Los lazos que unen a la provincia de Corrientes y el Paraguay tienen su origen en épocas muy antiguas, en las que aún no eran reconocidos como Estados pero en las que sus habitantes ya interactuaban de distintos modos y compartían múltiples características que los relacionaban de forma íntima, tanto cultural como políticamente.
Lejos de la idea de algunas personas que analizan la historia desde distintas perspectivas y consideran que los múltiples conflictos sociales y políticos, que se sucedieron en las últimas décadas, produjeron la ruptura de esa comunión entre ambos pueblos, los habitantes de uno y otro lado del río Paraná se han acercado cada vez más a lo largo de los años, desde el fin de la Colonia española.
¿Qué aspectos contribuyeron a fortalecer la unión entre ambos pueblos desde hace siglos? ¿Qué influencia ejercieron sobre ellos los conflictos políticos pasados? y ¿Cómo logró la era de la comunicación perfeccionar estos vínculos? Todo esto, te invitamos a analizar en esta nota.
Más aspectos que las unen que las que las alejan
Hay una realidad casi indiscutible y es que entre las poblaciones de correntinos y paraguayos existen más características que los unen que las que los diferencian.
El reconocido historiador y escritor Girala Yampey, ensayista e investigador de la cosmovisión guaraní, fallecido en 2018, fundador del Taller Literario “Koeyú” de la Casa Paraguaya y ex socio de la Sociedad Argentina de Escritores, se refirió profundamente a este tema desde su exilio en 1947, cuando el dictador paraguayo Higinio Morinigo llegó al poder.
“Corrientes y Paraguay, fueron los que, desde los albores de la Colonia, más estrechamente se acercaron y labraron en mancomún sus corrientes culturales. Plasmados por una misma línea de sangre aborigen-español, con un intenso tráfico de bienes, de personas, de ideas, y ayudados por la condición bilingüe de sus pueblos, esos intercambios se hicieron intensamente desde el inicio de sus historias, y presentan hoy una notable uniformidad”, manifestó Yampey en uno de sus escritos.
El célebre escritor, que había decidido radicarse en la localidad correntina de Chavarría una vez llegado del Paraguay, consideró que, si bien Paraguay poseía vínculos con las demás provincias de la región, con Corrientes tenía una similitud notable en la comparación de las poblaciones campesinas.
“Recordemos que la fundación de Corrientes se realiza con criollos venidos del Paraguay y que las relaciones mantenidas desde entonces significaron intercambios de sangre y cultura en forma permanente. En ese entonces, era época de la conquista y colonización, las provincias de Formosa, Chaco y la de Misiones, no contaban con la densidad poblacional, ni habían recibido el aporte de los migrantes”, explicó el escritor.
Por otra parte, reconocía que Corrientes, desde la época de la fundación, mantuvo un fluido e intenso intercambio con la ciudad de Asunción y la población fronteriza.
Incluso, señala que existieron una “multitud de hechos políticos y económicos, como sociales y culturales, que se enlazan y obran con influencia recíproca. De tal forma, gran parte de los revolucionarios correntinos han buscado refugio en el Paraguay y los del Paraguay han buscado amparo en Corrientes. Digamos que se “intercambiaban” sus exiliados. Dejando de lado el dolor y los perjuicios que ello ocasionó, podemos afirmar que también han dejado su beneficio para la integración de la zona”.
La Guerra contra el Paraguay, un triste antecedente
Uno de los hitos históricos más impactantes, como lamentable, de los últimos 200 años es la conocida Guerra contra el Paraguay, o Guerra de la Triple Alianza, en que se vieron afectadas ambas comunidades fronterizas, la correntina y paraguaya, por disputas de poder político.
Esta surgió luego de la agresiva respuesta del mariscal Francisco Solano López (que logró un gran desarrollo para Paraguay) a las políticas de índole unitaristas que eran promovidas en la región rioplatense por los gobiernos brasilero y argentino, este último, a cargo de Bartolomé Mitre.
López había resuelto invadir Corrientes luego de que Mitre no permitiera el paso de su ejército a Uruguay para defender esa nación de la injerencia del Partido Colorado en el Gobierno.
En consecuencia, meses más tarde, el entonces mandatario argentino resolvió la invasión de tierra paraguaya y se alió a los gobiernos uruguayo y brasileño para combatir el peligro que significaba el levantamiento de tropas paraguayas.
En Corrientes, como en todo el país, hubo voces disidentes que no aprobaron la idea de atacar al país vecino por el vínculo que existía entre ambos. Sin embargo, el sangriento evento se llevó a cabo según la decisión de Mitre.
La guerra terminó en 1870 con una derrota de Paraguay, que conllevó también un desastre demográfico en el país: según las distintas fuentes, perdió entre el 50% y el 85% de su población y quizá más del 90 % de su población masculina adulta.
Vínculos permanentes
Independientemente de las diversas disputas políticas que ocurrieron en el pasado y las que involucraron en los últimos años a los gobiernos de ambos países, los habitantes de uno y otro lado del río Paraná demostraron estar conectados por muchos aspectos más.
Basta analizar el flujo de pobladores paraguayos que visitan diariamente las zonas de frontera y viceversa, o los turistas originarios de ambos sitios que se adentran en las maravillas de cada tierra para conocerla más a fondo.
Pero, sin dudas, el tesoro preciado que más se presume es la constante relación humana que no se ha perdido entre los pueblos; que estrecha vínculos y construye puentes a través de la cultura, la religión, las oportunidades económicas y sociales.
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