La nanomedicina es la aplicación de la nanobiotecnología para el desarrollo de las ciencias médicas, haciendo uso de los últimos avances y técnicas de manipulación de materia increíblemente pequeña para realizar mejoras en los métodos diagnósticos, en la liberación de fármacos y en el tratamiento de diversas enfermedades.
Durante las últimas décadas las investigaciones en nanomedicinas vienen demostrando las posibilidades que brinda la aplicación de ésta tecnología para la mejora de la calidad de vida de los pacientes, pudiendo por ejemplo ser aplicada para desarrollar medicamentos más efectivos y de mayor precisión.
La solución de PLAMIC
Uno de los emprendimientos tecnológicos que se encuentran trabajando en ésta área dentro del país es PLAMIC, una plataforma microfluídica donde se diseñan, fabrican y caracterizan chips o sistemas Lab-on-a-chip.
Su cofundadora, la investigadora de la Comisión Nacional de Energía Atómica y del CONICET Lucía Policastro, explica en diálogo con NEA HOY por qué a pesar de lo revolucionaria que resulta ésta tecnología, muchas veces los avances científicos en nanomedicina son difíciles de transferirse a las empresas desarrolladoras de equipamientos y medicamentos.
“En general para producir productos nanotecnológicos se utilizan técnicas tradicionales”, explica, “el principal problema es que al no poderse controlar el mezclado de los distintos reactivos para producir las medicinas, hay mucha variabilidad de lote a lote. Eso hace que las biomedicinas, a pesar de resultar atractivas para vehiculizar medicamentos, no salen de manera repetitiva, y eso impide que puedan llegar a los pacientes”.
Esta dificultad, según comenta la Dra. Policastro, genera un cuello de botella en el mundo de la medicina, donde a pesar de los impresionantes resultados que demuestran las investigaciones, la alta variabilidad de las técnicas tradicionales hacen difícil transferir y replicar estos resultados en escalas de producción mayores.
Por eso, lo que la Dra. en Ciencias Biológicas se encuentra desarrollando junto a su equipo en PLAMIC es una tecnología que apunta a solucionar este problema.
“Lo que nosotros vamos a ofrecer es la posibilidad de desarrollar distintos nanoproductos con una tecnología diferente a la tradicional”, señala Policastro, “La propuesta de PLAMIC es hacer esas nanomedicinas pero con un control preciso del movimiento de los fluidos. Entonces, eso permite un ensamble preciso de las moléculas que van a constituir esa medicina”.
¡Felicitaciones Dra. Lucía Policastro y equipo!👏
👩🔬👨🔬Científicos de CNEA recibieron el premio Innova Salud del @ciencia_ar por la plataforma PLAMIC que permite desarrollar y caracterizar microdispositivos microfluídicos para aplicaciones en salud.
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— Comisión Nacional de Energía Atómica (@CNEA_Arg) April 28, 2021
Una tecnología que permite el manejo de los fluidos con tal punto de precisión permitiría avanzar en una mejora sustancial de las medicinas. A su vez, una mayor potencialidad de transferencia y la posibilidad de replicar los resultados de forma más exacta puede bajar los costos del desarrollo de algunos medicamentos, haciéndolos más accesibles para los pacientes que lo necesiten.
“Lo que apunta ésta tecnología es a mejorar la calidad farmacéutica y bajar los costos, porque como es todo más controlado, los medicamentos tienen mejores propiedades físicas y químicas, entonces es esperable que tengan mayor efectividad clínica”, concluye Policastro.
El mercado de las nanomedicinas
Con su equipo, Policastro viene desarrollando ésta tecnología en nanomedicinas desde hace unos nueve años, habiendo realizado ya varias pruebas de concepto y en la etapa presente se encuentran desarrollándose en un formato más transferible que permita la producción de medicinas a mayor escala.
“PLAMIC ahora se está largando como emprendimiento aspirando a ser una empresa de base tecnológica. Tenemos que transitar una fase importante de investigación y desarrollo pero ya pensando en el escalado de los productos”, explicó la especialista.
El año pasado, obtuvieron un premio de $500.000 en el concurso INNOVA Salud y recientemente recibieron la inversión de la Compay Builder GRINDX, que les permitió seguir avanzando en sus investigaciones en nanomedicinas. “Ahora viene una etapa de búsqueda de fondos de inversión para obtener todas las cosas que necesitamos para poder desarrollar la tecnología” puntualizó.
El mercado de las nanomedicinas es amplio, y la aplicación de ésta tecnología lo vuelve aún más prometedor por éste cuello de botella que explicaba Lucía Policastro. Alrededor del 40% de las drogas o medicamentos que se encuentran en fase de estudio tienen problemas de solubilidad que podrían ser solucionados con la tecnología que se encuentra desarrollando con su equipo en PLAMIC.
A su vez, la posibilidad de controlar fluidos con una precisión del orden de los microlitros o nanolitros también lo vuelven atractivo para encapsular de manera optimizada vitaminas o agroquímicos, potencialmente extendiendo su mercado por fuera del área médica.
Sin embargo, Policastro advierte que aún queda mucho por delante para observar los resultados. “No es que uno produce las nanomedicinas con éste método y ya el paciente las puede usar. Hay que pasar por muchas instancias regulatorias, y es un proceso lento. Pero lo interesante es poder desarrollar ésta tecnología en el país y poder expandirla”
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