Posadas vivió una noche inolvidable con la llegada de Manu Chao y su gira Viva Tú, que desembarcó en el NEA para presentar lo que es su quinto disco. Con un show que comenzó a las 21:30 y se extendió hasta pasadas las doce de la noche, el artista francés desplegó su inconfundible energía en un espectáculo que recorrió desde sus temas clásicos hasta sus últimas creaciones.
La sala UMMA, ubicado en la avenida Chacabuco casi Uruguay, se llena de fanáticos que vibraron al ritmo de su música en un despliegue de alegría, nostalgia y compromiso social que caracterizan a este artista de fama mundial.
«La vida es una tómbola»
El Show comenzó dio inicio a las 21:30 y se extendió hasta pasadas las doce. En estas casi tres horas de noche, el artista tuvo tiempo de repasar toda su carrera, entrelazando sus clásicos infaltables con las canciones de su último disco e incluso algunas reversiones de su mítica banda «Mano Negra».
La gira que trajo a Manu Chao al NEA tiene por motivo la presentación de su nuevo disco «Viva Tú», su quinto álbum que salió a la luz después de 17 años de La Radiolina. Por ello, el principio del espectáculo dedicó a presentar algunas de sus canciones, como Cuatro Calles, Vecinos en el Mar o River Why, dejando escapar un «Viva Posadas» en la canción que da nombre al disco.
Luego de ello, regaló momentos emotivos con la canción dedicada a Maradona y aquella a las trabajadoras sexuales. «aplauso eterno a Maradona» gritó cuando UMMA se transformó por segundos en la popular de una estadio de futbol.
Pero el verdadero ritual comenzó después. Manu Chao es conocido por realizar medles que unen varias de sus canciones en popurrí, entrelazando sus distintas partes para generar una sensación festiva mucho más prolongada y que los principios y finales se fundan en un uróboro musical.
Así, el autor generó momentos inolvidables donde las canciones protagonistas, que se iban y volvían en vises eternos, fueron Mala Vida, Bongo Bong, y los tarareos del Pinocchio (Viaggio in Groppa al Tonno) que hizo cantar a todo el público cada vez que terminaba un fragmento, entre los que entretegió clásicos como «Clandestino», «Mentira» o «Todo Llegará».
Al formato acústico no le faltó nada. Ayudado con la guitarra de «Matumati» y el freestyle y pandereta del rapero «Rayo», el chapulín mantuvo la fiesta a ritmo de de cumbias y rumbas donde se mixturaron el español, el francés, el ingles y el portugués. Manejando la intensidad con los rasguidos, el artista pasaba de las partes lentas a las rápidas con un galope in crescendo, generando una psicodelia tribal que hizo saltar a todo el boliche.
¿»Qué hora son en Washington»?
Siendo un artista reconocido por su consciencia social, en el recital de Manu Chao no faltaron momentos de reivindicaciones a luchas y reclamos populares. Uno de los vises que más resonó en todo el recital, junto de los tarareos de Mala Vida y Pinocchio, fueron los versos de El Rayo que repetía «arriba el hip hop, abajo el DNU«.
Ya antes de iniciar el show, se les dio espacio a referentes de comunidades mbya de la provincia, quienes reclamaron a la provincia que haga efectivo su derecho ancestral a la tierra y denunciaron al gobierno nacional por su intento de revertir los avances en estos reclamos desfinanciando los programas destinados a relevamientos y distintas medidas en favor de los pueblos originarios.
Artistas misioneros también se dieron el lujo de acompañar a Manu chao, como lo fueron el caso de la rapera Kreiluz y uno de los miembros de «Hae kuera, ñande kuera«, banda mbya de hip hop. Ambos tuvieorn la oportunidad de recitar unas barras entre el popurrí de La Primavera, Homens y Me gustas tú.
Además de sus temas clásicos como Clandestino, o Desaparecido, el repertorio incluyó «Huelga de Amores«, para recordar en el parafraseo que Divididos hace de las palabras de Eduardo Galeano, la conquista y sometimiento de los españoles a los pueblos originarios.
El propio Manu Chao incluyó entre sus cantos a la esperanzas, frases dedicadas a Palestina («no se ve la luz en Palestina, que pare la masacre de Palestina), a los inmigrantes en la frontera de Estados Unidos (ningún ser humano es ilegal) y a la Whipala que decoró los balcones de UMMA.
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