El superávit fiscal y financiero, junto a la devaluación mensual del 2%, se han vuelto caballitos de batalla innegociables del gobierno de Javier Milei. Es así porque, ya desde su campaña, había asegurado que la forma de bajar la inflación era eliminando el déficit fiscal para eliminar la necesidad de la emisión monetaria.
Tal es así que todos lo meses celebra desde las cuentas sociales del equipo económico los números del superávit financiero y de la baja inflacionaria. Lo que intentan es instalar que esta baja en la inflación es consecuencia del superávit y no de la baja en el consumo producto del ajuste en los salarios y pérdida del poder de compra de la gente.
Pero detrás del superávit se esconde un secreto. Hay compromisos de deuda que el Estado Argentino está asumiendo todos los meses y que sin embargo no se están computando en los informes utilizados para mostrar el superávit.
¿Qué son las LECAPs?
Las Letras del Tesoro Capitalizables en Pesos (LECAPs) son instrumentos de deuda a corto plazo emitidos por el Estado Nacional argentino. Estas letras ofrecen una alternativa de inversión atractiva, ya que pagan intereses que se capitalizan mensualmente, lo que significa que los intereses generados se suman al capital inicial, permitiendo así el uso del interés compuesto.
Fueron diseñadas como un pasamanos de deuda, del Banco Central al Tesoro Nacional, colocando en allí los intereses y compromisos que antes generaban las lebaqs, lelics y demás instrumentos del gobierno anterior y que el propio Milei criticaba tanto. La deuda sigue estando, pero es como si la pasara de una tarjeta a la otra.
Las LECAPs se volvieron un instrumento de deuda muy atractivo en pesos ya que generan más capitalización que el plazo fio, alrededor de un 45 y un 55% anual. Esto, sumado a que el gobierno mantiene la devaluación mensual del 2%, hace que cada vez más inversores opten por esta herramienta.
Esto conviene al gobierno, ya que de esta forma se hace de muchos pesos para afrontar compromisos de deuda actuales. Con esa caja de inversiones a disposición del Tesoro Nacional, el gobierno puede generar la ilusión de ser un estado solvente, razón por la cual baja el riesgo país.
Sin embargo, esto implica un crecimiento de los intereses de deuda que pueden hacerse cada vez más difíciles de afrontar en los próximos meses. La dependencia de esta herramienta además deja al gobierno cada vez más vulnerable si se llega a producir un evento que genere una corrida de las LECAPS de vuelta al dólar.
¿Cómo impactan las LECAPs en la deuda pública?
Aunque las LECAPs permiten al gobierno mantener una apariencia de estabilidad financiera a corto plazo, su uso intensivo puede llevar a un aumento exponencial de la deuda nominal en el futuro.
La utilización de LECAPs permite al gobierno evitar pagos inmediatos, pero a costa de aumentar la carga total de deuda a largo plazo. Esto puede resultar en presiones fiscales futuras cuando llegue el momento de atender estos compromisos.
Las LECAPs son utilizadas como parte de una estrategia para refinanciar vencimientos de deuda. En licitaciones recientes, el gobierno ha logrado colocar cantidades significativas en LECAPs para cubrir vencimientos, aunque no siempre logra renovar la totalidad de la deuda. Esto refleja una dependencia creciente de estos instrumentos para manejar la carga de deuda existente.
De acuerdo a un informe mensual sobre la evolución de la deuda pública de la Oficina de Presupuesto del Congreso, los pagaré que deberá afrontar el gobierno por la emisión de LECAPs subió de 30 mil millones en abril a más de 1,2 billones en julio, lo que da un crecimiento del 400% en solo dos meses.
Hay superávit financiero?
La realidad es que no se están computando los intereses devengados mensuales de las LECAPs, que es la deuda que le transfirió el BCRA al tesoro.
Si se agregan los intereses mensuales, desde abril solo un mes tuvo superávit financiero.
Tomando el… pic.twitter.com/PcBTM7iAtX— Roberto Cachanosky (@RCachanosky) November 1, 2024
De acuerdo a un estudio de Invecq, en el hipotético caso de que el gobierno debiera pagar mensualmente los intereses de deuda que asume con las LECAPs, entre marzo y diciembre habría asumido un gasto financiero equivalente al 1.2% del PBI.
¿Y por qué sigue habiendo superávit financiero?
La trampa es que, como los compromisos que el estado genera con las LECAPs vuelve a capitalizarse de manera automática, no se computa como deuda de forma inmediata. De esta manera, el Estado mantiene la ilusión de que mantiene un superávit financiero cuando en realidad está ocultando una gran parte de su deuda debajo de la alfombra.
Los intereses nominales de las LECAPs (gasto público no computado) son casi el triple del superávit nominal del cual se ufanan JM y Toto; ergo, el déficit nominal de verdad es en realidad casi el doble del superávit informado. Es la contabilidad creativa más grande la historia. https://t.co/kQIAyueQKH pic.twitter.com/I1wJKrF5B6
— Diego Giacomini (@GiacoDiego) November 6, 2024
Es así que, mientras que el gobierno nacional muestra para septiembre un superávit financiero alrededor de los 460 mil millones de pesos, si se le resta los compromisos generados por las LECAPs, el gobierno habría tenido déficit por 2,2 billones de pesos.
La emisión de LECAPs ha sido crucial para financiar el déficit sin mostrar un aumento inmediato en la carga de intereses. Esto ha permitido al gobierno mantener una imagen de estabilidad fiscal mientras difiere el costo real de la deuda. Los analistas advierten que esta estrategia podría hacer que la reducción del déficit se vuelva más difícil y potencialmente explosiva si no se maneja adecuadamente.
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