La huerta orgánica es una forma de cultivo que se basa en la fertilidad del suelo y diversidad de especies con el objetivo de cosechar plantas sanas que se conviertan en alimentos saludables.
Dentro de los grandes beneficios de una huerta orgánica es que principalmente se evita el uso de agroquímicos, además posibilita el consumo fresco de los productos, ya que los mismos van directamente a la mesa.
El enfoque de la agricultura orgánica privilegia la tierra y todo lo que signifique aumentar su fertilidad natural. Para lograr los resultados deseados es importante la planificación, constancia y por sobre todo paciencia, la huerta es un aprendizaje constante.
¿Cómo arrancar una huerta en casa?
Las huertas en casa son naturales porque imitan los procesos de la naturaleza; sanas, porque producimos sin usar fertilizantes y económicas porque ahorramos dinero al producir nuestros alimentos, estableciendo una soberanía alimentaria.
Para iniciar una huerta lo primero que se debe realizar es limpiar el terreno y definir cuál será el lugar a plantar. Luego es importante abonar la tierra, es decir, mezclarla con algún sustrato, como por ejemplo el humus de lombriz.
Una vez que tengamos delimitado el lugar debemos diagramar nuestra huerta, para ello es importante planificar y conocer la asociación de cultivos, y de esta manera poder lograr aprovechar mejor los espacios, más aún si el terreno es pequeño.
Luego habrá que prestar mucha atención a la estación del año, ya que por ejemplo plantas como el tomate o morrón requieren de mucho sol, por ende la mejor etapa para su cultivo es desde la primavera hasta principios de otoño.
Por otra parte, las hortalizas de hoja verde en su mayoría son plantas anuales, es decir que protegiéndolas del frío o heladas se pueden cosechar durante todo el año.
La importancia de asociar cultivos
Una de las cuestiones importantes en una huerta es la asociación de cultivos, que no compiten sino extraen nutrientes de distintos lugares. Las verduras de hoja, cuyas raíces son más superficiales, extraen fundamentalmente nitrógeno; las de raíz más profunda, toman sobre todo, potasio.
Para aprovechar mejor el espacio y evitar el crecimiento de las malezas en lugares donde no hay plantación, es bueno poder agrupar cultivos, que además en muchos casos hasta repelen plagas.
Se puede asociar plantas de crecimiento vertical como la cebollita, con otras de crecimiento horizontal, es el caso de la lechuga. También se puede juntar aquellas de crecimiento rápido como el rabanito con especies de crecimiento lento, como la zanahoria.
Otros ejemplos de asociación son: puerro o cebolla con zanahoria; albahaca con tomate y remolacha con repollo.
Una dieta balanceada
La huerta permite una alimentación saludable y ofrece la garantía de que el producto se cultiva directamente para consumir. Es por eso que resulta importante una planificación no solamente a la hora de comer, sino también al momento de plantar.
En una producción equilibrada de alimentos se puede pensar en la plantación de cereales como por ejemplo la papa, ya que es fuente de energía. Esto se puede complementar con una legumbre, poroto o arveja que aportan proteínas y sumar el cultivo de calabaza o zapallo, suministro importante de vitaminas.
La energía, proteínas y vitaminas son esenciales para el desarrollo del cuerpo, prevención de enfermedades y el buen funcionamiento del organismo. Es por eso que además de la realización de actividad física, es importante una alimentación saludable que se puede obtener de la propia huerta.
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