desinformación, las amenazas o actos violentos y los daños a bienes públicos o privados.

Argentina, por ejemplo, se encuentra entre los países con menos nivel de confianza hacia el sistema electoral (48), junto a países como Estados Unidos (47), España (44), Alemania (41) y en menor medida Brasil. Un nivel bajo de confianza en el proceso electoral puede ser un síntoma de un malestar más amplio con el sistema democrático, incluyendo la percepción de que las elecciones no generan cambios reales o que los gobernantes no representan los intereses de la mayoría.
Desconfianza y discursos extremos
La falta de confianza de la población en las instituciones democráticas y los medios de comunicación ha sido un fenómeno creciente en varios países, facilitando el ascenso de políticos con discursos extremos. Esto explica el cambio del mapa político y la llegada de referentes que subieron al poder justamente haciendo acopio de esta desconfianza con discursos violentos en contra de la clase política o los medios de comunicación.
Los casos de Milei en Argentina, Bolsonaro en Brasil y el regreso de Donald Trump en Estados Unidos son reflejos de un fenómeno que viene replicándose en casi todo el mundo, donde tienen cada vez más seguidores partidos de extrema derecha que proponen soluciones de base xenofóbicas y aporofóbicas como el partido Vox en España, Rassemblement National en Francia o el AfD en Alemania.
Pero el problema no termina solo con la adopción de discursos violentos. Episodios como la toma del capitolio en Estados Unidos y el intento de golpe de estado en Brasil son casos extremos de lo que puede pasar cuando la desconfianza en las instituciones democráticas termina erosionando las condiciones para que estos grupos justifiquen ataques directos a la democracia.
Si bien un ataque tan directo todavía no se ha hecho presencia en Argentina, la creciente violencia tanto en redes sociales como en los mismos discursos del presidente son síntomas de la misma enfermedad, una desconfianza y falta de representatividad termina allanando el camino para un desconocimiento de las normas necesarias para mantener la democracia en un país, desde el respeto de las opiniones del otro hasta el reconocimiento de las elecciones.
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