Europa inició de manera unánime su vacunación en 27 Estados miembros, dando una esperanza a su población en una etapa complicada de la pandemia del COVID-19.
Esto se dio a fines de diciembre del 2020, cuando una nueva ola de contagios y nuevas cepas del virus llegaron a Europa al mismo tiempo que la vacuna contra el COVID-19.
Problemas, problemas y más problemas
En un primer momento, las inseguridades respecto a la llegada de la vacuna pasaban por sí eran pocas o si llegaban muy tarde, pero luego de la llegada del primer par de millón de dosis, los problemas fueron otros.
Recordemos que la gran mayoría de países europeos aplicaron la vacuna contra el COVID-19 producida por Pfizer, esta es distribuida en Europa desde Bélgica.
Actualmente las vacunas están, pero las aplicaciones no llegan, en muchos casos ni al 35% de lo que deberían.
La Comisión de Salud Europea ya se manifestó al respecto y asegura que los gobiernos nacionales deben pautar y organizar la aplicación, cuestión que está llevando más inconvenientes que lo esperado.
En un primer momento España tuvo que dejar de vacunar a su personal esencial por falta de vacunas contra el COVID-19. Luego, Alemania, uno de los países con más inoculaciones en el continente, se vio forzada a poner en pausa su campaña de vacunación.
Sin mencionar a Francia, que además de tener problemas con la refrigeración de la vacuna, enfrenta un grave problema social y educativo.
Los antivacunas franceses
Los datos marcan que Francia ya recibió casi 900.000 dosis de la vacuna contra el COVID-19 producida por Pfizer, esto es porque el país registra más de 3.2 millones de contagios.
La tasa de contagios y de mortalidad en Francia por el COVID-19 es muy alta, siendo uno de los países más azotados por la pandemia. A pesar de este contexto, existe en el país galo un grupo muy importante de antivacunas.
Esto se refleja en encuestas que arrojan que el 57% de la población posible de vacunarse contra el coronavirus, dice que prefiere no hacerlo. Alejándose así del objetivo marcado por el Ministerio de Salud de Francia, que había indicado que en enero se vacunarían un millón de personas.
Si lo comparamos con otros países desarrollados, Israel lleva un ratio de vacunas de 150 mil personas por día, en comparación de los países europeos que cerraron enero con un cifras apenas superiores a las mil inoculaciones diarias.
A pesar de esto, hay que recordar que la Unión Europea le aseguró a sus Estados miembros más de 2 mil millones de vacunas para este 2021, pero ya prevén que este año no podrán realizar todas las dosis.
Lo cierto es que las campañas de vacunación en Europa seguirán siendo irregulares -por lo menos hasta marzo-, así lo aseguran desde la presidencia del bloque, encabezada por Úrsula Von der Leyen.
Hay que destacar que desde Bruselas, lugar donde funciona el ejecutivo europeo, movilizaron 2.400 millones de euros para anticipar la compra y firmar contratos de exclusividad con las farmacéuticas respecto a la vacuna contra el COVID-19.
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