Las vacaciones de verano son uno de los momentos más esperados por los chicos, se olvidan de la escuela y le dicen chau a la tarea. Sin embargo, poco tiempo pasa hasta que los padres escuchan el fatídico: “estoy aburrido”. Ni hablar de los momentos como la semana sanguche que queda entre navidad y año nuevo.
Ahora, lo difícil de la cuestión radica en querer que los más chicos se entretengan con algo más que las pantallas y los celulares. Por eso esta nota trae consejos sobre cómo aprovechar este tiempo para fomentar actividades que promuevan la creatividad, la autonomía y el bienestar emocional de los más pequeños, según expertos de la salud.
Descubrir un libro entretenido
Los expertos coinciden en que la lectura es una de las mejores actividades que se pueden realizar en las vacaciones, ya que no solo fomenta la imaginación, sino también el desarrollo cognitivo de los niños. El verano no debe concebirse sin libros, porque la lectura no debe ser una obligación, sino una fuente de placer.
Si los más chicos no tienen el hábito interiorizado, podemos leer con ellos cuentos cortos y sencillos, invitándolos a participar activamente en la lectura. De esta forma, ellos irán ganando confianza en su capacidad lectora poco a poco, lo que les permitirá disfrutar de la magia de los libros de manera autónoma.
Para los más grandes, una excelente idea es fomentar la creación literaria. Podemos animarlos a inventar sus propias historias, redactarlas y compartirlas con la familia. Además de reforzar la escritura y expresión oral, esta actividad estimula la creatividad, el pensamiento crítico y la habilidad de narrar. Una forma divertida y educativa de pasar el tiempo juntos.
Juegos de Palabras
Para aquellos niños que ya han aprendido a escribir, se pueden proponer actividades creativas que les permitan trabajar con letras y palabras de una manera lúdica. Los juegos de palabras como crucigramas, sopa de letras y adivinanzas son una excelente opción.
Es más, también se pueden entretener con varios juegos de formar letras o palabras. Con un cartón, tijeras y un fibrón se pueden hacer varios cuadraditos de letras que luego se pueden mezclar dentro de una bolsa. El chico puede agarrar un puñado de letras al azar y con ellas intentar formar palabras, como una especie de juego de Scrabble.
Además, el arte de escribir puede trasladarse a actividades más complejas como la creación de un diario o cartitas para seres queridos. Si se quiere que toda la familia participe también se puede escribir una obra de teatro o un “programa de televisión” en el que actúe la familia. Todo esto no solo fomenta la expresión escrita, sino también la expresión emocional y el fortalecimiento de los vínculos familiares.

Búsqueda del Tesoro
Para pasar una tarde divertida, una búsqueda del tesoro es una de las mejores actividades que se pueden organizar en casa. Se tiene que elegir un “tesoro” que no hace falta que sea nada muy vistoso, puede ser un juguete, un caramelo, una tarjeta, ¡cualquier cosa!. Después se prepara un recorrido con pistas y acertijos escondidos en diferentes rincones de la casa (o si se quiere también se puede extender hasta la casa de familiares y amigos o alguna otra locación que frecuenten).
El juego termina cuando, siguiendo todas las pistas se llega a encontrar el tesoro. Si se hace bien, puede ser una actividad que ocupe todo un día. No solo es una forma de entretenimiento, sino que también permite a los niños desarrollar habilidades cognitivas como la resolución de problemas y el pensamiento lógico. A través del juego, se estimula la creatividad y la cooperación familiar.
Cocinar juntos
La cocina es otro espacio ideal para compartir tiempo en familia durante las vacaciones. Además de ser una actividad divertida, cocinar fomenta la autonomía de los niños, ya que aprenden a seguir instrucciones, a descubrir nuevos ingredientes y a experimentar con diferentes sabores.
Es importante elegir recetas simples, por ejemplo, un bizcochuelo o si se prefiere algo sin usar el horno, una chocotorta. Esto permite a los chicos involucrarse en el proceso de manera activa. Amasar, mezclar y decorar son tareas que estimulan sus habilidades motoras y les ayudan a mejorar su coordinación. Además, esta actividad fomenta valores como el trabajo en equipo y la paciencia.
Manualidades
Las manualidades son una excelente forma de fomentar la creatividad de los niños. Usar materiales reciclados, plastilinas, cartulinas o hilos para crear adornos u objetos y decoraciones es una actividad ideal para desarrollar la motricidad fina, la concentración y la paciencia.
Las manualidades pueden ser sobre cualquier cosa. La famosa pregunta “¿y qué hago? siempre es fácil de contestar con la mascota de la familia o algún interés particular del chico, como su dibujito favorito. Si todo eso falla, las creaciones pueden estar relacionadas con las estaciones del año, cómo hacer flores de papel o crear decoraciones de verano. Estas actividades no solo son entretenidas, sino que también permiten que los niños se expresen de manera única y personal.
Huertita en frascos
Para los niños que disfrutan de la naturaleza, crear una huerta casera puede ser una de las actividades más educativas y entretenidas. Utilizar frascos o recipientes cortados y reciclados para sembrar semillas de plantas fáciles de cuidar, como tomates, porotos o hierbas aromáticas, puede ser una excelente forma de enseñarles a los niños sobre la responsabilidad y la importancia del cuidado del medio ambiente.
Es probable que uno de los recuerdos más atesorados de la niñez sea hacer germinar un poroto en un frasco con papel secante. Eso es porque este tipo de actividades fomenta la paciencia, el respeto por los tiempos de la naturaleza y la satisfacción de ver crecer lo que han sembrado con las propias manos.

Instrumentos musicales caseros
¿Quién dice que no se puede hacer música sin instrumentos? Con materiales reciclados o elementos caseros, los niños pueden crear sus propios instrumentos musicales sin costo alguno. Usar latas, botellas, cajas y otros objetos para generar sonidos puede convertirse en una actividad divertida y estimulante para los más pequeños. Además, la música ayuda a desarrollar la coordinación y la concentración, y permite a los niños expresarse de forma lúdica y emocional.
Juego al Aire Libre
Aunque las actividades en casa son fundamentales, es importante recordar que también el aire libre juega un papel clave en el bienestar de los niños. Actividades como hacer picnics, tomar mate en el jardín o disfrutar de la pileta son oportunidades para que los chicos se conecten con la naturaleza, se relajen y disfruten de un descanso reparador.
Sin embargo, es fundamental respetar horarios para evitar la exposición solar excesiva y siempre utilizar protector solar. Además, es importante mantener un equilibrio en las rutinas de sueño y alimentación, tal como recomiendan los psicólogos infantiles.
Las vacaciones de verano son un momento para disfrutar en familia y fomentar el desarrollo integral de los niños. Lejos de las pantallas, es posible encontrar múltiples actividades que no solo los mantendrán entretenidos, sino que también promoverán su creatividad, autonomía, y salud emocional. ¡A disfrutar del verano con actividades que estimulan el cuerpo y la mente!
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