El Certificado Pilcomayo surge en el marco del proyecto Pilcomayo Trinacional: Área de Gestión Compartida, a cargo de la Fundación ProYungas, en Argentina, de la Fundación Moisés Bertoni, en Paraguay y de Nativa, en Bolivia, con el financiamiento de la Unión Europea y el FFEM.
Este mes, dos organizaciones productivas de Formosa obtuvieron el sello que certifica la elaboración de productos cumpliendo compromisos ambientales y sociales. En diálogo con NEA HOY, Alejandro Brown, Presidente de la Fundación ProYungas, describe el proceso que dio origen a la certificación Pilcomayo.
¿Qué es ProYungas?
ProYungas está formado por un grupo de investigadores y técnicos con el objetivo de trazar un vínculo entre los datos e investigaciones en materia de ecología y los órganos de ejecución de políticas públicas o privadas. Es así que en 1999 crean la fundación para servir de mediadores entre la información más técnica y los tomadores de decisiones.
Según Alejandro, el desafío está en abordar la temática ambiental desde una mirada productiva y de sustentabilidad: “En nuestros territorios, sobre todo el norte grande que es el ámbito de ProYungas, hay muchas actividades productivas pero también muchos valores ambientales. Nosotros pensamos que las actividades productivas tienen mucho para aportar en la defensa de esos valores”.
Certificaciones de responsabilidad ambiental
En esta línea de poner en valor las funciones positivas del sector productivo fue que desarrollaron una serie de sellos que certifiquen la responsabilidad social y ambiental. El primero de estos sellos fue el certificado “Producto Yungas”.
El objetivo es certificar al público que estos compromisos ambientales tomados por una empresas y emprendimientos están siendo acompañados en su proceso productivo. Entre los productos que cuentan con el certificado, se encuentran papel, azúcar, miel o artesanías.
En la misma línea se pensó un certificado específico para productos elaborados en el Gran Chaco, particularmente en la zona del Pilcomayo. “La idea con este sello es certificar para los consumidores, que estos productos que llevan este sello son elaborados bajo parámetros ambientales rigurosos” comentó Alejandro.
Así como el propio carácter transfronterizo de la cuenca, la certificación se generó a partir de acuerdos con la Fundación Moisés Bertoni, de Paraguay, y la Fundación Nativa de Bolivia, con quienes la Fundación ProYungas además coordina proyectos de planificación territorial de todo lo que tenga que ver con la cuenca del Pilcomayo.
¿Quiénes ya recibieron el certificado?
Dos emprendimientos recibieron el Certificado Pilcomayo este mes. Una de ellas es la Asociación de Artesanas Pilagá LAQATALAYOQTE, organización de más de 160 mujeres de las comunidades Campo del Cielo, Kilómetro 30, 40 y de La Bomba, en Formosa.
Organizadas en asociación, las mujeres tejen y comercializan variedades de productos de cestería, utilizando como materia prima las fibras del Carandillo. Así, las artesanas encontraron en la producción un medio para independizarse, desarrollarse, mostrarse e insertarse no sólo en el mercado laboral, sino también posicionarse en la sociedad en general.
La segunda organización en recibir el Certificado Pilcomayo es la Asociación Quebracho de Pequeños Productores Agropecuarios, también de Formosa, que produce harina de algarroba con la participación de comunidades wichí y criollas de la región.
Durante todo el proceso participan las mujeres y familias enteras, tanto en la recolección de los frutos del algarrobo como en cada uno de los pasos de agregado de valor al producto. Esta participación brinda el empoderamiento de las mujeres participando inclusive en los acuerdos del precio de compra de la materia prima.
Proyectos en marcha
“La certificación es el resultado de un trabajo de muchos años, tanto con las mujeres Pilagá como con los pequeños productores ganaderos de Quebracho”, asegura Alejandro, describiendo además que desde hace 10 años la Fundación ProYungas trabaja junto a ambas organizaciones en la recapacitación, comercialización y asesoramiento que les permitió obtener el sello.
Paralelamente, cuenta Alejandro, desde Pilcomayo Trinacional se está acompañando a productores de miel en Bolivia y en Paraguay, con productores lácteos aledaños a Asunción, que están trabajando en adecuar su proceso productivo a los estándares de sostenibilidad y responsabilidad ambiental que les permita obtener la certificación.
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