Santiago Peña firmó el decreto 1952 para que los tanques físicos de almacenamiento sean obligatoriamente de una capacidad mínima de 16 millones de litros. La medida solo afecta al combustible búnker, es decir, aquel destinado al sector marítimo y fluvial, pero para el sector privado el decreto presidencial beneficia a Petropar y ahora Shell amenaza con abandonar de nuevo el país si no se revierte la decisión.
La modificación de las reglas del sector no tiene fundamento, según Luis Ortega, socio y vocero de Raizen Shell en Paraguay. Las empresas locales no cuentan con tanques de ese tipo, por lo que deberán invertir para adaptarse al decreto. Por ese motivo, Ortega deslizó que los inversores analizaban la posibilidad de que la firma se retire de Paraguay.
Shell hizo una contrapropuesta luego de publicado el decreto y planteó al Gobierno que a las estaciones se les permita contar con dos tanques, pero no fue aceptada por Peña, que vio en la actitud una suerte de presión. Raizen Shell, de acuerdo a su portavoz, comunicó que hay malestar por el decreto y que incluso estarían revisando contratos para evaluar alguna acción legal contra la medida.
Dentro del mercado, Shell es uno de los actores más relevantes y varias estaciones que antes eran de otros emblemas ahora son administradas por la empresa, que en Paraguay tiene a la brasileña Raizen como su licenciataria. Hasta mayo de este año, Shell era el emblema líder en el segmento de gasoil, seguido por Petropar, Petrobras, Copetrol y Puma.
En cuanto a la nafta, Petropar es la empresa que encabeza las ventas, después viene Shell y luego Petrobras, Copetrol y Puma. El desencuentro entre Peña y Shell es llamativa porque la crisis por el cobro del peaje en la hidrovía Paraguay-Paraná por parte de Argentina explotó cuando la prefectura argentina detuvo a una barcaza que justamente transportaba combustible de Shell Paraguay.
La reacción del Gobierno de Santiago Peña fue rápida e hizo una causa nacional un problema particular del rubro logístico que, según el Ejecutivo y las navieras, tendría sobrecostos anuales de USD 20 millones o incluso más. Shell había salido de Paraguay en 2005 supuestamente por una política de la empresa, que decidió vender sus acciones a Petrobras. El entonces presidente Nicanor Duarte Frutos y el Congreso mantuvieron el precio del combustible fijado por ley, algo que no agradó a los empresarios del combustible.
Fuente: La Política Online.
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