Distintos analistas meteorológicos indican que el fenómeno de La Niña volvería al NEA y a la región del Paraguay en poco tiempo. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) indicó que el fenómeno se instauraría en la primavera dejando lluvias por debajo de lo normal. Los últimos pronósticos de los Centros Mundiales de Producción de Predicciones a Largo Plazo de la OMM anticipan que la probabilidad de ocurrencia de La Niña llega al 70% por ciento para el período de agosto a noviembre. Ante este panorama, NEA HOY conversó con el subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borus, quien indicó el impacto que se espera en la región y alertó sobre distintos factores a los que se debe prestar atención para evitar daños a la población.Vale mencionar que, de acuerdo a diferentes definiciones, La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del océano Pacífico ecuatorial, además de cambios en la circulación atmosférica tropical, como los vientos, la presión y las precipitaciones. En 2020 el fenómeno irrumpió en medio de la primavera (entre septiembre y noviembre) e incluyó anomalía en las precipitaciones y en las temperaturas. Mientras que regiones como la Pampeana fueron más húmedas durante este lapso y el sur del país se volvió más cálida; el norte fue un tanto más frío y el NEA padeció sequía.
En ese contexto, Juan Borus señaló que al hablar del fenómeno de La Niña o El Niño se debe tener en cuenta que no sólo se refiere a lo que pasa en el océano Pacífico sino también tiene que ver con otras causantes regionales.
El especialista hizo alusión a la tan temida falta de agua, una de las consecuencias más visibles del fenómeno de La Niña, e indicó que, si se observan en los mapas los índices acumulados, se puede notar que la problemática ya lleva algunas semanas vigente en la Cuenca del Plata, sobre todo en los últimos dos meses.
“La sequía meteorológica está con nosotros desde hace rato. No es que tengamos que esperar al fenómeno. Desde agosto del 2020 la Organización Meteorológica Mundial comunicó que, oficialmente, estamos en un evento Niña”, indicó Borus.
Asimismo, señaló que “el escenario actual no es muy favorable” ya que, “si uno mira los distintos modelos globales, hay un poco de incertidumbre sobre que puede llegar a pasar”.
La Niña en el NEA y Paraguay se dará en medio de escenarios adversos
Borus explicó que hay modelos que dicen que va a llover más de lo normal, otros que dicen menos y otros que dicen lo normal. Sin embargo, de acuerdo a los datos que arrojó en sus informes el Servicio Meteorológico Nacional:
- La región de la provincia de Misiones, junto al extremo oeste del Paraguay (la cuenca de aporte directo de Itaipú), la Cuenca del Iguazú y la Cuenca alta del Río Uruguay tendrían lluvias más o menos dentro de los parámetros normales.
- La provincia de Corrientes estaría dentro de la zona que tendría lluvias por debajo de lo normal, en el trimestre agosto, septiembre y octubre; un panorama que ya se está viendo ahora.
Esta tendencia que se demuestran en los últimos meses, sostuvo el referente del INA, sirven como guía para indicar por dónde puede llegar a estar el clima en la región, pero hay un margen de incertidumbre grande, sumado a los contrastes que aparecen: por un lado el río Uruguay que está teniendo una situación de aguas medias, mientras el río Iguazú tiene repuntes mínimos acotados que lo ubican en buenos niveles dentro de la escasez.
A su vez, el Paraná, que en la mitad norte de Brasil tiene muchas lluvias, en el sur tiene pulsos erráticos, donde llueve cada tanto y no tiene un gran aporte; más bien tiende a la seca.
Por su parte, la mitad inferior de la Cuenca del Paraguay, que incluye el tramo compartido entre Paraguay y la Argentina, de Clorinda para abajo, está prácticamente en los niveles hídricos mínimos históricos con valores bajísimos y sin indicios de mejora porque las lluvias que se esperan no alcanzarían para normalizar la condición de suelos y empezar a generar excedentes como para que sus afluentes empiecen a mejorar.
Por esto, Borus dejó en claro que ”hoy por hoy es un disparate hacer una prospección más allá de los 4 meses” y aseveró: “Es un disparate, ya que la variabilidad climática que tenemos, que es la expresión más evidente del cambio climático, nos limita tremendamente”.
Alerta ante la llegada de La Niña
Juan Borus se refirió a la distribución del agua a la población e indicó que luego de la experiencia de los años anteriores, muchas ciudades se adaptaron y podrían tener mejores posibilidades para captar agua durante la seca, sin embargo, indicó que preocupan las ciudades que están dentro de las provincias, sobre todo en el caso de Corrientes, por su lejanía a los cursos de agua.
“Si se acentúa el déficit hídrico se pone en jaque la provisión de agua en esas localidades. Eso ya se vio en el trienio 2020 al 2022. Quizás estemos un poco mejor para afrontarlo”, indicó.
A su vez, remarcó que “son preocupantes las limitaciones de los canales de navegación porque no solamente baja el nivel del río sino que se reduce el ancho de navegación segura sobre todo en el valle fluvial del Paraná qué es un poco más ancho y chato”.
Otro problema tiene que ver con el cuidado de la fauna íctica ya sea pensando en la navegación deportiva en ciudades como Goya, así como la de los malloneros del norte, en el tramo paraguayo-correntino ya que la situación podría volverse complicada.
Por último, Borus consideró que “más allá de todo lo que se dice, creo que esta situación que estamos viviendo no va a ser tan largo como se pensó en un principio, ni va a reeditar lo que vivimos del 2020 al 2022”.
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