“Al puente lo puede hacer tranquilamente la gente sola. No necesita del Estado para hacerlo. Si vos tenés en medio al Estado, no van a hacerlo”, aseveró Milei en abril en una larga entrevista con Alejandro Fantino, para sostener que la obra pública no debía ser concretada por el Estado sino por el privado. Sin embargo, desde ese mismo sector, representado por la Cámara de la Construcción Argentina (CAMARCO) y su Presidente Gustavo Weiss, se le respondió que es imprescindible el rol estatal para la construcción.
El titular de CAMARCO estuvo en la Comisión de Obras Públicas de la Cámara de Diputados y explicó que el año pasado había aproximadamente 4.000 obras nacionales en ejecución, en distintos estadios de ejecución que hoy en día se encuentran paralizadas y relató la crisis que actualmente tiene la construcción por haber detenido la obra pública.
Gustavo Weiss apuntó que en ningún país del mundo el Estado se desliga de la obra pública. Todo lo contrario, indicó que ambos sectores se complementan. En países como Estados Unidos o Australia hay “85% de inversión del Estado y 15% de inversión privada”. Además indicó que la paralización de la obra pública dejó a las empresas endeudadas y generó una ola de desempleo que afecta a otros rubros. También, advirtió un gran perjuicio a la ciudadanía.
La construcción en crisis
El directivo de CAMARCO planteó que se vive una situación de “desesperación ya que, en la casi la totalidad de los casos, las empresas no cobran un peso desde el mes de octubre o noviembre”, además, el sector perdió en los últimos meses más de 100.000 empleos a raíz de la paralización de la obra pública.
Las deudas que acumula el Estado con las empresas
La idea de Milei es que las obras de infraestructura tienen que ser continuadas por el sector privado y con inversión de ese sector. Pese a estas “intenciones” de que el privado se haga cargo de la obra pública institucionalmente no hay ningún avance en ese sentido: no se planteó un proyecto de ley, decreto o resolución ministerial que avance con el modelo de financiamiento privado de la obra pública que declama Milei. Ni siquiera se armó un seminario para debatir los modelos.
Según Weiss, el Ministro de Economía Luis Caputo les informó en el inicio de la gestión que el objetivo central de política económica del Gobierno Nacional era bajar el déficit, bajar la inflación, hacer un ajuste fiscal, llegar a un superávit y en ese contexto no había dinero para continuar las obras públicas que estaban en ejecución.
Eso motivó a que naturalmente ninguna de las obras continuará durante este año y prácticamente el 100% de la obra pública nacional fue parada, pero también provocó una gran deuda del Estado para con las empresas, puesto que hay grandes pagos que no fueron concretados.
El orden de la deuda que tiene el gobierno nacional con todas estas obras es de $400.000 millones, dijo el titular de CAMARCO ante Diputados. “Esto es una estimación entre lo que sabemos que está facturado y lo que estimamos que haya que facturar en obras ya ejecutadas el año pasado”, explicó Gustavo Weiss.
Gastos en el mantenimiento
El Presidente de la Confederación de PyMES Constructoras de Argentina, Gerardo Fernández también expuso en la comisión legislativa y explicó que: “Cuando hablamos de obra en el imaginario colectivo, tenemos la obra pública y la obra privada. La obra pública se divide en dos grandes sectores, uno infraestructura y otro arquitectura.”
La infraestructura es de gran magnitud, son las autopistas, la gasoductos, aeropuertos, diques, represas y las obras de arquitectura realmente están relacionadas con las escuelas, los hospitales y las viviendas. “El Estado Nacional argentino, como en el resto del mundo, invierte un 70% en infraestructura y 30% en arquitectura. Ambas son necesarias y complementarias”.
Por eso indica que más allá de las inversiones puntuales, destaca que todas las obras están conectadas: “Para que lleguen los materiales a la obra de arquitectura, tienen que estar las rutas en condiciones. Para que una PyME esté ejecutando una obra de conexión domiciliaria de agua y cloaca primero tiene que haber una red troncal que probablemente sea considerada de infraestructura mayor.”
Directa o indirectamente, las obras privadas necesitan de la obra pública.
También se debe tener en cuenta, como dijo Fernández, que cuando una empresa gana la licitación y se le hace entrega del terreno la firma pasa a hacerse la guardadora temporal del terreno hasta que tenga la recepción provisoria de la obra, otro problema que se genera con la paralización de la obra pública y las transferencias que hacía el Estado.
“Hoy tenemos empresas que no cobran desde hace varios meses, dependiendo las zonas que tienen a su cargo. La guarda de esas obras, dependiendo de la zona, le están costando de 3 a 5 millones de pesos en seguros, servicios, etc. sin cobrar absolutamente nada; a una empresa de magnitud puede que le signifique un costo importante, pero para una PyME le significa el colapso y el cierre”, explica Fernández
Así se llegó a que las empresas constructoras, sobre todo aquellas que tienen la mayor parte de su cartera en obras públicas nacionales, no pueden continuar trabajando sin niveles de actividad importante y no pueden continuar endeudadas en el sistema financiero, endeudadas con proveedores y en algunos casos hasta endeudadas con la AFIP.
Los costos se dan sin ganancia alguna: estas empresas tienen una estructura que mantener, porque por más que se hayan reducido, siempre hay una estructura mínima que obviamente la empresa tiene que mantener para mantener abiertas sus puertas. Esto también requiere inversión y gastos, otro de los puntos señalados por Weiss.
No hay ninguna actividad en el mundo que se pueda mantener facturando cero y esto es lo que está pasando en estos meses sin ninguna expectativa futura, señala el Presidente de CAMARCO. Es por esto que afirma: “Lo que nosotros vemos, es que este problema que estamos mencionando, es un problema de mediano a largo plazo. Yo diría que no hay ninguna expectativa concreta y real de que esta situación cambie durante el año 2024”.
Deterioro de las obras paralizadas y su costo para reactivarlas
El Presidente de CAMARCO además sostuvo que otro punto a tener en cuenta es el mantenimiento de las obras preexistentes. “Sin el mantenimiento, la infraestructura existente se deteriora rápidamente. Las rutas ya empezaron a deteriorarse”, afirma Gustavo Weiss y añadió que debe tenerse en cuenta que las obras incompletas también se deterioran.
“Supongamos que una obra en ejecución queda a medio terminar. Cuando se retome la obra no es que se termina el otro 50%. Seguramente la mitad ya ejecutada está muy deteriorada y haya que intervenir ese 50% ejecutado y rehacerlo desde cero”, sostuvo, por lo que dio a entender que con la actual situación de abandono de las obras paralizadas, el retomarlas significará un gasto mayor. Cabe preguntarse si algún privado querrá asumir estos costos.
La decisión de Milei llevó a que el Estado haya hecho un gasto innecesario porque la obra no se terminó.
“Esto es infraestructura que el Gobierno Nacional ya ha pagado, estimamos un valor aproximado 6.000 millones de dólares”, explica Weiss. “Por día se pierden decenas de millones de dólares por deterioro de la infraestructura de obra a medio hacer”.
En cambio, dijo, si se terminan las obras el recupero fiscal de cada $100 invertidos en infraestructura recupera fiscal es de $45,80 o sea que el gobierno invierte $100 recupera fiscalmente $45.80.
Los puestos de trabajo perdidos: directos e indirectos
El problema inmediato de la paralización y la crisis en la construcción, sin dudas, es la pérdida de empleo, como bien se muestra en el gráfico de abajo con la caída en los puestos de trabajo que se acentuó desde diciembre.
Solo en Formosa ya se contabilizan 7.000 desocupados en la construcción, según indicó Hilario Martínez, Secretario General de la UOCRA local, al señalar que estas personas hasta el momento subsisten con un subsidios por desempleo que se extiende por 8 meses, pero que la crisis se agravará si no hay un cambio en la política nacional. “Los privados no quieren poner un peso ante esta crisis”, sostuvo.
Esto último se puede corroborar con el dato de que en la ciudad capital de esta provincia los permisos para la obra privada cayeron un 60% en mayo (en comparación con el año pasado), indicaron desde la Comuna formoseña.
Pero la caída de la construcción no implica el desempleo solo en ese rubro. Por cada empleo directo que pierde la industria de la construcción, se pierde un empleo en indirecto, es decir, el fabricante de ladrillos, de carpintería, de cemento, que sufre las consecuencias de la baja demanda de la industria.
“Es por eso que se dice que cada empleo directo, genera un empleo indirecto. En la construcción siempre decimos que de la industria de la construcción viven 140 ramas industriales distintas. Cada rama industrial tiene infinidad de fábricas”, reconoce Weiss.
Lo que dijo el titular de la Cámara se visualiza con el siguiente gráfico, donde se puede observar las bajas en la compra de materiales y en el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) que refleja los datos del sector, donde se visualiza un descenso en la producción de distintos rubros indicados.
Conclusión: la inversión privada no sustituye a la pública
Nadie está diciendo que las inversiones privadas no sean bienvenidas, de hecho se necesita crear las condiciones donde una inversión privada sea segura para todos, tanto los inversores como los beneficiarios.
Se necesita muchísimo dinero para invertir en infraestructura y tal vez lo más correcto sería generar las condiciones donde lo privado puede complementar lo público, pero como señala Weiss: la inversión privada no sustituye a la inversión pública.
Obras paralizadas en el NEA, un perjuicio a la ciudadanía
Las obras paralizadas también generan efectos negativos en la ciudadanía y su calidad de vida. “Se deterioran las rutas porque el mantenimiento también es obra pública. Se deterioras las vías férreas, las obras de agua y cloacas, hospitales, escuelas”, indicó Gustavo Weiss.
Esto se grafica con las obras públicas paralizadas en la región. Solo en Formosa hay 53 obras paralizadas como la Autovía de la Ruta Nacional N° 11, la pavimentación de rutas provinciales, proyectos de energía eléctrica, agua potable y saneamiento, y la construcción de viviendas y escuelas.
En Chaco hay 1.343 viviendas que quedaron sin terminar, que se suman a obras relacionadas a salud, educación y seguridad. En Corrientes está la paralización de la Autovía N° 12, junto a 70 escuelas, sumado a viviendas junto al Segundo Puente Chaco Corrientes y la infraestructura de Aña Cuá (represa). En Misiones se contabilizan 47 obras paralizadas, que además de los rubros mencionados incluye a la mejora en barrios populares
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