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Domingo 16 de febrero de 2025
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¿Revolución Nuclear? Milei prometió mucho, pero el CAREM no prende

Entre las decisiones de Javier Milei se encuentran desfinanciar el CAREM, paralizar DIOXITEK y despedir ingenieros. Pero prometió un Plan Nuclear Argentino que de alguna manera pondría al país a la vanguardia, claro, sin financiamiento ni conocimientos técnicos.

Entre las decisiones de Javier Milei se encuentran desfinanciar el CAREM, paralizar DIOXITEK y despedir ingenieros. Pero prometió un Plan Nuclear Argentino que de alguna manera pondría al país a la vanguardia, claro, sin financiamiento ni conocimientos técnicos.

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La IA (inteligencia artificial) está en boca de todos últimamente y con ella las ganas de sacarle provecho de alguna manera. Tanto es así que el Presidente Javier Milei anunció, el 20 de diciembre del 2024 su “Plan Nuclear Argentino” que prometía posicionar a la Argentina en la vanguardia energética mundial y alimentar servidores de IA. Sin embargo, a pesar de los prospectos optimistas, las decisiones anteriores del Presidente han desfavorecido y frenado proyectos fundamentales del sector nuclear argentino, como el CAREM. 

«Desde que asumió, sus funciones van exactamente en sentido contrario a los anuncios, porque todo el sistema nuclear argentino se encuentra desfinanciado, con proyectos específicos interrumpidos y despidos en el sector», explicó, en una entrevista reciente, el Ingeniero Julio Aráoz, el actual Ministro de Cultura y Educación de Formosa y ex secretario de Ciencia y Tecnología provincial.

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El Plan Nuclear de Milei

El plan nuclear que anunció Milei tenía la viveza de querer aprovechar 2 cosas que Argentina tiene de sobra: recursos humanos altamente calificados y geografía estratégica. La IA requiere mucha energía y produce mucho calor, por ende la vasta Patagonia con sus bajas temperaturas es ideal para los servidores que requiere esta tecnología. Según Milei, todo esto colocaría al país en el centro de la revolución tecnológica global.

Pero una cosa es lo que se dice y otra es lo que se hace. A pesar de estas promesas, la realidad es que para la energía nuclear el 2024 fue un año desastroso. La paralización de obras públicas y la falta de inversiones en proyectos nucleares claves, como el CAREM y la planta de uranio en Formosa, ha puesto en riesgo el futuro de la energía nuclear en el país.

En marzo de 2024, fueron despedidos cien operarios que trabajaban en la construcción de CAREM.

La suspensión del CAREM

Lejos de lo que nos han enseñado los Simpsons, no es muy común ver plantas nucleares gigantes en algún pueblo perdido de no se donde. No, lo que generalmente se utiliza son las Small Modular Reactor (Reactores Modulares pequeños), mejor conocidas como SMRs, que son centrales nucleoeléctricas de dimensiones pequeñas y con menos potencia eléctrica y tienen un desarrollo más simple y mejores formas de seguridad, a la vez que su construcción demanda menos tiempo, menores costos e inversiones.

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Existen no más de 100 SMRs repartidos por todo el mundo y entre ellos está el CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares), que es un proyecto de central nuclear de baja potencia, desarrollado con diseño de última generación. Es decir que Argentina es parte de un pequeño y selecto grupo de países que tienen este tipo de tecnología y energía. ¡Un orgullo!

Sin embargo, la administración libertaria no lo ve como tal cosa y en cambio decidió que es un gasto. Así es, cuando la motosierra dijo “afuera” la obra pública, también se refería a desarrollos nucleares que podían solucionar el problema energético argentino. La nueva administración afirmó que el diseño del reactor CAREM no es comercialmente viable y recortó su presupuesto.

Obviamente esto tuvo un impacto directo en el empleo, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo en sectores clave como la construcción civil y la ingeniería nuclear. Los despidos masivos de trabajadores que formaban parte del proyecto han resultado en una parálisis de las obras. Parece que el primer reactor nuclear 100% argentino seguirá siendo un sueño en esta administración (si no lo venden o regalan).

La desinversión y sus consecuencias

El Plan Nuclear Argentino surge con la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica en 1950 durante el Gobierno de Juan Domingo Perón. Argentina históricamente ha sido un líder regional en el campo de la energía nuclear, con una infraestructura nuclear que incluye las plantas de Atucha I y II, y Embalse. La decisión de frenar proyectos estratégicos como el CAREM compromete la capacidad del país para mantener y expandir esta infraestructura, es decir, de seguir siendo dependientes de otros países por energía.

Además, el recorte en inversiones en proyectos nucleares también ha tenido efectos colaterales significativos, como el hackeo a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Este ataque informático, ocurrido en noviembre de 2024, puso en riesgo la seguridad de proyectos estratégicos, al exponer información confidencial sobre su desarrollo.

Desde el Gobierno de Milei se intentó minimizar la gravedad del incidente, pero los trabajadores del sector nuclear han señalado que la falta de inversión en ciberseguridad y otras áreas críticas del sector ha dejado a los proyectos vulnerables a este tipo de ataques. Además estos recortes generan la hipótesis que señala que se están entregando información y profesionales calificados a un nicho de países extranjeros con reactores, lo que significa una pérdida de soberanía.

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La tecnología que iba a tener Dioxitek en Formosa es una de las pocas que hay en Sudamérica.

El caso de Formosa

Uno de los ejemplos más claros de políticas de desinversión está en el NEA. La empresa Dioxitek de Formosa se encargaba de la producción de uranio para las centrales nucleares de Argentina. La planta Nueva Planta de Uranio (NPU), que se encontraba en pleno proceso de construcción en la provincia, fue suspendida debido a la falta de financiamiento proveniente del Gobierno Nacional.

Este proyecto iba a complementar la planta de Dioxitek en Córdoba y ambos son fundamentales para asegurar el suministro continuo de dióxido de uranio, un elemento clave para el funcionamiento de las centrales nucleares argentinas. Dioxitek ya que abastece el 7% de la energía eléctrica nacional.

La paralización del proyecto NPU ha tenido graves consecuencias en Formosa, con la pérdida de empleos altamente calificados y el riesgo de que la Argentina dependa de importaciones de uranio. “La construcción de la planta tenía por objetivo fortalecer la capacidad de proporcionar energía limpia y confiable con tecnología única en el país y una de las pocas en Sudamérica, significaba una gran innovación”, se lamentó Julio Araoz.

¿Qué futuro nuclear?

Hasta ahora lo único que hemos visto es la pérdida gradual de la soberanía energética del país y su capacidad para desarrollar tecnologías nucleares avanzadas. Entonces lo que más nos intriga a esta altura del partido es cómo funcionará el nuevo Plan Nuclear de Javier Milei con el nivel de recortes, desinversiones y otras prácticas a las que ha sometido al sector nuclear Argentino.

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