A 54 kilómetros de la ciudad de Resistencia, se encuentra la Isla del Cerrito: un pueblo con no más de 2.000 habitantes y con una historia atravesada por momentos hitos de Argentina y Paraguay. Para llegar, el único punto de acceso vial es el Puente San Pedrito, que atraviesa el riacho Ancho, en el extremo sudoeste de la isla.
Se accede desde las Rutas Provinciales 39 y 63 —ambas de tierra— que vinculan la Isla con Margarita Belén y Barranqueras, respectivamente. La Isla del Cerrito se encuentra frente a Corrientes y, desde sus costas puede apreciarse la ribera de Paraguay.
Hoy, su principal atractivo es el Torneo Internacional de Pesca del Dorado con Devolución que se realiza en septiembre. El certamen da pie a una semana de celebraciones con festivales musicales, paseos de artesanos e incluso desfiles de moda. En 2012 la Isla del Cerrito fue noticia nacional luego de que Diego Maradona pasara un fin de semana allí.
Paseos al aire libre la Isla del Cerrito
El pueblo es ideal para descansar y contemplar la naturaleza, tiene senderos repletos de árboles que permiten realizar largas caminatas y apreciar las construcciones que datan de fines del 1.800. Ahí también se pueden realizar paseos fotográficos, avistaje de aves y animales en su hábitat natural, cabalgatas, y paseos en bicicleta.
La Isla del Cerrito es también atractiva por su reserva natural. Ubicada en los alrededores de la costa, posee cañadas y esteros, con la presencia de grandes ejemplares de laurel, timbó, aliso, sauce, lapacho, ingá, ceibo, guayaibí, palo lanza y palmeras. Sobre los árboles, se puede visualizar el mono carayá, también conocido como aullador.
Mientras que las barrancas de arena blanca ofrecen kilómetros para disfrutar del río Paraná, tomarse unos mates mirando un atardecer y relajarse ante el sol, y pescar en la costa.
Para las personas amantes del turismo aventura también hay espacio para campamentos, paseos náuticos por el río Paraná. Además, posee comedores y un restó en la Hostería para comer los distintos menú que ofrece la gastronomía regional que, por supuesto, incluye pescado de río.
Historia de su fundación
Sus primeros pobladores fueron pueblos originarios que valoraban la abundancia de frutos y animales en la zona. Pero la Isla del Cerrito recibe su nombre por el pequeño cerro sobre el que se emplaza la Capilla Virgen del Pilar (1928), rodeada de palmeras pindó, guayabas y naranjas, con especies propias de la selva de ribera del río Paraná.
Las tierras de la Isla del Cerrito fueron testigo de la Guerra de la Triple Alianza de 1865. De esa época conserva su arquitectura colonial con edificios antiguos hoy restaurados como espacios culturales y museos. Poco después de la guerra, la Isla del Cerrito se utilizó como un leprosario, hasta que levantaron el nosocomio.
Sitios históricos
El punto más histórico de la Isla del Cerrito es La Capilla, a la vera del Río Paraná. Se encuentra situada en la elevación del terreno que da nombre a la localidad. Lleva un estilo colonial y en la cúpula aún conserva pequeños azulejos en color blanco y morado.
Pero también el Museo es un hermoso lugar para conocer la historia de la Isla del Cerrito y de nuestra patria grande ya que, ahí se conservan instrumentos de guerra y documentos importantes de la guerra de la Triple Alianza.
Maradona en Isla del Cerrito: la visita inesperada
En julio de 2012, Diego Maradona hizo una sorpresiva escapada a la Isla del Cerrito, para unas jornadas de descanso y pesca. Según recuerdos de los pobladores, Maradona se mostró de muy buen humor, no aceptó dar entrevistas con medios, pero sí accedió a sacarse algunas fotos con la gente del lugar. También recibió la visita del gobernador Jorge Capitanich.
Según contó el intendente de ese momento de la Isla del Cerrito, Maradona y sus amigos llegaron por la noche y se alojaron en la Residencia del Gobernador en la Isla del Cerrito. “Diego comenzó a ‘relojear’ por toda la casa y notó que no había televisor”, así que volvieron a hablar con el intendente, y le pidieron una tele para que Maradona pudiera mirar el partido de Boca.
Al otro día, salieron de pesca, en lancha, Maradona. “Mientras navegábamos, íbamos con la radio al mango, una radio local escuchábamos”, contó. “Todos caña en mano, pasaba el tiempo, y nada. Todos en silencio. Una tensión en el momento. Y de pronto, en la radio suena un chamamé, y Diego se levanta, tira la caña a la mierda, y dice: ‘Escuchá, viejo, Kilómetro 11”.
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